lunes, 20 de julio de 2009

EFEMERIDES 16 DE JULIO


15 de Julio de 1891

Coronación de la Virgen de Itatí

La imagen de la Virgen de Itatí es una talla en madera. Cuerpo de timbó y el rostro de nogal, que mide un metro con veintiséis centímetros de altura. Tiene sus manos juntas en posición de oración, viste un manto azul y túnica blanca, y se considera realizada por una artista indígena de una de las tantas reducciones que jalonaban el Alto Paraná. Orígenes de la devoción. Se cree que la imagen de la Virgen de Itatí fue traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá. Los franciscanos emigraron hacia el sur debido a los constantes ataques de los indígenas, llevando consigo la imagen de la Virgen y así llegaron a la región de Yaguarí, donde estaba la Reducción de otro franciscano, fray Luis Gámez. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar, y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció de allí. Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra (Itatí en guaraní significa "punta de piedra") rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río. Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedo abandonado, y fray Luis de Bolaños funda la nueva reducción a la que da el nombre de "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí". Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen. En la Semana Santa de 1624 tiene lugar la primera transfiguración de la Virgen, que duró varios días. Gamarra relata en un documento de la época: "... se produjo un extraordinario cambio en su rostro, y estaba tan linda y hermosa que jamás tal la había visto". Las transfiguraciones se repitieron a lo largo de los años, y en ocasiones también se oyó esa música sobrenatural de la que habían hablado los indígenas que encontraron la imagen. Los milagros y las curaciones son incontables, pero quizás el más increíble y espectacular haya ocurrido en 1748. En ese año hubo un gran malón que buscaba destruir y saquear el poblado, pero cuando los indios llegaron a las puertas de Itatí, se abrió ante ellos una ancha y profunda zanja que les impedía el paso. Ante este hecho se retiraron despavoridos, y los habitantes del lugar acudieron entonces a la capilla agradecer a su Patrona. Coronación pontificia El 16 de julio de 1900, la imagen de la Virgen de Itatí fue solemnemente coronada por voluntad el Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la Diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona y Protectora de la misma. Su fiesta se celebra el 9 de Julio. El Templo Basílica de Itatí La Basílica es una obra monumental con capacidad para 9000 personas Posee tres naves con una cúpula central de 26 m de diámetro y 80 m de altura, incluyendo la imagen exterior de la Virgen, de 7,50 m de altura, realizada en cobre y que corona la cúpula. Su piedra fundamental fue colocada en 1938 y fue inaugurada el 16 de julio de 1950, para el cincuentenario de la Coronación de la Virgen. En el primer piso está el Camarín de la Virgen. Junto a la Basílica se encuentra la pequeña Iglesia del siglo XIX donde se veneró a la Virgencita de Itatí desde 1853 hasta la construcción de la Basílica. Ha sido declarada patrimonio histórico cultural, siendo uno de los pocos ejemplos de la arquitectura neoclásica del período de la Confederación Argentina.




NUESTRA SEÑORA DE ITATI
Yaguarí, población indígena que recibió a Caboto, llegó a ser una reducción. Entre sus habitantes fue creciendo el amor a la Virgen, Madre cariñosa a quien habían conocido por la predicación de Fray Luis de Bolaños y de sus compañeros.
Por un decreto del gobernador Hernandarias se decidió el traslado de la población de Yaguarí a territorio más alto. Así el 7 de diciembre de 1615 nació el pueblo con el nombre de "Limpia Concepción de Itatí ".
Según cuenta la tradición, la ubicación definitiva del pueblo la eligió la Virgen. Sobre el pequeño pueblo había caído una incursión de indios hostiles que robaron la imagen. A los pocos días, en una bajante del río Paraná, esta apareció sobre un islote, frente a donde hoy está el pueblo. Con grandes honores la llevaron a su Capilla, pero la imagen de la Virgen volvió a desaparecer, apareciendo nuevamente sobre una piedra. Como esto se repitió varias veces, todos entendieron que era su voluntad que allí se levantara su Capilla y en torno a ella el pueblo.
El pueblo recibió el nombre de "Nuestra Señora de Itatí".
El nombre de Nuestra Señora de Itatí podemos buscarlo en el origen de la imagen. Según la tradición fue traída por una reducción de indios Itatines que habitaban en el Guaira.
En lengua guaraní, Itatí puede significar: Piedra Blanca, Punta de Piedra o Lugar de Muchas Piedras.
El pueblo guaraní se destacó en la talla de madera. Esta imagen de la Virgen fue seguramente de las primeras. Su cuerpo es de timbó y el rostro de nogal, moreno y redondeado como el de la mujer guaraní. Llevaba el vestido tallado en la misma pieza y medía 1.26 metros de altura, así durante más de dos siglos hasta que fue retocada.
En 1624, a menos de una década de la fundación de Itatí, el Padre Juan de Gamarra documentó los numerosos milagros que la Virgen de Itatí realizaba en su pueblo. Escribió detalladamente los milagros recogidos de los propios protagonistas y testigos, refrendados por sus superiores y el notario público de Corrientes. Son relatos simples, como el de una niña ciega de nacimiento cuya madre pidió la vista para su hija a Nuestra Señora; puesta a rezar una novena, al concluir esta su hijita veía.
También el de un niño de 12 años que cayó muerto en forma repentina, una prima le ató a la cabeza una cinta medida de esta imagen y tocada a ella, el muchacho fue volviendo en sí, sanó y vivió. Un caso semejante le ocurrió a un indio que fue picado por una víbora muy venenosa, se fue agravando y lo dieron por muerto; pero vino el sacristán y le ató una cinta como aquella en la cabeza y el indio volvió en sí y se curó. Otro caso conmovedor fue el de una niña de pecho que murió súbitamente, su madre desesperada le colocó en el cuello un rosario con el que había tocado a la imagen y la llevó corriendo hasta la iglesia; en el templo la niña revivió.
Un día la presencia de lo sobrenatural conmovió a todo el pueblo, fue el 5 de octubre de 1631, estaban todos pidiéndole a Nuestra Señora para que pasara la sequía y la presencia de langostas; varias veces en ese día se oyó una música desconocida y durante el canto de la Salve el rostro de la imagen se iluminó con extrema hermosura. Al día siguiente se volvió a escuchar esa música indescriptible y quedaron todos muy impresionados y maravillados.
Entre los milagros que María Santísima hizo por sus hijos de Itatí, está la defensa del pueblo, hacia mediados del año 1700. Itatí se destacaba como una avanzada de la civilización, cercana a la ciudad de Corrientes. En la zona aun había numerosos pueblos indios no civilizados y una invasión de estos indios se aproximaba a la ciudad. La debilidad del pueblo ante la cantidad de invasores era conocida. Algunos intentaron organizar una defensa desesperada. Pero la mayoría acudió al templo a clamar por ayuda a la Madre de Itatí. El malón indígena venía dispuesto a arrollar con todo. Pero el clamor fue escuchado, se abrió un cauce profundo y caudaloso entre Yaguarí y San José que impidió a los indígenas avanzar sobre Itatí salvándola de su destrucción.
De boca en boca se fue extendiendo la fama de los favores de la Virgen. No sólo los milagros, sino la inmensidad de dones espirituales que ha concedido a sus hijos, y como se dan en lo profundo de los corazones son difíciles de recopilar.
Una expresión manifiesta del amor a la Virgen de Itatí son las peregrinaciones y visitas para su fiesta. En los primeros tiempos se celebraba el 26 de diciembre y los festejos duraban hasta el 1º de enero. Después de 1825 se trasladó al 8 de diciembre, fiesta de la Inmaculada Concepción. A partir de la solemne coronación pontificia de la Virgen de Itatí en el año 1900, se estableció el 9 de julio como el día de su fiesta y el 16 de julio día de la gran peregrinación anual.
Itatí se levanta en el centro del litoral, punto de unión de países hermanos. Hoy más que nunca, debemos pedirle a Nuestra Madre que nos ayude a amarnos y respetarnos, a crecer en una fraternidad de pueblos, a descubrir nuestra vocación de unidad como hijos del mismo Padre Dios y de la Virgen María presente en Itatí.

lunes, 13 de julio de 2009

EFEMERIDES 13 DE JULIO

13 de Julio de 1842

Nace en Buenos Aires el jurisconsulto, profesor, legislador, orador y militante católico José Manuel Estrada, autor de "La política liberal bajo la tiranía de Rosas". Falleció en Asunción (Paraguay) el 17 de septiembre de 1894.

José Manuel Estrada
Nació en Buenos Aires el 13 de junio de 1842. Estudió Filosofía, Ciencias Sagradas y Humanidades con Buenaventura Hidalgo. Desde muy joven inició, por medio de publicaciones periodísticas, una prédica a favor de la libertad y la democracia. A los veinte años publicó "El génesis de la raza" y "El catolicismo y la democracia".
La historia fue para Estrada una gran pasión y de ella extrajo enseñanzas morales y republicanas. Publicó "Ensayos sobre la revolución de los comuneros en el siglo XVIII". En 1873 fue nombrado profesor de Historia e Instrucción Cívica en el Colegio Nacional de Buenos Aires, materia esta última él inaugura en el país. El decreto que estableció esta cátedra disponía como texto de la asignatura la exposición de la Constitución de los Estados Unidos, escrita por Story. Estrada, al inaugurar la cátedra trazó un programa adecuado, tomando como base la Constitución Nacional y se ocupó de la organización política establecida por nuestra Carta Magna, de los deberes y derechos que este código fundamental prescribe y garantiza a los ciudadanos argentinos.
En 1876, pese a que carecía de título universitario, se lo nombró profesor de Derecho constitucional, donde dictó cursos que sus contemporáneos consideraban notables.
En esa época publicó La Política liberal bajo la tiranía de Rosas donde se ocupó del Dogma socialista y de los principios que animaron a la Asociación de Mayo. En 1878 aparecieron sus Lecciones de Derecho Constitucional.
Encabezó la oposición de los grupos católicos a la política liberal de Julio A. Roca. Junto a Pedro Goyena, M. Navarro Viola y Emilio Lamarca, redactó un periódico, "La Unión". Su prédica, que prolongó en la cátedra, determinó su destitución de la cátedra universitaria por el Presidente de la República, en 1884. La juventud universitaria, que protestó indignada por la destitución, llegó en manifestación hasta la casa del maestro, quien dijo "... de las astillas de las cátedras destrozadas por el despotismo, haremos tribunas para enseñar la justicia y predicar la libertad".
En 1886 ocupó una banca en la Cámara de Diputados de la Nación. En 1891, en la histórica asamblea que se reúneen el Frontón de Buenos aires, Estrada pronunció uno de sus últimos y brillantes discursos, al defender los derechos cívico.
En cuanto a sus ideas educacionales, debe destacarse la Memoria que publicó cuando se desempeñó como Jefe del Departamento de Escuelas de Buenos Aires. En ella expone sus críticas y señala los objetivos educacionales que, a su juicio, debían perseguirse. "Se enseñaba el dogma -dice- y se enseñaba mal. La instrucción de los niños ha consistido en el aprendizaje de memoria del Catecismo del Padre Astete, que conseguí desterrar de las escuelas".
Para Estrada, la función de la educación consiste en el arte de adaptar al niño y al adolescente a la sociedad en la cual debe vivir. "La educación –afirmaba- discretamente organizada y copiosamente distribuida, es el único medio de modelar en la Republica Argentina la personalidad del ciudadano y de adaptar los elementos sociales, tomados en su capacidad colectiva, al tipo de las instituciones libres, cuyo resorte es la aptitud universal para el gobierno propio".
Siendo ministro argentino en el Paraguay, murió el 17 de septiembre de 1894.
Fuente: ""Los hombres de la Educación Argentina", Capítulo 7


13 de Julio de 1862:

Se inaugura en la ciudad de Buenos Aires, en la plaza del Retiro (actual plaza San Martín), el monumento al general José de San Martín, del escultor francés Luis Daumas.


13 de Julio de 1992

Día Nacional de las Telecomunicaciones


Decreto 2479/1992 PODER EJECUTIVO NACIONAL (P.E.N.)
21-dic-1992
CONMEMORACIONES -DIA DE LAS TELECOMUNICACIONES-
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Publicada en el Boletín Oficial del 28-dic-1992 Número: 27543 Página:
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Resumen:DECLARASE EL DIA 13 DE JULIO "DIA NACIONAL DE LAS TELECOMUNICACIONES".

Reseña Histórica
Día Nacional de las Telecomunicaciones
En el año de 1871, el Gobierno de Gabriel García Moreno permitió una concesión a All América
Cable and Radio para proporcionar el servicio internacional de telegrafía usando cable
submarino. El cable corría a lo largo de la costa del oeste de Sudamérica conectando Baltos
(Panamá) con Valparaíso (Chile) a través de estaciones en Buena Ventura (Colombia), Salinas
(Ecuador) y Callao (Perú).
El primer mensaje telegráfico interno en Ecuador fue transmitido el 9 de julio de 1884, sobre
una línea entre Quito y Guayaquil. La organización nacional para regular las
telecomunicaciones, la Dirección de Telégrafos, fue creada en la década de 1880. La primera
central telefónica del país fue instalada en Quito en el año de 1900 usando un sistema
semiautomático.
Quito y Guayaquil estaban conectadas por el telégrafo inalámbrico en 1920. Para 1934 habían
en el Ecuador 7.000 Kilómetros de líneas de telégrafo y teléfono, 167 oficinas de telégrafo y 19
estaciones inalámbricas que colectivamente proveían comunicación conectando a los
principales pueblos y ciudades de la costa y de la sierra.
Radio Internacional del Ecuador fue fundada en 1943 como una organización estatal
independiente para los servicios de telegrafía y telefonía internacional, así como servicios
telefónicos de larga distancia. Hasta ese entonces éstas habían sido monopolizadas por All
America Cable y Radio. La nueva compañía operó a través de todo el país.
La Empresa de Teléfonos de Quito fue inaugurada en 1949. Fue creada para instalar y operar
el servicio automático para la ciudad, asumiendo la responsabilidad de administrar el equipo
instalado bajo contrato en 1943. En 1950 el servicio automático empezó en Quito con Ericsson
AGT con la central de la Mariscal Sucre. La capacidad inicial fue de 3000 líneas y 1000
subscriptores. En 1953 la Compañía de Teléfonos de Guayaquil fue creada con una capacidad
técnica y administrativa similar a la Empresa de Teléfonos de Quito.
Para dar inicio a las telecomunicaciones en el país, nace la planificación y construcción de
redes bajo la directa administración de gerentes técnicos. Fueron creados los Gobiernos
seccionales para desarrollar proyectos específicos. Estos proyectos para su instalación
requirieron de elaboración de censos poblacionales del área.
La Empresa de Radio Telégrafos y Teléfonos Ecuador fue creada en 1958 por la Unión de la
Dirección de Telégrafos y Radio Internacional del Ecuador. El propósito principal de la nueva
compañía era poner al día el sistema de comunicaciones internacionales. El gobierno nacional
de 1959 contrató a British Marconi para 48 canales VHF entre Quito y Guayaquil. Después se
usaron los enlaces VHF para conectar el resto de las ciudades del país.
En los años sesenta en Quito y Guayaquil las compañías de teléfonos empezaron a extender
sus redes, inicialmente en las provincias de Pichincha (ETQ) y Guayas(ETG). La Empresa de
Teléfonos de Guayaquil absorbió a la provincia vecina de los Ríos.
La Empresa de Radio Telégrafos y Teléfonos Ecuador (ERTTE) se reestructuró en 1963 y
cambio su nombre a Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL).
All America Cable and Radio fue nacionalizada en 1970 y cambió su nombre a Cables y Radio
del Estado. Su función principal fue la operación de los sistemas de télex y el sistema público
nacional e internacional de telégrafos. El mismo año, iniciaron la operación de cuatro canales
internacionales de teléfonos vía satélite para la estación de Choconta (Colombia).
En febrero de 1971 el gobierno fusionó ENTEL, ETQ, ETG y Cables y Radio del Estado en dos
compañías regionales bajo el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones.
En octubre de 1972, el gobierno nacional creó el Instituto Ecuatoriano de Telecomunicaciones
(IETEL).
El 10 de agosto de 1992, se dio una reestructuración del sector de las telecomunicaciones
cuando el Congreso pasó una Ley Especial de Telecomunicaciones. Se mantuvieron los
servicios básicos de telecomunicaciones como un monopolio exclusivo del Estado, para ser
llevado a cabo IETEL se transformó en EMETEL (Empresa Estatal de Telecomunicaciones).
Otro aspecto importante de esta Ley es la separación de las funciones de operación de las
funciones de regulación y control que se asignan a un ente creado para el efecto y denominado
Superintendencia de Telecomunicaciones.
De conformidad con el mandato de la Ley Reformatoria a la Ley Especial de
Telecomunicaciones (Ley N° 94) publicada en el Registro Oficial N° 770 del 30 de agosto de
1995, la Empresa Estatal de Telecomunicaciones EMETEL se transformó en la sociedad
anónima EMETEL S.A. el 3 de octubre de 1996, pasando las acciones del Estado al Fondo de
Solidaridad. El 18 de noviembre de 1997 se inscribió en el Registro Mercantil la escritura de
escisión de EMETEL S.A. en dos compañías operadoras ANDINATEL S.A. y PACIFICTEL S.A.
La Ley Reformatoria a la Ley Especial de Telecomunicaciones, publicada en Registro Oficial N°
770 de 30 de agosto de 1995 crea el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL),
como ente administrador y regulador de las telecomunicaciones; la Secretaría Nacional de
Telecomunicaciones como el encargado de la ejecución de la política de las
telecomunicaciones y la Superintendencia de Telecomunicaciones como ente de control


13 de Julio "Día del Trabajador de la Energía Eléctrica"

Haciendo honor y rindiendo homenaje a los compañeros Lucifuercistas que nos precedieron en la lucha de las conquistas sociales, y recordando a un grande entre los grandes, que nos dejara un 13 DE JULIO, fecha cara a los trabajadores de la electricidad, el compañero GERMÁN ABDALA, señalamos y reafirmamos nuestros reclamos: ¡Basta de discriminación! Igual trabajo por igual salario. Por un único Convenio Colectivo de Trabajo para todos, el 36/75. Por la Recuperación del Patrimonio Nacional a manos del pueblo. Por un Programa y Modelo Energético Soberano, nacional y popular. Por el fin de las tercerizaciones. Por una verdadera Integración energética con los pueblos hermanos de América Latina y el Caribe.

EFEMERIDES 11 DE JULIO

12 de Julio de 1852
Nace en Buenos Aires el político Argentino Hipólito Yrigoyen. Fue el primer presidente de la Nación elegido por la ley de voto universal, secreto y obligatorio. Asumió su primera presidencia el 12 de octubre de 1916. Falleció en Buenos Aires el 3 de julio de 1933.
12 de Julio 2002
Día Nacional de la Medicina Social

Por Ley N° 25598, en conmemoración al nacimiento del doctor René G. Favaloro.

Desde siempre sostuvo que todo universitario debe comprometerse con la sociedad de su tiempo y recalcaba: "quisiera ser recordado como docente más que como cirujano" . Por esa razón, dedicó gran parte de su tiempo a la enseñanza, tanto a nivel profesional como popular. Un ejemplo fue su participación en programas educativos para la población, entre los que se destacaba la serie televisiva "Los grandes temas médicos" , y las numerosas conferencias que presentó en la Argentina y en el exterior, sobre temas tan diversos como medicina, educación y la sociedad de nuestros días.

CONMEMORACIONES
Ley 25.598
Declárase el día 12 de julio de cada año como Día Nacional de la Medicina Social en conmemoración de la fecha del nacimiento del doctor René G. Favaloro.
Sancionada: Mayo 23 de 2002.
Promulgada de Hecho: Junio 14 de 2002.
El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso, etc. sancionan con fuerza de Ley:
ARTICULO 1° — Declárase el día 12 de julio de cada año como Día Nacional de la Medicina Social en conmemoración de la fecha del nacimiento del doctor René G. Favaloro.
ARTICULO 2° — El Ministerio de Educación de la Nación, en coincidencia con las autoridades educativas de las distintas jurisdicciones y en el ámbito del Consejo Federal de Cultura y Educación, acordarán la conmemoración del Día Nacional de la Medicina Social en las escuelas de la República Argentina.
ARTICULO 3° — El Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Salud de la Nación, implementará en todas las instituciones dependientes del mismo, los eventos adecuados para la concreción del homenaje a rendirse en la fecha prevista en el artículo 1°.
ARTICULO 4° — Invítase a los organismos provinciales con funciones similares, a implementar en sus respectivas jurisdicciones lo dispuesto en esta ley.
ARTICULO 5° — El Poder Ejecutivo reglamentará la presente ley en el plazo de 30 días a partir de su promulgación.
ARTICULO 6º — Comuníquese al Poder Ejecutivo.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS VEINTITRES DIAS DEL MES DE MAYO DEL AÑO DOS MIL DOS.
— REGISTRADA BAJO EL N° 25.598 —
EDUARDO O. CAMAÑO. — JUAN C. MAQUEDA. — Eduardo D. Rollano. — Juan C. Oyarzún.

12 de Julio de 2007
Día de las Heroínas y Mártires de la independencia de América

CONMEMORACIONES
Ley 26.277
Declárase Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América el 12 de julio, en conmemoración del nacimiento de la Teniente Coronel Juana Azurduy de Padilla.
Sancionada: Julio 18 de 2007
Promulgada: Agosto 9 de 2007
El Senado y Cámara de Diputados
de la Nación Argentina
reunidos en Congreso, etc.
sancionan con fuerza de
Ley:
ARTICULO 1º — Declárase Día de las Heroínas y Mártires de la Independencia de América el 12 de julio, en conmemoración del nacimiento de la Teniente Coronel Juana Azurduy de Padilla.
ARTICULO 2º — Comuníquese al Poder Ejecutivo.

DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS AIRES, A LOS DIECIOCHO DIAS DEL MES DE JULIO DEL AÑO DOS MIL SIETE.
— REGISTRADO BAJO EL Nº 26.277 —
ALBERTO E. BALESTRINI. — JOSE J. B. PAMPURO. — Enrique Hidalgo. — Juan H. Estrada.

EFEMERIDES 10 DE JULIO

10 de Julio de 1821

Muere el caudillo y militar Francisco Ramírez ("Pancho Ramírez"), al que se denominó "el Supremo Entrerriano". Realizó una administración progresista, declaró obligatoria la enseñanza primaria, estableció la primera imprenta de Entre Ríos, suscribió el Tratado del Pilar y proclamó la "República de Entre Ríos". Nació en la Villa de Concepción del Uruguay (provincia de Entre Ríos) el 13 de marzo de 1786.

Es 28 de junio de 1839: un día de invierno en Arroyo de la China (actual Concepción del Uruguay).Acaso es también un día de fiesta (aunque amarga y secreta) para Norberta Calvento, la señorita cuarentona que oye, desde la sala, el paso demorado de un ataúd.
Sus ropas de luto no se deben por cierto a la muerta reciente que transita sobre la calle despareja. Desde hace dieciocho años, viste de negro por un hombre que le pertenecía y que esa muerta próxima supo robarle con descaro. Ahora tiene el consuelo de ver pasar, como reza el proverbio árabe, el cadáver de su enemiga. Tampoco ésa, la extranjera, ha tenido derecho, ni legal ni celestial, a llamarse viuda. “¿Pero es que le habría importado eso a la manceba?”, se tortura Norberta. Las noticias del día siguiente la desalientan por completo.
La Delfina ha muerto a solas, anticipándose al tango, “sin confesión y sin Dios, crucificada a su pena, como abrazada a un rencor”. Nada debió de inquietarle la bendición de un fraile a la que se animaba a presentarse ante el Supremo de los Supremos tan arrogante y desnuda de toda protección como se había presentado una vez ante el Supremo Entrerriano. Si algo faltaba para cerrar el circulo de un melodrama ejemplar, la misma Norberta se encargaría de proveerlo años más tarde, cuando, por su expreso pedido, sería amortajada con el traje de bodas cosido en vano para su casamiento.
Pocas historias cumplen, en efecto, los requisitos de la pasión romántica con la perfección del ya legendario amor entre el caudillo Francisco Ramírez y su cautiva portuguesa, por todos conocida como La Delfina. Hay un héroe indiscutido (Ramírez) que, como deben hacerlo los amados de los dioses, muere joven; hay una mujer fatal (Delfina), tan bella como enigmática, que lo lleva involuntariamente a la muerte. No faltan dos personajes secundarios que completan el episodio:
una víctima inocente de la gran pasión (Norberta, la novia abandonada) y un presunto traidor al héroe, por ambición y celos (el entonces coronel Lucio Norberto Mansilla). Se trata de un amor entre enemigos, y también entre un Príncipe y una Cenicienta. Un amor que ignora bandos y jerarquías, que rompe convenciones, que lleva su desafío hasta el último extremo.
El héroe. Ramírez era hijo de familia decente, de recursos. Su padre, Juan Gregorio, paraguayo, marino fluvial y propietario rural; su madre, Tadea Florentina Jordán, nativa de la provincia, dueña también de algunos campos. Leandro Ruiz Moreno sostiene que por la rama paterna se hallaba emparentado con el marqués de Salinas, y por la materna, con el virrey Vértiz y Salcedo. Más allá de estos encumbrados antecedentes, lo cierto es que Francisco Ramírez fue ante todo hijo sobresaliente de sus propios actos. Pasado ya el furioso fervor liberal y porteño contra los caudillos provincianos, que animó, entre otros, los textos de Vicente Fidel López, bien pueden verse hoy en esos actos también virtudes cívicas y civilizadoras no reconocidas antes, como ocurre con la ley de enseñanza primaria obligatoria, la fundación de escuelas, los avances en la institucionalización política de la Mesopotamia argentina
Pero para la construcción del mito no son tales aportes, sin duda encomiables, los que cuentan. Desde su temprana actuación, a los veinticuatro años, como chasqui de la Independencia, en los albores de la Revolución de Mayo, lo que distingue a Ramírez entre otros es su clarividente valentía y la suerte prodigiosa que acompaña sus empresas. Sabe disciplinar a los propios, emboscar y sorprender a los ajenos. Es él quien arrea todo el ganado que encuentra al paso, y se acerca a Buenos Aires, envuelto en polvo, fragores y bramidos, desconcertante, temible, sin que se sepa cuántos hombres comanda realmente. Es él quien ordena el cruce del Paraná, de noche, y hace nadar a los soldados gauchos asidos a la cola de los caballos para tomar, al día siguiente, la ciudad de Coronda. El, también, quien vence siempre, aun con tropas diezmadas; quien confunde el sendero del enemigo, o lo apabulla con un coraje ostentoso, hasta la última y definitiva batalla, que será también su primera derrota.
Cuando conoce a Delfina aún es aliado del santafecino Estanislao López y de Gervasio Artigas, en contra del Brasil y de Buenos Aires. Después de• ganar en Cañada de Cepeda, en 1820, López y Ramírez entran en la ciudad del Puerto, pero no abusan de su triunfo. Su escolta es reducida y no se muestran proclives a la exhibición afrentosa ni a las indiscriminadas represalias (Ramírez acaba de perdonarle la vida a su primer jefe, el director supremo Rondeau, a quien descubre oculto en unos pajonales). Su único gesto de barbarie (o, simplemente, de afirmación victoriosa) es atar sus caballos a las rejas de la Pirámide de Mayo. Suscriben, con Buenos Aires, el Tratado del Pilar, a costa, para Ramírez, de un nuevo enemigo:
Artigas, que le declara la guerra por no haber sido consultado a tal efecto.
Aunque el caudillo oriental sale perdedor en la contienda, pronto el entrerriano se encontrará completamente solo: en 1821, roto el Tratado del Pilar, López pacta con Buenos Aires, que ya tiene otros gobernantes. Podría decirse, sin embargo, que la soledad de Ramírez es la de la gloria, o la que le decreta la envidia de sus rivales. Por un abrumador plebiscito, Don Poncho es consagrado gobernador supremo de la República Entrerriana, que reúne las actuales Entre Ríos, Corrientes y Misiones. ¿Un reino propio, como aventura el poeta Enrique Molina? Sólo en algunas exterioridades fastuosas, porque El Supremo piensa en constituciones modernas, sin monarcas. Esto no le impide entrar en Corrientes con esplendor: bien vestidos (ha mandado hacer uniformes para todos sus hombres en Buenos Aires) él, los suyos y La Delfina, que gasta traje de oficial y chambergo con la misma pluma de avestruz que rubrica el escudo de la nueva república. En las galas de sociedad Delfina, no obstante, sabrá cambiar el chambergo por las flores y la peineta, y el sable por el abanico. Luego, en el campamento de La Bajada, donde habrá bailes, títeres, juegos de naipes, riña de gallos, carreras y hasta corridas de toros, dejará el abanico por la guitarra en la que —dicen— es diestra. Hacen bien en multiplicar expansiones y dispendios. Aún no lo saben, pero a su pasión pública le quedan pocas horas de fiesta.
La mujer fatal. La Delfina es un personaje definido mucho más por las incertidumbres que por las certezas. Ni siquiera se sabe si Delfina corresponde a un nombre o a un apellido (se la ha llamado también María Delfina). Su origen familiar, su posición social, han sido objeto de fluctuaciones similares:
si unos la creen hija bastarda de un virrey brasileño, otros la suponen humilde recogida por una familia estanciera. Hay quien dice que marchó a la campaña contra Artigas siguiendo, fraternalmente, a un miembro de esa misma familia, mientras que otras voces menos corteses la toman por ramera, o la hacen amante de algún oficialito. Hasta su belleza (de consenso indudable) está signada por lo impreciso. Como ocurre con Francisco Ramírez, nadie sabe a ciencia cierta si fue rubia o morena, blanca o mestiza. Alguno (el poeta Molina) le atribuye voz de sirena criolla y destrezas musicales. No se sabe si alcanzó también el desahogo de expresarse en letra escrita. Criada en el campo, en Río Grande do Sul, acaso ni siquiera haya cursado la enseñanza primaria, la única que se les impartía incluso a los varones, aunque fuesen hijos de familias acomodadas, como el propio Ramírez.
Otro rasgo de La Delfina es indiscutible: era una mujer valiente de puertas afuera (porque también hubo muchas y anónimas guerreras domésticas que en las más duras adversidades sostuvieron, ellas solas, sus familias). Su valor era llamativo, exhibicionista. Amaba los uniformes vedados a su sexo y los lucía, según parece, con gallardía inolvidable. No eran sólo una forma elegante de travestismo, sino verdadera ropa de trabajo: acompañé a su Pancho como coronela del ejército federal en todas las batallas, aunque esa dulce compañía le significó a su amante la muerte. Delfina aparece en este sentido como contrafigura de otra guerrera: doña Victoria Romero de Peñaloza, más eficaz que ella en las lides militares, y que por salvar (con éxito) a su marido, el Chacho, recibió la herida en la frente inmortalizada por la copla popular.
¿Por qué, siendo su cautiva y virtual esclava, se enamoré de Ramírez, y por qué éste, dueño todopoderoso, la convirtió en reina sin corona? Mucho se ha escrito sobre el estado de cautiverio femenino: crónico y también fundacional en la especie humana, donde el sexo, con el extraordinario poder de gestar y reproducir (y por ello reducido a la subordinación y el control), fue siempre botín de las guerras y prenda de las alianzas. Susana Silvestre, en su biografía amorosa de la singular pareja, dedica páginas lúcidas a la historia de las cautivas rioplatenses, mediadoras, con su cuerpo, entre dos mundos. Podemos suponer que a ella no le fue difícil dejarse encantar por Ramírez, hombre joven, en el cenit de sus talentos y de su buena estrella, cuyo carácter “despejado y audaz, amplio y prestigioso”, con algo de artista”, es reconocido incluso por Vicente F. López. Las prendas personales del caudillo y la oportunidad de un fulgurante ascenso hacia el poder y la gloria, marchando y mandando a su lado como si fuera un hombre, debieron de mezclársele en una irresistible combinación afrodisíaca. Y Ramírez, ¿qué vio en Delfina?
Para que una modesta cuartelera presa lograra encadenar a un varón que podía disponer de todas las mujeres, y hacerle olvidar sus serios compromisos matrimoniales con la hermana de un amigo íntimo, debió de ser algo más que un cuerpo atractivo y una sensualidad bien dispuesta. Dulzura (la de la música, la de su lengua madre) habría, sin duda, en ella; no la pasividad o la excesiva facilidad, que matan el deseo. Cautiva, pero brava seductora; sin remilgos, aunque orgullosa en su indefensión, seguramente supo darse exigiendo, y ganó la batalla con Ramírez desde el primer encuentro, cuando el placer total, correspondido, borró la asimetría entre vencedor y vencida, y los dos fueron, uno del otro, prisioneros.
El traidor. En todo humano paraíso hay una serpiente, y ese papel parece tocarle aquí a don Lucio Norberto Mansilla Lucio Norberto Mansilla, futuro padre de Eduarda y de Lucio y., entonces un joven coronel porteño con mundana cultura y sólidos conocimientos técnicos que puso, durante un tiempo, al servicio de Ramírez. Horacio Salduna, biógrafo del Supremo Entrerriano, le achaca a Mansilla la responsabilidad mediata de su catastrófico final.
Los dos hombres habían entrado en contacto durante las hostilidades entre Artigas y Ramírez, después de 1820. Mansilla colabora con sus trescientos cívicos y queda sellada una amistad marcial que no será duradera. Cuando Buenos Aires y López se vuelven contra Ramírez, que prepara —nada menos— una gran campaña con el fin de recuperar el territorio paraguayo para la Argentina, Mansilla se echa atrás, argumentando que no desenvainará la espada contra su ciudad de nacimiento. Ramírez acepta esta disculpa plausible, aunque le solicita que al menos conduzca a la infantería desde Corrientes hasta Paraná. Mansilla acata, pero no cumple. Su defección priva a Ramírez de las fuerzas imprescindibles para enfrentar a López, a Bustos y a Lamadrid y lo precipita hacia la ruina.
Salduna considera premeditada la traición de Mansilla, que se habría comportado desde el comienzo como infiltrado porteño. Buenos Aires y Santa Fe lo ayudarán, luego de la muerte de Ramírez, a coronar ambiciones personales con el cargo de gobernador de Entre Ríos. A la codicia política se habría sumado otra de distinto orden:
Mansilla deseaba, también, los favores de La Delfina, como lo prueba la correspondencia intercambiada con el comandante Barrenechea, al que, ya desaparecido Ramírez, envía
—inútilmente— corno celestino.
El final: los testimonios próximos al hecho y la memoria popular sostuvieron siempre que Francisco Ramírez murió en el intento de salvar a Delfina de la partida enemiga que la había echado en tierra y comenzaba a desnudarla. Aunque hubo intentos de atribuir su muerte a otros motivos, se han desacreditado detalladamente estas pretensiones.
Después de que muriera, Ramírez fue decapitado y su cabeza, embalsamada, conoció en Santa Fe el escarnio público. Su amada logró volver a Arroyo de la China, donde lo sobrevivió por dieciocho años. Susana Poujol (La Delfina, una pasión) la imagina prisionera (al final, voluntaria) de la novia olvidada, Norberta Calvento, unidas ambas por el recuerdo y la soledad. Quizá no estuvo tan sola; después de todo (la carta de Barrenechea a Mansilla hace suponer que la cercaba, al menos, un cortejante), pero no se casó ni engendró hijos, y no intentó, tampoco, volver a su tierra natal.
Tal vez en toda esta historia de amor y muerte haya una insospechada ganadora encubierta: Norberta, cuyo deseo, por incumplido, nunca pudo gastarse. Como la Magdalena de El ilustre amor (Mujica Lainez), también, acaso, llegó a la tumba como un ídolo fascinador, envuelta en el vestido blanco de la única que pudo llamarse novia del Supremo Entrerriano.
Bibliografía La Delfina: (circa 1800-1839) probable hija del virrey portugués en Brasil. Acompañó constantemente y ejerció una gran influencia sobre el caudillo Francisco Ramírez. Francisco Ramírez: (1786-1821) nació en la actual Concepción del Uruguay. Caudillo entrerriano, uno de los primeros líderes del federalismo. De familia prominente, se incorporó tempranamente (en 1810) a las luchas por la Independencia.


10 de Julio de 1854

Se funda en Buenos Aires la Bolsa de Comercio.

10 de Julio de 1866 Se constituye la Sociedad Rural Argentina.
EL NACIMIENTO DE LA SRA
"Cultivar el suelo es servir a la patria"
La Sociedad Rural Argentina es parte de la historia económica y política de la Nación. Si bien su fundación recién se plasma en 1866, ya existían desde principios de 1860 intentos de los sectores vinculados a la explotación agraria, de organizar entidades que tratasen la problemática del campo. El conflictivo contexto político de la época (guerra con el Paraguay y guerra civil entre la Confederación y la Provincia de Buenos Aires) no fue un obstáculo para el empuje de algunos pioneros. Sus objetivos no expresaban solamente la defensa de sus propios intereses. Muy por el contrario, eran la manifestación de las imperiosas necesidades nacionales de lograr el desarrollo de una economía estancada, en un territorio lleno de recursos naturales.Aquellos visionarios como Eduardo Olivera, José Martinez de Hoz y otros auténticos forjadores de nuestro suelo, cristalizaron sus anhelos, el 10 de julio de 1866, con la fundación de la Sociedad Rural Argentina. Hoy como ayer, la SRA sigue siendo fiel a sus ideas rectoras:"Artículo 1°- La Sociedad Rural Argentina, fundada en 1866, es una Asociación Civil que tiene los siguientes fines: velar por el patrimonio agropecuario del país y fomentar su desarrollo tanto en sus riquezas naturales, como en las incorporadas por el esfuerzo de sus pobladores; promover el arraigo y la estabilidad del hombre en el campo y el mejoramiento de la vida rural en todos sus aspectos; coadyuvar al perfeccionamiento de las técnicas, los métodos y los procedimientos aplicables a las tareas rurales y al desarrollo y adelanto de las industrias complementarias y derivadas, y asumir la más eficaz defensa de los intereses agropecuarios".
SOCIOS FUNDADORES DE LA SOCIEDAD RURAL ARGENTINA.
José Martinez de Hoz Eduardo Olivera Lorenzo F. Aguero Ramón Viton Francisco B. Madero Jorge Temperley Ricardo B. Newton Leonardo Pereyra Mariano Casares Jorge R. Stegman Luis Amadeo Claudio F. Stegman Juan N. Fernandez

EFEMERIDES 9 DE JULIO

DECLARCION DE LA INDEPENDENCIA ARGENTINA
9 de Julio de 1816

El Congreso fue convocado cuando la Santa Alianza promovía en Europa la restauración monárquica y combatía los movimientos liberales y democráticos. Comenzó en Tucumán, una ciudad del interior, por el creciente disgusto de los pueblos frente a Buenos Aires. Desde la supresión de la Junta Grande por el Primer Triunvirato en 1811 hasta el Directorio de Alvear, la conducción porteña había impuesto sus criterios centralistas, desconociendo las tendencias confederales de la mayoría de esos pueblos. Las provincias fueron convocadas para reunirse en Tucumán y enviaron sus diputados. Estuvieron incluidas algunas del Alto Perú, por entonces en manos realistas, pero se excluyeron Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos y la Banda Oriental, por diferencias políticas. Entre los congresistas, predominaba el sentimiento antiporteño. Las sesiones comenzaron el 24 de marzo de 1816, con Alvarez Thomas como Director Supremo, en la casa de doña Francisca Bazán de Laguna y fueron anunciadas por una salva de 21 cañones. Pero pronto Alvarez Thomas renunció y el 16 de abril fue reemplazado por González Balcarce, quien también renunció. El 3 de mayo, Juan Martín de Pueyrredón, del grupo porteño, fue elegido Director Supremo, con el objetivo de pacificar y unir a todo el territorio.Los diputados Esteban Agustín Gazcón, Teodoro Sánchez de Bustamante y José Mariano Serrano presentaron un plan aceptado por todos y cuyos puntos fundamentales fueron:
Comunicarse con todas las provincias para insistir en la necesidad de unión y así enfrentar al enemigo externo.
Declarar la Independencia.
Discutir la forma de gobierno más conveniente para las Provincias Unidas.
Elaborar un proyecto de Constitución.
Preparar un plan para apoyar y sostener la guerra en defensa propia, proveyendo de armamentos a los ejércitos patriotas.
9 de julio: Declaración de la Independencia
Tras una serie de medidas y después de arduas discusiones acerca de la forma de gobierno, el 9 de julio de 1816, a pedido del diputado jujeño Teodoro Sánchez de Bustamante, se discutió el proyecto de Declaración de la Independencia. Después de tres meses y medio de sesiones, el Congreso proclamó este día la existencia de una nueva nación libre e independiente de España u otras naciones: las "Provincias Unidas de Sud América". El diputado sanjuanino Francisco Narciso de Laprida preguntó: "¿Queréis que las Provincias de la Unión sean una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli?". Todos los diputados contestaron afirmativamente. De inmediato, se labró el "Acta de la Emancipación".
ACTA DE LA INDEPENDENCIA DE LAS PROVINCIAS UNIDAS EN SUD-AMERICA
En la benemérita y muy digna Ciudad de San Miguel del Tucumán a nueve días del mes de julio de mil ochocientos dieciséis: terminada la sesión ordinaria, el Congreso de las Provincias Unidas continuó sus anteriores discusiones sobre el grande, augusto y sagrado, objeto de la independencia de los Pueblos que lo forman. Era universal, constante y decidido el clamor del territorio entero por su emancipación solemne del poder despótico de los reyes de España; los Representantes sin embargo consagraron a tan arduo asunto toda la profundidad de sus talentos, la rectitud de sus intenciones e interés que demanda la sanción de la suerte suya, Pueblos representados y posteridad; a su término fueron preguntados:
¿Si querían que las Provincias de la Unión fuesen una Nación libre e independiente de los reyes de España y su metrópoli? Aclamaron primero llenos del santo ardor de la justicia, y uno a uno reiteraron sucesivamente su un nime y espontáneo decidido voto por la independencia del País, fijando en su virtud la determinación siguiente:
Nos los Representantes de las Provincias Unidas en Sud América reunidos en Congreso General, invocando al Eterno que preside al universo, en el nombre y por la autoridad de los Pueblos que representamos, protestando al Cielo, a las naciones y hombres todos del globo la justicia que regla nuestros votos: declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad unámime e indubitable de estas Provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los Reyes de España, recuperar los derechos de que fueron despojadas, e investirse del alto carácter de una nación libre e independiente del rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. Quedan en consecuencia de hecho y derecho con amplio y pleno poder para darse las formas que exija la justicia, e impere el cúmulo de sus actuales circunstancias. Todas y cada una de ellas así lo publican, declaran y ratifican, comprometiéndose por nuestro medio al cumplimiento y sostén de esta su voluntad, bajo del seguro y garantía de sus vidas, haberes y fama.
Comuníquese a quienes corresponda para su publicación y en obsequio del respeto que se debe a las naciones, detállense en un Manifiesto los gravísimos fundamentos impulsivos de esta solemne declaración.
Dada en la Sala de Sesiones, firmada de nuestra mano, sellada con el sello del Congreso y refrendada por nuestros Diputados Secretarios.
Francisco Narciso de Laprida, Diputado por San Juan, Presidente Mariano Boedo, Vice Presidente, Diputado por Salta Dr. Antonio Sáenz, Diputado por Buenos Aires Dr. José Darragueira, Diputado por Buenos Aires Fray Cayetano José Rodríguez, Diputado por Buenos Aires Dr. Pedro Medrano, Diputado por Buenos Aires Dr. Manuel Antonio Acevedo, Diputado por Catamarca Dr. José Ignacio de Gorriti, Diputado por Salta Dr. José Andrés Pacheco de Melo, Diputado por Chibchas Dr. Teodoro Sánchez de Bustamante, Diputado por la Ciudad de Jujuy y su territorio Eduardo Pérez Bulnes, Diputado por Córdoba Tomás Godoy Cruz, Diputado por Mendoza Dr. Pedro Miguel Aráoz, Diputado por la Capital del Tucumán Dr. Esteban Agustín Gazcón, Diputado por la Provincia de Buenos Aires Pedro Francisco de Uriarte, Diputado por Santiago del Estero Pedro León Gallo, Diputado de Santiago del Estero Pedro Ignacio Rivera, Diputado de Mizque Dr. Mariano Sánchez de Loria, Diputado por Charcas Dr. José Severo Malabia, Diputado por Charcas Dr. Pedro Ignacio de Castro Barros, Diputado por La Rioja Licenciado Gerónimo Salguero de Cabrera y Cabrera, Diputado por Córdoba Dr. José Colombres, Diputado por Catamarca Dr. José Ignacio Thames, Diputado por Tucumán Fray Justo de Santa María de Oro, Diputado por San Juan José Antonio Cabrera, Diputado por Córdoba Dr. Juan Agustín Maza, Diputado por Mendoza Tomás Manuel de Anchorena, Diputado de Buenos Aires José Mariano Serrano, Diputado por Charcas, Secretario Juan José Paso, Diputado por Buenos Aires, Secretario.
9 de Julio de 1853
Se jura en Santa Fe la Constitución Nacional, dictada el 1° de Mayo de 1853.
9 de Julio de 1884
La provincia de Buenos Aires entrega a la Nación la Biblioteca Pública fundada por Mariano Moreno, que desde entonces se denomina Biblioteca Nacional.

Antecedentes Históricos
La Biblioteca Pública de Buenos Aires -antecesora directa de la Biblioteca Nacional-, fue creada por decreto de la Primera Junta, el 7 de septiembre de 1810. Su primera sede estuvo en la Manzana de las Luces, en la intersección de las actuales calles Moreno y Perú.La Junta pensó que entre sus tareas estaba la de constituir modos públicos de acceso a la ilustración, visto esto como requisito ineludible para el cambio social profundo. Mariano Moreno, impulsó la creación de la Biblioteca como parte de un conjunto de medidas -la edición, la traducción, el periodismo- destinadas a forjar una opinión pública atenta a la vida política y cívica. Así, la Gazeta y la traducción y edición del Contrato Social se hermanan en el origen con la Biblioteca. Precisamente, el escrito estremecedor de la Gazeta, titulado “Educación”, en donde se anuncia la creación de la Biblioteca en 1810, posee todas las características de un documentos alegórico, bélico y literario a la vez, pieza muy relevante del pensamiento crítico argentino.
Pocos meses antes, el propio Moreno y Cornelio Saavedra firmaban la orden de expropiar los bienes y libros del obispo Orellana, juzgado como conspirador contra la Junta. Así se constituyó el primer fondo de esta Biblioteca, enlazada desde el comienzo con la lucha independentista y la refundación social. También integraron el primer acervo las donaciones del Cabildo Eclesiástico, el Real Colegio San Carlos, Luis José Chorroarín y Manuel Belgrano.
Sus primeros bibliotecarios y directores fueron el doctor Saturnino Segurola y Fray Cayetano Rodríguez, ambos hombres de la Iglesia. Luego, vendrían Chorroarín y Manuel Moreno, hermano y biógrafo del fundador. Los nombres que se suceden son hilos de una trama histórica y cultural: Marcos Sastre, Carlos Tejedor, José Mármol, Vicente Quesada, Manuel Trelles, José Antonio Wilde. La Biblioteca significaba un cruce, que ya estaba en la vida de estos hombres, entre los compromisos políticos y las labores intelectuales. En estos nombres encontramos la huella de autores de obras que forma parte del memorial del lector argentino, como El Tempe Argentino, de Marcos Sastre, la novela Amalia, de Mármol, o la obra historiográfica de Quesada. Algo del Salón literario de 1837 se alojaba en la Biblioteca Nacional de los años 80, sin contar que uno de sus directores, Tejedor, sería después uno de los directores de la guerra perdida por los batallones de la ciudad de Buenos Aires contra las fuerzas federalizadoras.
De una manera u otra, la Biblioteca Nacional se situaba entre las más altas experiencias literarias -del signo que fueran- y los ecos no callados de las guerras que recomponían las formas del poder nacional. Ya Groussac había percibido esta marca inaugural en la magnífica historia de la Biblioteca Nacional que escribe al iniciar su propia gestión, a la que ve como activadora de una confluencia de las viejas corrientes literarias y política, y la formación de un nuevo espíritu de rigor argumental e investigativo.
La adquisición por parte de la Biblioteca del carácter de Nacional, recién en los años 80 del siglo XIX, guarda inequívoca correspondencia con la evolución de las instituciones del país. En el momento de efectiva formación del Estado nacional, la Biblioteca se erigió como reservorio patrimonial y cultural. Paul Groussac protagonizó el nuevo período, de modernización y estabilización, acorde con el clima general de la época. Por gestión personal de su director, la Biblioteca Nacional obtuvo un edificio exclusivo en México 564, donde los bolilleros atestiguan su destino original, el de Lotería Nacional. La gestión de Groussac duró más de cuarenta años, y entre otras cosas logró que la Biblioteca fuera un punto de referencia para el pensamiento argentino, en especial en temas históricos y de crítica literaria. Logró aliar la acumulación bibliográfica (se duplicaron los fondos patrimoniales y se creó la Sala del Tesoro), con la forja de un centro considerable de creación y pensamiento, que se expresó incluso en prestigiosas publicaciones.
Durante el siglo XX hubo dos largas gestiones recordadas por razones diversas. La primera, fue la de Gustavo Martínez Zuviría, autor de libros de venta masiva y difusor de posiciones antisemitas. Al frente de la Biblioteca durante un cuarto de siglo, desplegó una vasta labor de compras bibliográficas, publicación de documentos e intervención en los debates culturales. Este controvertido y prolífico autor, también deseó relativizar el peso de Mariano Moreno en la fundación de la Biblioteca, restándole así valor al origen revolucionario de su fundación. Durante el largo período de permanencia de Martínez Zuviría se compró la importante colección del hispanista francés Foulché-Delbosc, esencial para el estudio de la historia de España. La dura controversia que mantuvo el poeta y ensayista César Tiempo con Martínez Zuviría es uno de los momentos recordables que atesora la memoria de la institución y prueba de que siempre fue ella misma un documento de cultura atravesado por todas las tendencias culturales e ideológicas de las épocas más vehementes de la historia argentina.
La otra presencia capital en la Biblioteca Nacional -cuya espesura cultural y literaria era de características bien diversas a la anterior, pero no a la de los tiempos largos que quedaron impregnados por el sello personal de Groussac-, fue obviamente la de Jorge Luis Borges. El autor de “La Biblioteca de Babel” supo erigir a la Biblioteca como tema de pensamiento y literatura, y gestionar la institución junto con el subdirector José Edmundo Clemente, quien asimismo fue muy activo en la construcción del nuevo edificio, situado en la manzana que antes había alojado la residencia presidencial en que habían convivido Juan Domingo Perón y su esposa Eva Duarte. El itinerario urbano, catastral y arquitectónico de la Biblioteca Nacional también revela su íntimo apego a las alternativas más dramáticas de la vida nacional.
Precisamente la Biblioteca fue objeto de una prolongada empresa arquitectónica que abarcó desde la concepción de la necesidad de un nuevo edificio en 1960, cuando la ley 12.351, destina tres hectáreas para su construcción, entre las avenidas del Libertador General San Martín y Las Heras, y las calles Agüero y Austria, hasta su inauguración, recién en 1993. A partir del correspondiente concurso de anteproyectos, la obra fue adjudicada a los arquitectos Clorindo Testa, Alicia D. Cazzanica y Francisco Bullrich. Aún están en vías de realización algunas partes del proyecto original. La piedra fundamental del edificio actual fue colocada en 1971 y la morosa construcción estuvo a cargo de distintas empresas: Compañía Argentina de Construcciones, José E. Teitelbaum S.A. y Servente Constructora S.A. En 1992, coincidiendo con otra fuerte modernización urbana, el edificio fue finalizado. Su estilo a veces llamado “brutalista” -sin duda una de las variantes del expresionismo del siglo XX-, es siempre motivo de interrogación y estudio por los estudiantes de arquitectura. Irrumpe en los estilos arquitectónicos del tejido de la ciudad que la aloja, con una fuerte voz irreverente, escultórica y pampeana, que no deja hasta hoy de formar parte del acervo de las discusiones culturales argentinas.
Un año más iba a demorar el complejo traslado del material bibliográfico y hemerográfico desde la antigua sede de la calle México. Un fondo que, como puede apreciarse en los catálogos, no se limita a la producción nacional -aunque ésta es, sin dudas, su centro-, sino que incluye importantes ediciones extranjeras. Menos dotada cuantitativamente que otras bibliotecas nacionales hermanas de Latinoamérica y aún en proceso su ansiado momento de ponerse a la par de los horizontes de modernización característicos de la época contemporánea, la Biblioteca Nacional de la República Argentina sin embargo posee un patrimonio cuya calidad es de excelencia, indispensable para considerar la bibliografía y la hemerografía de la historia nacional en sus más variados aspectos, y particularmente rica en lo que hace a los antecedentes remotos o más mediatos de la formación social, económica y simbólica de la nación.
La Biblioteca Nacional, en cuya historia pueden verse así los trazos elocuentes de la historia nacional, ha sido entonces atravesada, a veces mellada, otras veces impulsada, por la vida política más amplia. No es posible pensarla, gestionarla, trabajar en ella, investigar sus salas de lectura o tomarla como pieza de la política cultural argentina, sin tener en cuenta el vasto eco que ofrece -como si fueran los “ecos de un nombre” borgeanos-, de los avatares de la propia memoria nacional. Venir a ella supone adentrarse en la propia historia de la lectura en la Argentina y en las complejas urdimbres sus pliegues simbólicos y materiales.

Fuente :Ciudad de Buenos Aires bibliotecanacional@bn.gov.ar

EFEMERIDES 8 DE JULIO

8 de Julio de 1838
Se funda en Buenos Aires la Asociación de Mayo, cuyo antecedente fue a "Librería Argentina", creada por Marcos Sastre y en cuya trastienda funcionó un salón literario donde se forjó el pensamiento nacional que dominó la última mitad del siglo. La inauguración fue presidida por Vicente López y Planes. La integraron, entre otros, Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi y Vicente Fidel López y se constituyó como núcleo opositor a Rosas.

8 de Julio de 1878
Muere el músico Juan Pedro Esnaola, que se perfeccionó en París. Fue autor de la música de composiciones populares como "El pescador de Palermo" y "La diamela". Su arreglo del Himno Nacional Argentino es el que ha sido oficializado. Nació en Buenos Aires el 17 de septiembre de 1808.
Juan Pedro Esnaola (Buenos Aires, 17-09-1808; Buenos Aires, 8-07-1878)

Compositor y pianista. Junto a Juan Bautista Alberdi y Amancio Alcorta surgió como figura representativa del grupo de los Precursores. Estos hombres, cuya formación integral les permitió desarrollar tareas en diferentes ámbitos del quehacer político, social y artístico, habían nacido en suelo argentino y fomentaron el nacimiento de una nueva cultura. Pero mientras que Alberdi sobresalió por su labor en el campo de la filosofía política y Alcorta en el de la economía, Esnaola se destacó por su actividad en el terreno de la música. En su caso, el funcionario público - Director del Batallón de Serenos (1842) y de la Casa de la Moneda, Juez de Paz de la parroquia de la Catedral al Norte (1852), Presidente del Club del Progreso (1858) y del Banco de la Provincia (1866) - no llegó a eclipsar al compositor, intérprete, pedagogo y organizador de sociedades especializadas. A Esnaola le tocó vivir en tiempos en los que los músicos no pasaban de ser meros aficionados. Su ámbito era el de la iglesia, para apoyar a la liturgia, o el de la tertulia, para fomentar el sano esparcimiento. Los géneros en boga fueron los de la música de salón y la canción. La primera estaba concebida para la danza, según el más estricto dictamen de la moda: de pareja suelta (minué, cuadrillas, gavota, etc.) hasta 1840; de pareja tomada independiente (polca, vals, mazurca, etc.) durante la segunda mitad del siglo XIX. Entre ellas, las de Esnaola fueron de las más exitosas de la época. La canción, por su parte, oscilaba entre los aires locales, las melodías españolas o las de estilo italianizante. Esnaola hizo su incursión en el rubro canzonetta, con páginas tales como La primavera (ca. 1841), con texto en italiano:
Gia ride Primavera

8 de Julio de 1884

Bajo la presidencia de Julio A. Roca se promulga la Ley 1420 de educación común, gratuita y obligatoria .

Ley Nº 1420 de Educación Común (1884)
Fuente: Colección de Leyes y Decretos, Tomo 1, pág. 282.
Art. 1. La escuela primaria tiene por único objeto favorecer y dirigir simultáneamente el desarrollo moral, intelectual y físico de todo niño de seis a catorce años de edad.
Art. 2. La instrucción primaria, debe ser "obligatoria", gratuita, gradual y dada conforme a los preceptos de higiene.
Art. 3. La obligación escolar comprende a todos los padres, tutores o encargados de los niños dentro de la edad escolar establecida en el artículo primero.
Art. 4. La obligación escolar puede cumplirse en las escuelas públicas, en las escuelas particulares o en el hogar de los niños; puede comprobarse, por medio de certificados y exámenes, exigir su observancia por medio de amonestaciones y multas progresivas, sin perjuicio de emplear, en caso extremo, la fuerza pública para conducir al niño a la escuela.
Art. 6. El "minimun" de instrucción obligatoria comprende las siguientes materias: lectura y escritura; aritmética (las cuatro primeras reglas de los números enteros, y el conocimiento del sistema métrico decimal y la ley nacional de monedas, pesos y medidas); geografía particular de la República y nociones de geografía universal; de historia particular de la República y nociones de historia general; idioma nacional; moral y urbanidad; nociones de higiene; nociones de ciencias matemáticas, físicas y naturales; nociones de dibujo y música vocal; gimnástica, y conocimiento de la Constitución Nacional. Para las niñas será obligatorio, además, el conocimiento de labores de manos y nociones de economía doméstica. Para los varones el conocimiento de los ejercicios y evoluciones militares más sencillos; y en la campaña, nociones de agricultura y ganadería.
Art.8. (956) La enseñanza religiosa sólo podrá ser dada en las escuelas públicas por los ministros autorizados de los diferentes cultos, a los niños de su respectiva comunión, y antes o después de clase.
Fuente: www.elhistoriador.com.ar

8 de Julio de 1884
Se aprueba como ente autárquico el proyecto de creación del Consejo Nacional de Educación, con el doctor Eduardo Wilde como Ministro de Instrucción Pública.
Nació en Tupiza, Bolivia, en donde su familia estaba exiliada por Rosas; hijo de Diego W. Wilde.Médico, estadista y escritor. Estudió en el Colegio de Concepción del Uruguay, fundado por Urquiza, donde conoció y se hizo amigo de Julio A. Roca, Olegario Andrade, Victorino de la Plaza y otros; este grupo conformó más tarde una parte especial de la generación intelectual y literaria del 80 y de la oligarquía que dirigió la vida política y cultural de la Argentina hasta el fin del siglo.En 1864, ingresó a la Facultad de Medicina de Buenos Aires pero interrumpió sus estudios para ayudar en la epidemia de cólera de 1867-1868 y para desempeñarse como cirujano del ejército en la Guerra del Paraguay; se graduó en medicina en 1870; fue oficial médico en la epidemia de fiebre amarilla de 1871 (mil cuatrocientas víctimas en Buenos Aires); ocupó varios puestos docentes en la Facultad de Medicina en los años siguientes; publicó dos textos: Lecciones de higiene y Lecciones de medicina legal y toxicología.
Eduardo Wilde ocupó su lugar en la vida pública como legislador en la provincia de Buenos Aires y luego como diputado por esta provincia al Congreso Nacional; como liberal oligarca en política, apoyó a Avellaneda y a Roca; fue ministro de Justicia y Educación del Presidente Roca en la década de 1880.Fiel a su manifiesta creencia de que la mejor manera de mejorar las fuerzas morales, intelectuales y materiales de una nación era fortaleciendo el sistema educativo, reformó sus bases legales, aumentó el número de escuelas primarias, estableció el Colegio Nacional en La Plata y en otras provincias que lo necesitaban y reestructuró las escuelas normales; apoyó con vigor la educación laica y el matrimonio civil; continuó su servicio público como ministro del Interior del presidente Juárez Celman; mejoró los servicios de salud pública e inició la construcción del puerto Madero en Buenos Aires.Luego de la caída del gobierno de Juárez Celman en 1890, el Dr. Wilde fue al exterior y pasó bastante tiempo viajando por Europa; publicó sus impresiones en Viajes y observaciones; fue presidente del Departamento Nacional de Higiene durante la segunda presidencia de Roca; entre otras cosas, organizó una expedición médica dirigida por el Dr. Carlos Malbrán al Paraguay para ayudar a combatir la peste bubónica en Asunción.Fue nombrado ministro plenipotenciario ante los Estados Unidos y al año siguiente fue enviado a España y luego a Bélgica; murió cuando ocupaba este último puesto en Bruselas. Durante toda su vida, Eduardo Wilde fue escritor; además de las obras mencionadas, colaboró con artículos agudos y a veces satíricos para diversos periódicos; editó La República por cuatro años; escribió también obras serias y literarias como por ejemplo: Discurso sobre educación laica, Tiempo perdido; Prometeo y compañía (autobiográfico); Aguas Abajo, etc.

martes, 7 de julio de 2009

EFEMERIDES 7 DE JULIO

7 de Julio de 1923
Nace en El Galpón (provincia de Salta), el notable guitarrista, compositor y cantor Eduardo Falú, autor de la música de difundidas composiciones populares como "Romance de la muerte de Juan Lavalle", "La Candelada", "Tonada del viejo amor" y "Llanto por el Chacho".

Fuente Foto y nota El Rincon del Guitarrista

Nació el 7 de julio de 1923 en El Galpón, provincia de Salta en la República Argentina. El Galpón es un pequeño pueblo, un antiguo lugar de carreteras hacia la provincia del Chaco, en el que Falú permaneció muy brevemente. Hijo de Juan Falú y Fada Falú, ambos sirios de igual apellido pero no parientes. "Mi padre -nos cuenta Falú- era bastante soñador. Nunca se enriqueció con su comercio. Andaba siempre con la Biblia, leía los versos en árabe, amaba la poesía. Aún percibo el olor de los lazos, cueros y quesos con que mi padre llenaba el carruaje donde viajábamos, resultado del trueque de las mercaderías rurales por productos regionales. Mi infancia - continúa en su relato - transcurre en el Departamento de Metán, allí tuve mi primer caballo, "El Potro". Al negocio de almacén cayeron un día, para la venta, unas guitarras. Entre ellas y los serruchos que colgaban se estableció, en los días de algún breve temblor de tierra, una especie de vibradora y temblorosa sinfonía, muy curiosa, que, a lo mejor, me introdujo en el mundo de la música…".
Atraído por esa curiosa sinfonía, a los 11 años ya tenía entre sus manos una guitarra, propiedad de su hermano mayor, Alfredo. Alfredo tomba clases con un profesor y Eduardo lo copiaba al pie de la letra, y así, sacó sus primeros tonos.
"La guitarra en esos tiempos - nos dice Falú - era cosa mal vista y una carta blanca para la farra. Con ella, conocí un mundo corajudo, un verdadero sainete costumbrista, y entreví mi destino guitarrero".
A los catorce años se muda con su familia de Metán a Salta donde la guitarra lo termina de conquistar para siempre. En Salta conoce a Arturo Dávalos y poco después a Jaime Dávalos, autor de innumerables poemas a los que Falú le pone música.
Se casa con doña Aída Nefer Fidélibus, a quien, cariñosamente, llama Nefer. La vida les da dos hijos: Eduardo y Juan José. Juan José, al igual que su padre, siente una gran afición por la guitarra y el canto.
De estatura sobresaliente, ojos verdes, tristones, inundados de esa nostalgia de árabe acriollado en una tierra que aprendió a amar, casi más que a sí mismo. De esa mirada que fluctúa entre la interrogación y el asombro, se desprende bondad y mansedumbre, y tal vez un dejo de altivez sin desafío, que deja al descubierto un alma verdaderamente límpida, frontal, sincera.
Falú escapa a todos los esquemas estereotipados de "bohemio", por el contrario, es un buen deportista al que le gusta nadar, cazar y volar. De ademanes serenos y reposados es, entre ajenos, un hombre serio, y entre amigos, de una cordialidad amistosa entrañable.
Es andariego, nostálgico, vehemente y ávido de saber. De fina intuición para adivinar la naturaleza y sentimientos de quienes lo rodean y elegir sus amistades con seguro instinto. A sus naturales cualidades, Falú ha sumado su disciplina, su responsabilidad, su cordura. Ha sabido ordenar el vuelo de su imaginación.
Su primera guitarra fue una de esas, como ya dijimos, que colgaba entre serruchos y cencerros y que sonaba con cada temblor del suelo salteño. Años más tarde la Antigua Casa Nuñez le hizo llegar una guitarra a Metán. De esa guitarra Falú nos cuenta: - "Al desembalarla y sentir el olor de la madera lustrada y al admirar el brillo que despedían su tapa, caja y clavija mecánico, me pareció ser el poseedor del instrumento más valioso del mundo".
Ya en Buenos Aires, conoce a un gran luthier, Francisco Estrada Gómez, buscador y creador de nuevas formas para lograr más volumen de sonido. La primera guitarra de doble fondo que él ideó y construyó, fue para Falú.
El propio Falú escribió: "Pocos instrumentos son capaces de expresar emoción, patetismo, alegría y todos los estados del alma con tanta fidelidad como la guitarra".
Eduardo Falú es un artista multifacético, aclamado de forma internacional, imposible de encasillar dentro de una sola idea. Es un refinado guitarrista, cantante consumado y un distinguido compositor. La calidad de su barítona voz, es admirada y amada en el mundo entero. Escucharlo, eleva y purifica.
La trayectoria artística de Eduardo Falú comieza en el ambiente familiar, más tarde se extiende a Buenos Aires, capital de la República Argentina, para luego conquistar y apasionar a los públicos más disímiles: América, Europa, Rusia, y Japón.
Como compositor, no sólo es el creador de obras modernas folclóricas, sino también de obras clásicas.
En su música se advierte una marcada influencia de las melodías de su provincial natal. Salta tiene ritmos propios: El Carnavalito, el Bailecito, la Cueca y algunos otros derivados de la combinación de la música india propia del lugar, y las melodías españolas que acompañaron a los conquistadores.
Si bien algunas de sus composiciones nos cuentan historias de los mineros bolivianos, los trabajadores en las zafras, los barqueros del Río Paraná, otras canciones nos relatan aspectos más universales de la humanidad: amor, muerte, soledad, coraje y la injusticia.
En el género épico de algunas de sus obras se refleja la herencia de viejas tradiciones. La música para el poema "Romance de la Muerte de Juan Lavalle", de Ernesto Sábato, refleja la lucha por la independencia.
En colaboración con Jorge Luis Borges (1899-1986) le da vida a "José Hernández" , -la pobreza del gaucho que habitaba las pampas argentinas.
Eduardo Falú ha creado música para más de un centenar de poemas, no sólo de Jorge Luis Borges y Jaime Dávalos, sino también de León Benarós, Manuel Castilla, Alberico Mansilla entre muchos otros.

7 de Julio

Día de la Conservación del Suelo

El 7 de julio se celebra el Día Nacional de la Conservación del Suelo, establecido en 1963 por decreto de la Presidencia de la Nación en memoria del Dr. Hugh Hammond Bennet. El Dr. Bennet fue un investigador estadounidense que trabajó constantemente en busca de la preservación de la integridad del recurso natural suelo, cuya importancia es vital para la producción agropecuaria. El suelo es un sistema dinámico y complejo cuya función no es sólo la de servir como soporte mecánico para el crecimiento de las plantas, sino que también es el medio a través del cual éstas toman el agua y los nutrientes que necesitan para su desarrollo. Por otro lado, el productor se "comunica" con el cultivo para lograr las respuestas que desea, mediante las prácticas de manejo del suelo que lleva a cabo (laboreo, riego, fertilización, etc.). Cuando un suelo se encuentra en condiciones adecuadas para cumplir con su función para la producción, se dice que es de buena calidad. El uso irracional del suelo genera una alteración de sus propiedades que puede hacer que pierda parcial o totalmente su capacidad de cumplir con su función. Este fenómeno de disminución o pérdida de calidad del suelo se denomina degradación. La erosión es el más grave de los procesos de degradación y se define como la pérdida de las capas más fértiles del suelo y, por ende, de gran parte de sus condiciones para producir. La misma puede ser producida por el agua (hídrica) o el viento (eólica). Por la acción de tales agentes climáticos, las capas superficiales son arrancadas de su emplazamiento original y transportadas hasta lugares a veces muy distantes. El suelo removido no podrá ser retornado, y tardará muchos años en volver a formarse. El resultado final de este proceso son tierras improductivas cuya condición es, en la gran parte de los casos, poco menos que irreversible. De las 280.000.000 has que abarca la Argentina, 112.000.000 has (40%) están afectadas en algún grado por procesos de degradación, principalmente por erosión. Tierras de alto valor para la producción agrícola, se encuentran hoy dañadas por los efectos de este proceso. Se estima que, para las zonas húmedas de nuestro país, la degradación por estas causas se incrementó a razón de 250.000 has/año en los últimos 30 años. En lo que respecta a la zonas áridas o semiáridas, más de 21.000.000 has se hallan afectadas por erosión eólica, con incrementos de 60.000 has/año en ese mismo período. El suelo es el principal capital con que cuenta el productor y por extensión, la comunidad toda, especialmente aquéllas que basan su economía en la producción agropecuaria. La responsabilidad de mantenerlo productivo no recae solamente sobre quienes estén directamente vinculados a su uso, sino también sobre aquellos otros miembros de la sociedad que de una u otra manera intervienen o influyen sobre el proceso productivo u obtiene beneficios a partir del mismo. El problema de la erosión existe y no puede ser negado; las alternativas no son muchas: o se deja que nuestros suelos vayan perdiendo gradualmente su capacidad de producir, o se decide conservarlos para asegurar la subsistencia de las generaciones futuras. Por eso es de verdadera importancia crear la inquietud para que en forma conjunta productores, contratistas, profesionales, estudiantes, docentes, empresarios y toda la comunidad en general tome conciencia de los riesgos que implica la pérdida de un recurso natural de tan vital importancia como lo es el suelo.