lunes, 20 de julio de 2009

EFEMERIDES 16 DE JULIO


15 de Julio de 1891

Coronación de la Virgen de Itatí

La imagen de la Virgen de Itatí es una talla en madera. Cuerpo de timbó y el rostro de nogal, que mide un metro con veintiséis centímetros de altura. Tiene sus manos juntas en posición de oración, viste un manto azul y túnica blanca, y se considera realizada por una artista indígena de una de las tantas reducciones que jalonaban el Alto Paraná. Orígenes de la devoción. Se cree que la imagen de la Virgen de Itatí fue traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá. Los franciscanos emigraron hacia el sur debido a los constantes ataques de los indígenas, llevando consigo la imagen de la Virgen y así llegaron a la región de Yaguarí, donde estaba la Reducción de otro franciscano, fray Luis Gámez. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar, y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció de allí. Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra (Itatí en guaraní significa "punta de piedra") rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río. Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedo abandonado, y fray Luis de Bolaños funda la nueva reducción a la que da el nombre de "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí". Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. En la Semana Santa de 1624 tiene lugar la primera transfiguración de la Virgen, que duró varios días. Gamarra relata en un documento de la época: "... se produjo un extraordinario cambio en su rostro, y estaba tan linda y hermosa que jamás tal la había visto". Las transfiguraciones se repitieron a lo largo de los años, y en ocasiones también se oyó esa música sobrenatural de la que habían hablado los indígenas que encontraron la imagen. Los milagros y las curaciones son incontables, pero quizás el más increíble y espectacular haya ocurrido en 1748. En ese año hubo un gran malón que buscaba destruir y saquear el poblado, pero cuando los indios llegaron a las puertas de Itatí, se abrió ante ellos una ancha y profunda zanja que les impedía el paso. Ante este hecho se retiraron despavoridos, y los habitantes del lugar acudieron entonces a la capilla agradecer a su Patrona. Coronación pontificia El 16 de julio de 1900, la imagen de la Virgen de Itatí fue solemnemente coronada por voluntad el Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la Diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona y Protectora de la misma. Su fiesta se celebra el 9 de Julio. El Templo Basílica de Itatí La Basílica es una obra monumental con capacidad para 9000 personas Posee tres naves con una cúpula central de 26 m de diámetro y 80 m de altura, incluyendo la imagen exterior de la Virgen, de 7,50 m de altura, realizada en cobre y que corona la cúpula. Su piedra fundamental fue colocada en 1938 y fue inaugurada el 16 de julio de 1950, para el cincuentenario de la Coronación de la Virgen. En el primer piso está el Camarín de la Virgen. Junto a la Basílica se encuentra la pequeña Iglesia del siglo XIX donde se veneró a la Virgencita de Itatí desde 1853 hasta la construcción de la Basílica. Ha sido declarada patrimonio histórico cultural, siendo uno de los pocos ejemplos de la arquitectura neoclásica del período de la Confederación Argentina.




NUESTRA SEÑORA DE ITATI
Yaguarí, población indígena que recibió a Caboto, llegó a ser una reducción. Entre sus habitantes fue creciendo el amor a la Virgen, Madre cariñosa a quien habían conocido por la predicación de Fray Luis de Bolaños y de sus compañeros.
Por un decreto del gobernador Hernandarias se decidió el traslado de la población de Yaguarí a territorio más alto. Así el 7 de diciembre de 1615 nació el pueblo con el nombre de "Limpia Concepción de Itatí ".
Según cuenta la tradición, la ubicación definitiva del pueblo la eligió la Virgen. Sobre el pequeño pueblo había caído una incursión de indios hostiles que robaron la imagen. A los pocos días, en una bajante del río Paraná, esta apareció sobre un islote, frente a donde hoy está el pueblo. Con grandes honores la llevaron a su Capilla, pero la imagen de la Virgen volvió a desaparecer, apareciendo nuevamente sobre una piedra. Como esto se repitió varias veces, todos entendieron que era su voluntad que allí se levantara su Capilla y en torno a ella el pueblo.
El pueblo recibió el nombre de "Nuestra Señora de Itatí".
El nombre de Nuestra Señora de Itatí podemos buscarlo en el origen de la imagen. Según la tradición fue traída por una reducción de indios Itatines que habitaban en el Guaira.
En lengua guaraní, Itatí puede significar: Piedra Blanca, Punta de Piedra o Lugar de Muchas Piedras.
El pueblo guaraní se destacó en la talla de madera. Esta imagen de la Virgen fue seguramente de las primeras. Su cuerpo es de timbó y el rostro de nogal, moreno y redondeado como el de la mujer guaraní. Llevaba el vestido tallado en la misma pieza y medía 1.26 metros de altura, así durante más de dos siglos hasta que fue retocada.
En 1624, a menos de una década de la fundación de Itatí, el Padre Juan de Gamarra documentó los numerosos milagros que la Virgen de Itatí realizaba en su pueblo. Escribió detalladamente los milagros recogidos de los propios protagonistas y testigos, refrendados por sus superiores y el notario público de Corrientes. Son relatos simples, como el de una niña ciega de nacimiento cuya madre pidió la vista para su hija a Nuestra Señora; puesta a rezar una novena, al concluir esta su hijita veía.
También el de un niño de 12 años que cayó muerto en forma repentina, una prima le ató a la cabeza una cinta medida de esta imagen y tocada a ella, el muchacho fue volviendo en sí, sanó y vivió. Un caso semejante le ocurrió a un indio que fue picado por una víbora muy venenosa, se fue agravando y lo dieron por muerto; pero vino el sacristán y le ató una cinta como aquella en la cabeza y el indio volvió en sí y se curó. Otro caso conmovedor fue el de una niña de pecho que murió súbitamente, su madre desesperada le colocó en el cuello un rosario con el que había tocado a la imagen y la llevó corriendo hasta la iglesia; en el templo la niña revivió.
Un día la presencia de lo sobrenatural conmovió a todo el pueblo, fue el 5 de octubre de 1631, estaban todos pidiéndole a Nuestra Señora para que pasara la sequía y la presencia de langostas; varias veces en ese día se oyó una música desconocida y durante el canto de la Salve el rostro de la imagen se iluminó con extrema hermosura. Al día siguiente se volvió a escuchar esa música indescriptible y quedaron todos muy impresionados y maravillados.
Entre los milagros que María Santísima hizo por sus hijos de Itatí, está la defensa del pueblo, hacia mediados del año 1700. Itatí se destacaba como una avanzada de la civilización, cercana a la ciudad de Corrientes. En la zona aun había numerosos pueblos indios no civilizados y una invasión de estos indios se aproximaba a la ciudad. La debilidad del pueblo ante la cantidad de invasores era conocida. Algunos intentaron organizar una defensa desesperada. Pero la mayoría acudió al templo a clamar por ayuda a la Madre de Itatí. El malón indígena venía dispuesto a arrollar con todo. Pero el clamor fue escuchado, se abrió un cauce profundo y caudaloso entre Yaguarí y San José que impidió a los indígenas avanzar sobre Itatí salvándola de su destrucción.
De boca en boca se fue extendiendo la fama de los favores de la Virgen. No sólo los milagros, sino la inmensidad de dones espirituales que ha concedido a sus hijos, y como se dan en lo profundo de los corazones son difíciles de recopilar.
Una expresión manifiesta del amor a la Virgen de Itatí son las peregrinaciones y visitas para su fiesta. En los primeros tiempos se celebraba el 26 de diciembre y los festejos duraban hasta el 1º de enero. Después de 1825 se trasladó al 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción. A partir de la solemne coronación pontificia de la Virgen de Itatí en el año 1900, se estableció el 9 de julio como el día de su fiesta y el 16 de julio día de la gran peregrinación anual.
Itatí se levanta en el centro del litoral, punto de unión de países hermanos. Hoy más que nunca, debemos pedirle a Nuestra Madre que nos ayude a amarnos y respetarnos, a crecer en una fraternidad de pueblos, a descubrir nuestra vocación de unidad como hijos del mismo Padre Dios y de la Virgen María presente en Itatí.

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