martes, 30 de junio de 2009

EFEMERIDES 29 DE JUNIO



Pedro Ferré :Nacióen Corrientes, 29 de junio de 1788 fue un militar y político argentino, tres veces gobernador de la provincia en que nació y convencional en la elaboración de la Constitución Argentina de 1853.




Hijo de carpintero Juan Ferré, se educó en su ciudad natal y por corto tiempo siguió la carrera militar.
Aprendió de su padre el oficio de carpintero y se especializó en la construcción y reparación de barcos y botes, además de participar en el comercio fluvial. Colaboró con el ejército al mando de Manuel Belgrano en su campaña al Paraguay y ejerció como capitán de milicias urbanas en 1819, cuando estaba terminando el período de dominio sobre el litoral del fundador del federalismo argentino, José Artigas. Bajo el gobierno de Francisco Ramírez fue comandante de marina de su provincia.
En 1821 participó de la convención convocada para organizar la provincia y, por su destacado desempeño, fue nombrado alcalde en 1822, y al año siguiente fundó el pueblo de Caá Catí.
Primer gobierno
El 27 de diciembre de 1824 fue elegido Gobernador Intendente de la provincia por primera vez y por un período de cuatro años. Sería luego reelecto para un nuevo mandato.
Durante su mandato introdujo la imprenta en la provincia (con la que se editó el primer periódico correntino, La Verdad Sin Rodeos), comenzó la impresión de papel moneda, creó el Consejo de Educación de la provincia, y promovió la industria, el puerto y la agricultura, y secularizó los bienes de la Iglesia.
En cada cabecera de departamento se fundaron escuelas de primeras letras, incluida una para niñas en la capital, y fundó una escuela de medicina. Decretó la vacunación obligatoria. Mantuvo una administración financiera ordenada y sin deudas, e incluso otorgó un crédito a la vecina provincia de Entre Ríos.
Fundó y delineó las ciudades de Mercedes, Empedrado, San Cosme, San Luis del Palmar y Bella Vista.
Si bien era un admirador de Bernardino Rivadavia y aplaudió su elección como presidente, se opuso a su política unitaria y rechazó la constitución de 1826.
Conflictos con Misiones
La antigua región de las Misiones había desaparecido virtualmente para cuando Ferré asumió como gobernador; las Misiones Orientales se habían repartido entre el Brasil, que en 1801 tomó posesión de los Siete Pueblos, y la Banda Oriental, mientras que la región septentrional se había integrado en territorio paraguayo. Tras la disolución de la efímera República de Entre Ríos que se había organizado bajo el liderazgo del supremo Francisco Ramírez, el resto del territorio se hallaba bajo el control de Entre Ríos. La situación de virtual anarquía en que se encontraba la región meridional llevó en 1823 a los cabildos de los principales pueblos de la región, San Miguel, Loreto y San Roquito, a cursar pedido a la gobernación de Corrientes de anexarse a la misma, ignorando así la autoridad de Félix de Aguirre, el administrador del territorio.
La nota del cabildo de San Roquito, capital de la región, rezaba
"en reunion general para tratar sobre nuestra suerte venidera, en virtud de hallarnos sin protección alguna por no haber Autoridad ni jefe reconocido en Misiones de donde hemos dependido, por lo que nos consideramos huérfanos y libres de las obligaciones (...) y debiendo unirnos y vivir en sociedad con otros pueblos para poder sobrevivir (...) hemos resuelto todos decididamente por un convenio general unirnos a la Provincia de Corrientes, sugetarnos a su gobierno superior y estar obedientes a las leyes queriendo vivir en union con nuestros hermanos los Correntinos y componer una sola familia."
Aguirre se manifestó en contra, del mismo modo que lo haría cuando San Miguel y Loreto hicieron pedidos similares. La coyuntura, con la inminente Guerra del Brasil ocupando a los gobernantes, hizo que la cuestión se difiriera. El conflicto se reavivó brevemente por el incidente del Rincón de la Merced, en el noreste del actual territorio correntino; el Tratado del Cuadrilátero había colocado bajo dominio correntino esa área, históricamente ocupada por los guaraníes de las Misiones. Aguirre desconoció los términos del tratado, nombró un comandante militar para Yapeyú y reemplazó al de la actual Monte Caseros. Ferré respondió dictando un bando en el que informaba que los territorios al occidente del río Miriñay competían a su gobierno, y ordenando a las milicias con sede en Curuzú Cuatiá que desalojasen al nuevo comandante. El inicio de las hostilidades contra el Brasil interrumpió el conflicto y, el 27 de agosto de 1825, Aguirre cedió a las exigencias de Ferré.
Aguirre se puso al frente de las tropas misioneras en la guerra, y Ferré envió fuerzas para fortalecer su posición. Las acciones parecieron sonreír a Aguirre, que en marzo de 1826 derrotó en la batalla del Paso de Itaquí a los imperiales. Sin embargo, unos meses más tarde fue derrotado por Bentos Manuel Ribeiro en la batalla del Paso del Rosario, y Ferré debió acudir en su ayuda. La presencia de las tropas correntinas, acantonadas sobre el río Uruguay para prevenir ulteriores avances de los brasileños, fue una baza crucial en la delimitación posterior del territorio. Los cabildos del interior reiteraron sus pedidos, y Ferré envió fuerzas para asegurar el apoyo de los locales, que deseaban desconocer a Aguirre. Este, que se había replegado en Mandisoví para reorganizar a su tropa, fue apresado por uno de sus ex-subordinados, Mariano Aulestia, que reconoció la autoridad de Ferré el 14 de enero de 1827.
No todos los misioneros adoptaron esa misma postura; oficiales del ejército de Aguirre, capitaneados por Agustín Cumandiyú y Gaspar Tacuabé, se rebelaron contra la ocupación correntina. Ferré envió 400 hombres contra los insurrectos, que retomaron San Roquito e hicieron frente a las tropas de Cumandiyú y del reaparecido Aguirre. El 12 de noviembre de 1827 se produjo la batalla de Cambay, que resultó el encuentro decisivo. Los insurrectos fueron batidos, y se replegaron a Tuyuné, donde las tropas correntinas los vencerían pocos días más tarde. Los caciques derrotados se refugiaron en la Banda Oriental, excepto Tacuabé, que hizo una larga carrera militar en Entre Ríos.
El dominio correntino quedó garantizado en 1830, cuando los jefes misioneros se reunieron en el pueblo abandonado de La Cruz para suscribir un pacto por el cual se repoblaría la región bajo autoridad correntina. Ferré aplicó el mismo sistema por el cual se había decidido a poblar la frontera oriental de sus dominios, fomentando la creación de estancias de mediano tamaño mediante la cesión de terrenos en enfiteusis, criterio que ya había permitido fundar otros pueblos en la provincia. El 19 de abril se garantizó la refundación del pueblo, y el 3 de julio el Congreso provincial sancionó el régimen de enfiteusis. El terreno se ocuparía rápidamente en los años sucesivos, destinándose a la plantación y la ganadería extensiva. La enfiteusis regiría durante las tres décadas venideras, hasta que en 1860 su propiedad definitiva se resolvería en subasta.
Primeros conflictos con los federales de Buenos Aires.
En 1827 firmó con las demás provincias el compromiso para formar una Convención Nacional en Santa Fe, pero enseguida tuvo problemas con el gobernador porteño Manuel Dorrego por cláusulas menores que éste había querido modificar, y por la invitación que se había enviado a todas las provincias, incluso Misiones.
Fue reelegido gobernador en diciembre de 1827, pero con la condición expresa de que renunciaría en cuanto se firmara la paz con el Brasil. Entregó el poder a Pedro Cabral a fines de 1828.
Vencidos los unitarios de Buenos Aires, el gobernador Juan Manuel de Rosas invitó a las demás provincias litorales a firmar un tratado de alianza. Ferré fue comisionado por su gobierno ante los de Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos a fines de 1829, para firmar un tratado de alianza entre las cuatro provincias, para oponerse a la dominación unitaria que el general José María Paz imponía sobre el interior.
Se formó en Santa Fe un congreso de diputados de las cuatro provincias, y Ferré fue diputado por su provincia y presidente del cuerpo. Su intención era defender una pronta organización nacional, una reglamentación del tráfico fluvial, la habilitación de otros puertos para el comercio exterior, además del de Buenos Aires, la protección para los productos del país, la nacionalización de los ingresos por derechos aduaneros y los gastos nacionales de guerra y relaciones exteriores. Pero se enfrentó con el enviado porteño, que se negó a tratar esos asuntos. Como no se llegó a un acuerdo en asuntos tan importantes, regresó a Corrientes, dejando en su lugar a su amigo Manuel Leiva.
Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos firmaron el Pacto Federal, un tratado en que cada una mantenía su situación, y se prometía la convocatoria a un congreso constituyente para cuando el país estuviera en paz. Leiva lo firmó también algunas semanas más tarde.
Ferré ya estaba convencido de que Rosas era un unitario que quería usar a los caudillos federales. Por eso hizo todo lo posible para evitar que se le diera a Rosas el manejo de las relaciones exteriores, pero fracasó en su intento.
En ese Congreso también defendió la postura proteccionista: fue uno de los primeros en establecer teóricamente el nexo entre federalismo y proteccionismo. Defendía la prohibición de la importación de artículos que compitiera con las producciones de las provincias del interior. Su postura, adelantaba, sería resistida por los exportadores de carne y cuero de Buenos Aires. Pero que, para la mayoría de la población, especialmente en el interior, iba a ser mucho más beneficiosa. Aclaraba que sólo pedía protección para lo que se producía en el país en ese momento. Recordaba que
"…los pueblos cuya riqueza y poder admiramos hoy, no se han elevado a este estado adoptando en su origen un comercio libre y sin trabas, y ni aun ahora que sus manufacturas y fábricas se ven en un pie floreciente... No puede ser que la benemérita Buenos Aires, cargada de laureles, hubiese derramado su sangre y sacrificado su fortuna, para convertirse perpetuamente en un país consumidor de los productos y las manufacturas del mundo. "
A pesar de su conflicto con Rosas, la prédica de Ferré y de otros ideólogos federales y proteccionistas de Corrientes tuvo una importancia crucial para la sanción por el mismo Rosas de la Ley de Aduanas de 1836, que determinaba la prohibición de importar algunos productos y el establecimiento de aranceles para otros casos. Estas medidas impulsaron notablemente el mercado interno y la producción del interior del país.
Segundo gobierno
Fue elegido nuevamente gobernador a fines de 1830, y realizó una política interior similar a la que había llevado adelante en su primer gobierno, además de sumarle algunas medidas proteccionistas de la industria local.
Tuvo que afrontar una invasión paraguaya a Misiones. Tras muchas maniobras y ninguna batalla, pudo finalmente echar a los paraguayos, sólo por medio de su firme actitud, que el dictador paraguayo Francia no esperaba.
En 1832, una ley fijó los límites del territorio provincial, integrando de manera explícita el nuevo territorio a éste. Quedaba fuera la zona al norte del río Aguapey, que estaba ocupada por el Paraguay desde la independencia de éste. Buenos Aires, sin embargo, intentó hacer valer sus derechos promoviendo la venta de esos terrenos a colonizadores británicos. Aunque tras la negativa decidida de Gaspar Rodríguez de Francia al intento porteño el gobierno central no insistió, los correntinos sí lo harían. En 1832 se inició la ocupación de la zona de la tranquera de Loreto, que paulatinamente y sin encontrar resistencia armada se extendería hasta la ciudad de Candelaria. Ferré planeaba allí la primera plantación industrial de yerba mate, y ofreció contratos beneficiosos a quienes quisieran iniciar explotaciones en la región, reservando para el gobierno provincial los antiguos huertos de las reducciones. Al mismo tiempo, estableció dos puestos aduaneros, uno en la tranquera de Loreto para los que circulasen hacia Itapúa por esa vía, y otro en Puerto Hormiguero.
La arriesgada empresa, falta de apoyo del gobierno central, fue poco duradera; en 1834, Francia despachó tropas hacia la región, y la superioridad numérica de las mismas obligó a Ferré a ceder el territorio. Los paraguayos incursionarían al sur del Aguapey hasta el inicio de la guerra del Paraguay, ralentizando la ocupación de esas tierras.
Ruptura con Rosas
Mantuvo a su provincia representada en el congreso de las cuatro provincias federales en Santa Fe. Cuando Paz y Lamadrid fueron derrotados, a fines del año siguiente, se presentaron al congreso los representantes de las provincias del interior y se incorporaron a él. Había llegado el momento tan deseado de la organización nacional. Pero Buenos Aires y su caudillo Rosas no la querían, y defendieron su postura con el argumento de que primero se debían organizar las provincias y luego el país. Era un punto de vista lógico, pero sólo en parte, y en parte era solamente una excusa.
El diputado por Corrientes, Leiva, escribió una nota al ministro de gobierno de Catamarca, en que lo invitaba a trabajar por la pronta instalación del congreso definitivo; pero además le advertía de las intenciones de Rosas y su enviado. La carta fue a parar a manos de Rosas, y éste inició una campaña periodística y de cartas a los gobernadores contra Leiva y Ferré, que fueron acusados de "anarquistas, egoístas y unitarios". Con esa excusa, Buenos Aires retiró a sus diputados de la convención de Santa Fe, con lo que la esperada constitución debería esperar aún más. Exactamente veinte años más.
El Chaco .
En 1835 suscribió un tratado de paz con los caciques de los abipones chaqueños, con los que las hostilidades habían sido constantes por las incursiones de ambos bandos en expediciones de saqueo. Ferré obtuvo de los indígenas el abandono de sus territorios en la margen correntina del río Paraná a cambio del reconocimiento de su dominio sobre el Chaco y el establecimiento de un régimen comercial libre. Los abipones, a su vez, garantizaban a Corrientes la suspensión de las incursiones sobre los pueblos costeros, en especial Itatí, el respeto de las expediciones que cruzasen pacíficamente al Chaco, y la colaboración en la instalación de obrajes para la explotación de los ricos recursos forestales de esa margen del río.
Por el tratado se dispuso la abolición del sistema de reducciones, y Ferré distribuyó en propiedad las tierras que éstas ocupaban entre los indígenas que optaron por permanecer en Corrientes. El pueblo de Bella Vista, sobre la base de la reducción de Las Garzas, y el de Caá Catí, los acogieron. La tranquilidad permitió a la provincia comerciar provechosamente sus mercancías por los productos silvestres obtenidos por los nativos.
En el llano
Al terminar su período, se negó a ser reelecto; en su lugar fue elegido Rafael León de Atienza, un sincero aliado de Rosas. Ferré fue ascendido al grado de general, pero permaneció en un segundo plano, dedicado a su trabajo de astillero.
Durante esos años recrudeció el control porteño de los ríos, y se cortó toda comunicación con puertos extranjeros que no fuera a través del puerto de Buenos Aires. Para empeorar las cosas, el Paraguay se había cerrado cada vez más sobre sí mismo, y ya no tenía ningún comercio exterior. Esto llevó al siguiente gobernador, Genaro Berón de Astrada, a un nuevo conflicto con Rosas, en el que Ferré no tuvo parte, ya que se mantuvo en la oposición.
La política de Berón, de directa oposición a Rosas y de alianza con sus enemigos, llevó a la invasión de la provincia por el gobernador entrerriano Pascual Echagüe, que lo derrotó en la batalla de Pago Largo, en que el gobernador correntino resultó muerto. También murieron más de mil soldados.
El congreso correntino nombró por tercera vez gobernador a Pedro Ferré, que asumió el 8 de marzo de 1839. Pero fue obligado a renunciar por Echagüe, que nombró en su lugar a José Antonio Romero, un federal rosista.
Tercero y cuarto gobiernos
Apenas retirado Echagüe, Ferré dirigió una revolución contra Romero, y el 8 de octubre de ese año inició el que sería su último gobierno.
Poco después entraba en su provincia el general Juan Lavalle al frente de un exiguo ejército, en que figuraban muchos oficiales capaces. Poco después, Echagüe sería derrotado por Rivera en la batalla de Cagancha.
A principios de 1840, el gobierno uruguayo de Fructuoso Rivera envió a Santiago Derqui como plenipotenciario ante Ferré para intentar de nuevo deponer a Rosas o al menos extricar las provincias litorales de su influencia. Rivera consiguió que se le reconociera el mando supremo de los ejércitos que lucharían contra Rosas, a cambio ayuda militar, que llegaría en el momento oportuno.
Ferré declaró la guerra a Rosas y sus aliados, y nombró a Lavalle jefe de las fuerzas correntinas, unos 3.500 hombres en total. Éstas invadieron la provincia Entre Ríos en febrero de 1840. La campaña se inició con una sangrienta proclama de Lavalle, y otra similar de Ferré:
"...¡derramad a torrentes la inhumana sangre, para que esta raza maldita de Dios y de los hombres no tenga sucesión!”
Realmente no se alcanza a ver por qué ese léxico era mejor que los “mueran los salvajes unitarios” de Rosas.
Las fuerzas correntinas sólo debían ocupar Entre Ríos, pero después de las batallas de batalla de Don Cristóbal y Sauce, Lavalle cambió de idea y cruzó a la provincia de Buenos Aires. Poco antes de embarcarse, le envió a Corrientes al general Paz.
Caaguazú y Arroyo Grande
Ferré quedó sorprendido: Lavalle le había robado su ejército, el único que tenía la provincia. En menos de dos años, la provincia había perdido dos ejércitos completos, mientras Echagüe se reorganizaba. Tras lanzar todos los epítetos imaginables contra Lavalle, Ferré nombró jefe de su ejército a Paz; éste se apuró a organizar un nuevo ejército, al que sumó hasta los adolescentes de la escuela. Ferré tuvo que firmar un nuevo acuerdo con Rivera, aun cuando estaba prácticamente seguro de que éste no cumpliría con su parte.
Echagüe se apresuró a atacar, pero a los pocos días se retiró a su provincia. Ocurría que Lavalle, que había fracasado en ocupar Buenos Aires, había retrocedido hacia el norte y ocupado Santa Fe. Corrientes se había salvado, y Paz pudo seguir organizando el ejército durante casi un año más.
El 16 de febrero de 1841, durante su tercer mandato, fundó la efímera Universidad Superior de San Juan Bautista, que nunca llegó a funcionar, pero fue el más remoto antecedente de la actual Universidad Nacional del Nordeste. También se fundó el primer hospital de la capital, y se firmó un tratado preliminar de paz y de límites con el Paraguay.
A fines de 1841, Paz recibió un inesperado refuerzo: unos 200 hombres del ejército de Lavalle, que habían cruzado el Chaco en su huida después de la definitiva derrota de Famaillá. Éstos le relataron el final de la Coalición del Norte, aliada del gobierno correntino. Paz y Ferré quedaban solos frente a Rosas y Echagüe. Aunque no valiera de mucho, el gobierno correntino se alió al santafesino de Juan Pablo López, que había decidido cambiar de bando en el momento más inoportuno imaginable. Pero un aliado era un aliado...
Echagüe invadió finalmente la provincia, pero perdió varias semanas en operaciones sin sentido. Finalmente Paz logró llevarlo hasta el campo de batalla que le convenía, y el 28 de noviembre de 1841 lo derrotó completamente en la batalla de Caaguazú, apoderándose de toda su infantería y artillería. Echagüe regresó a Entre Ríos, y al poco tiempo fue reemplazado como gobernador por Justo José de Urquiza.
Paz invadió Entre Ríos en enero de 1842, y Ferré pudo ocupar Paraná; Rivera también cruzó el río Uruguay, pero no avanzó hacia el oeste. Urquiza, por su parte, huyó hacia Buenos Aires.
La legislatura entrerriana, en minoría, nombró gobernador al general Paz. Esto disgustó a Ferré, ya que impediría que Entre Ríos pagara indemnizaciones a Corrientes. Por eso se retiró a su provincia, llevándose todo el ejército.
Falto de apoyo y de ejército, con Juan Pablo López derrotado en Santa Fe, Paz tuvo que evacuar Paraná hacia el este; las deserciones lo dejaron casi solo, por lo que dejó el mando a Rivera y se retiró a Montevideo. Ferré envió sus ejércitos a Rivera, que enfrentó al general Manuel Oribe.[ en la batalla de Arroyo Grande, el 6 de diciembre de 1842. Allí fue destruido el ejército correntino, mientras Oribe perseguía a Rivera por el interior de Uruguay hasta las puertas de Montevideo, a la que le puso sitio. Este sitio se prolongaría por ocho años. Pero eso no salvó el gobierno de Ferré, que, abandonado por todos, huyó a Paraguay. El 14 de diciembre de 1842 era sustituido en el gobierno por Pedro Cabral, el líder del partido federal correntino.
Exilio y Constitución
Se refugió en Sao Borja, en Brasil, frente a su provincia. Cuando, meses después, los hermanos Juan y Joaquín Madariaga recuperaron la provincia para el partido unitario, permaneció en Brasil. Allí se dedicó a escribir sus Memorias, un documento valioso que llega hasta el año 1845.
En 1848, después de la definitiva derrota de los Madariaga a manos de Urquiza, se estableció en La Paz (Entre Ríos), bajo la protección del mismo Urquiza.
En 1851, después del pronunciamiento de Urquiza, éste le encargó organizar el cruce del río Paraná para el ejército con el que habría de enfrentar a Rosas. Construyó las balsas y los botes necesarios, y dirigió personalmente la operación.
A fines de 1852, después de la batalla de Caseros, fue electo diputado por la provincia de Catamarca al Congreso General Constituyente. Ocupó un lugar híbrido entre los constituyentes; no adhirió a su comprovinciano Pedro Díaz Colodrero y Manuel Leiva, líderes de la facción montonera, que se oponía al proyecto de constitución presentado por Juan Bautista Alberdi, pero tampoco fue partidario de los principios liberales en lo religioso e ideológico que lo alentaban. Abandonó temporariamente las deliberaciones para marchar, junto con el presidente de la convención, el salteño Facundo Zuviría, a negociar la reincorporación de los delegados porteños, que finalmente no se produjo.
Se radicó en Santa Fe, dedicado a la construcción de barcos y un puente sobre el río Salado. En 1854.


fue electo senador simultáneamente por tres provincias: Catamarca, Corrientes y Santa Fe. Aceptó serlo por Catamarca, la única de las tres provincias que nunca conoció. Además fue inspector de aduanas fluviales de la Confederación Argentina, enviado especial de Urquiza ante el gobierno de Corrientes y ante los caciques del Chaco. Le fue reconocido el grado de general.
Sus últimos años
Poco antes de la batalla de Pavón se pasó al partido de Buenos Aires, más por oposición a Derqui y Urquiza que por convicción. Al año siguiente fue nombrado presidente de la Suprema Corte de Justicia de Santa Fe. Poco después asumió como senador por su provincia natal, en la que militaría en el partido liberal. En sus últimos años fue miembro de la asamblea constituyente de su provincia y confeccionó un mapa de la zona litoral, incluyendo al Paraguay y Río Grande (Brasil).
Por razones de salud vivió sus últimos años con su tercera esposa — Bárbara Ygarzábal — en Buenos Aires, sumido en la pobreza. Sus restos yacen en el Cementerio de la Recoleta.
El caso de Ferré es muy especial en la historia argentina: federal convencido, el más destacado impulsor del proteccionismo económico, por oposición a Rosas (y en sus últimos años a Urquiza), terminó aliado de los unitarios y liberales. Sus colaboradores fueron los ideólogos más destacados del federalismo de su tiempo, pero sus aliados fueron una verdadera calamidad para sus ideales y su provincia.
Nota
Como en el caso de la enfiteusis aplicada por Bernardino Rivadavia en la década precedente, el proceso en La Cruz no careció de irregularidades. En principio, conminaba a los titulares de derechos sobre las tierras de la región a presentarse en un plazo de seis meses para hacer valer los mismos, sin lo cual quedarían a disposición del gobierno de la provincia para que las arrendase; sin embargo, muchos de los propietarios estaban exiliados por haberse enfrentado con Ferré. Sus tierras fueron reclamadas por ex-combatientes o funcionarios públicos, a los cuales el servicio prestado al gobierno eximía del pago del canon del 3% anual sobre el valor de las tierras que la ley exigía. Entre ellos y otros estancieros, un centenar de terratenientes denunciaron el terreno de las antiguas Misiones, ocupándolo casi por entero. Los primeros lugares de asentamiento fueron las orillas de arroyos y ríos, que quedaron en su mayoría en manos de la autoridad civil, militar y religiosa. Los terratenientes curuzucuateños poblaron los alrededores del Miriñay en la primera oleada, y el ritmo sería acelerado, apenas interrumpido por los conflictos con Buenos Aires.
En este nuevo conflicto de fines de 1838 también jugó un papel crucial Manuel Leiva, el mismo que había llevado a la ruptura cinco años antes.
Por mucho tiempo se acusó de esas muertes al general Urquiza, que habría asesinado más de 500 prisioneros rendidos.


Es notable la capacidad de Rivera para comprometerse a cualquier cosa y convencer a tantos dirigentes opositores argentinos de creer en su palabra. De hecho, nunca llegó a ayudar a ninguno de ellos, ni siquiera lo intentó.
El general Oribe había sido el presidente de Uruguay hasta que, en 1838, Rivera lo derrocó. Todavía se consideraba presidente legal, y su intención era regresar a ocupar la presidencia.
En realidad, el mismo Urquiza lo nombró para ese cargo para sacarse de encima a un fuerte opositor a la libertad de cultos y a la libre navegación de los ríos, y por su insistencia en una política económica proteccionista. De hecho, dejó de pagarle sus sueldos. Por otro lado, el tratado de paz firmado con el gobierno de Buenos Aires fue una vergonzosa claudicación ante la provincia rebelde, que Urquiza rechazó indignado.
El grado de general que ostentaba Ferré sisndo gobernador era una forma de aumentar su autoridad local. A pesar de que jamás había combatido en ninguna batalla ni comandado ninguna campaña militar, le fue reconocido por la Confederación.

EFEMERIDES 26 DE JUNIO

Bartolomé Mitre


Buenos Aires, 26 de junio de 1821


Nace Bartolomé Mitre


fue un político, militar, historiador, hombre de letras, estadista y periodista; gobernador de la Provincia de Buenos Aires y Presidente de la Nación Argentina entre 1862 y 1868.

Se exilió en el Uruguay, como otros opositores a Juan Manuel de Rosas, durante el gobierno de éste; actuó como soldado y periodista en el Uruguay, el Perú, Chile y Bolivia. Se encontraba en este último país en 1848, cuando debió desterrarse a causa de la revolución; viajaría al Perú y luego a Chile, donde sería corredactor de Juan Bautista Alberdi, director del periódico El Comercio de Valparaíso. En esa ciudad, publica Manuel Blanco Encalada y Thomas Cochrane.
Más tarde, escribiría en El Progreso, diario que había creado Domingo Faustino Sarmiento, desde donde pregonó la indivisibilidad territorial de la soberanía americana, defendió el derecho de pensamiento de los extranjeros (siempre que no atentasen contra la soberanía de los países que los acogían) y la democracia en un sentido integral, y emprendió campañas para mejorar social y económicamente al pueblo.

Retorno

Mausoleo de Bartolomé Mitre en el Cementerio de la Recoleta en Buenos Aires (año 2005)
Regresó después del derrocamiento de Rosas, y lideró el alzamiento de la provincia de Buenos Aires contra el sistema federal que la Constitución Argentina de 1853, patrocinada por Justo José de Urquiza, impondría; ocupó diversos cargos de relevancia en el gobierno provincial luego de la secesión de la provincia, hasta que en 1859 fue derrotado militarmente por Urquiza, que buscaba reincorporar a Buenos Aires a la Confederación Argentina.
Sin embargo, tendría revancha en la batalla de Pavón (1861), en la que resultó misteriosamente vencedor después que Urquiza se retirara casi sin presentar batalla; Buenos Aires se reincorporaría a la Confederación, aceptando la Constitución de 1853 pero introduciendo cambios que la beneficiaron en la reforma del '60.
Legado
Gabinete de B. Mitre.Gelly y Obes, Guerra; Lucas González, Hacienda; Guillermo Rawson, Interior; Rufino de Elizalde, Relaciones Exteriores; Eduardo Costa, Justicia. (Dibujo de H. Meyer)
En octubre de 1862 Mitre fue electo presidente de la República Argentina. Durante su mandato se extendió el sistema ferroviario, organizó el ejército, difundió la enseñanza en todos los niveles, mejoró el servicio postal, organizó la Suprema Corte de Justicia, saneó la moneda, regularizó la deuda pública, se adoptó el sistema métrico decimal y se fundó el crédito público. Además se desarrolló la Guerra de la Triple Alianza, donde la Argentina, aliada al Brasil y el Uruguay invadieron al Paraguay.
Mitre también fue el fundador de La Nación, uno de los diarios más influyentes de Latinoamérica, que desde 1870 se sigue publicando y ha sido siempre dirigido por sus descendientes.
En 1890, frente a la crisis del gobierno de Miguel Juárez Celman, formó parte de la recientemente fundada Unión Cívica de la que luego se separaría la Unión Cívica Radical.
Sus restos mortales descansan en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad de Buenos Aires

lunes, 29 de junio de 2009

EFEMERIDES 27 DE JUNIO

27 de Junio de 1806
Acción de Galvez
En ese momento – las ocho de la noche – llegan a la otra orilla las primeras avanzadas inglesas, recibidas con fuego de fusilería por los milicianos; los cañones – manejados por veteranos – quedan mudos. Beresford detiene el avance hasta salir el sol, para ver el obstáculo que se interpone. Sobremonte, al tiempo de volver a su carruaje, ordena seguirle a los veteranos y reitera a las milicias la orden de replegarse a la Fortaleza. Hay un momento de esperanza: el virrey irá seguramente al paso Chico a cruzar el Riachuelo y tomar a los ingleses por retaguardia. No hay tal: ha terminado la jornada y el virrey se repliega a dormir a la quinta de Doma en San Telmo.Al amanecer del 27 ocurre la “acción” del puente de Gálvez. No dura una hora: algunos marineros ingleses han cruzado el Riachuelo a nado y traído las embarcaciones a la orilla derecha; los schrapnell caen sobre los milicianos que se retiran en confusión. Con las barcas los ingleses tienden rápidamente un puente y cruzan el río. Sobremonte desde la azotea del Hospital en lo alto de San Telmo sigue “la acción” con su catalejo. De allí se irá a Monte Grande con su escolta de veteranos, mientras las milicias entran a la ciudad a cumplir la orden de “replegarse a la Fortaleza”.“Todos disgustados – escribe un testigo – tomamos la calle del bajo (Defensa) dirigiéndonos a la Real Fortaleza confusos y llenos de vergüenza, sin osar levantar la vista, y muchos llorando de pena, dejando en esa forma el paso franco a un enemigo débil”.La rendición (27 de junio de 1806).Los milicianos entran en la Fortaleza. Pérez Brito consulta con los oidores al saber la “acción” de Gálvez. Hay que rendirse, para evitar sufrimientos a la ciudad; por supuesto deben cumplirse formalidades, redactar una capitulación con “todos los honores”, etc., firmada por el virrey. Pero ir al Monte de Castro es correr el riesgo de toparse con los ingleses “que ya se vienen”. Deliberan toda la mañana los oidores con Pérez Brito y algunos vecinos; nadie sabe los trámites de una rendición. Mientras tratan de informarse, mandan un parlamentario al general inglés a pedirle “detenga su marcha hasta tener listos los preparativos de la capitulación”. El enviado se encuentra en el camino con un oficial inglés, Ensigh Gordon, que viene en nombre de Beresford; lo acompaña a la Fortaleza y gentilmente le sirve de intérprete. ¿Cómo se hace una rendición? Afortunadamente Juan Larrea trae de su casa un libro de arte militar con un modelo de capitulación. Las formalidades han quedado salvadas: Pérez Brito copia la “capitulación” acomodándola a las circunstancias – no olvida poner lo de “todos los honores” –, la firma en nombre de la “Junta de Guerra”; Gordon la llevará a Beresford. Es la una y media de la tarde.Una hora después vuelve Gordon con el documento tan trabajosamente logrado: Beresford no quiere recibirlo “porque no es hora de capitulaciones”. Él, como vencedor, impondrá las condiciones de la rendición; pero sólo después de entregarle “los caudales del Rey y cualquier otro que hubiese de la Real Hacienda”, haciendo responsable a la “junta de guerra” si hubiesen sido ocultados. Se miran los oficiosos capitulados: “¿Dónde están los caudales?'’. Alguien se comide a ir al Monte de Castro a pedirlos al virrey. Y ¿los “honores de guerra”?: Los concede el oficial inglés : los milicianos que están en el Fuerte, con la “junta de guerra” a la cabeza, podrán salir con banderas desplegadas y redoblar de tambores a depositar sus armas a los pies del vencedor.A las tres de la tarde los primeros ingleses entran por la calle Defensa a la plaza Mayor. Tras cruzar bajo el arco de la Recoba, a manera de arco de triunfo, forman alineados en la plaza. A las cuatro, Beresford llega a la Fortaleza. Con disgusto, los oidores y Pérez Brito han debido pasarse sin la salida “con honores” y la entrega de las armas, porque los milicianos han roto sus fusiles y se han ido sin ceremonias por la puerta trasera, llamada “de socorro”.
La Rendicion
El 27 de junio las autoridades virreinales aceptaron la intimación de Beresford y entregaron Buenos Aires a los británicos. En la tarde de este mismo día, las tropas británicas desfilaron por la plaza mayor (la actual Plaza de Mayo) y enarbolaron la bandera del Reino Unido, que permanecería allí por 46 días.
Manuel Belgrano, secretario del Consulado de Buenos Aires (y de todo el virreinato) y Capitán Honorario de Milicias Urbanas, manifestó la necesidad de reubicar el Consulado en el lugar en donde el virrey estuviese y se dirigió ante Beresford a presentar la solicitud. Mientras tanto, los demás miembros del Consulado juraron el reconocimiento a la dominación británica. Belgrano prefirió retirarse "casi fugado", según sus propias palabras, a la banda oriental del Río de la Plata, a vivir en la capilla de Mercedes, dejando en claro su postura al pronunciar su célebre frase: "Queremos al antiguo amo o a ninguno".
El virrey abandonó la capital en la mañana del 27 de junio y se retiró a Córdoba junto con algunos centenares de milicianos que no tardaron en desertar: contrariamente a una persistente leyenda, no llevaba consigo los caudales, ya que los mismos habían sido evacuados dos días antes de acuerdo a un plan trazado el año anterior. Beresford demandó la entrega de los caudales del Estado y advirtió a los comerciantes porteños que en caso contrario retendría las embarcaciones de cabotaje capturadas e impondría contribuciones. El Cabildo no vaciló en enviar una comisión a Sobremonte rogándole entregara el tesoro a un destacamento inglés enviado en persecución del mismo. Éste tesoro fue trasladado a Londres y paseado como trofeo de guerra, antes de ser depositado en un banco.
El 14 de julio, Sobremonte declaró a Córdoba la capital provisoria del virreinato. Asimismo, instó a que se desobedecieran todas las órdenes provenientes de Buenos Aires mientras durara la ocupación. Se dedicó a organizar un ejército con el que reconquistar la capital, pero la tarea tropezó con toda clase de dificultades, y sólo dos meses más tarde estuvo listo.
Los porteños estaban, en general, descontentos con la metrópoli, y por tanto, en un primer momento los británicos fueron recibidos con entusiasmo. Sin embargo, los grupos partidarios de la independencia reconocieron la amenaza latente en la ayuda británica. La ocupación era la excusa perfecta para establecer el dominio que el Reino Unido anhelaba sobre la región. Una de las primeras medidas que tomó Beresford fue decretar la libertad de comercio y de reducción de aranceles. Al darse cuenta de que los ocupantes no tenían otros planes, sino convertir al Plata en una colonia británica, se sumaron a los grupos que preparaban una rebelión.

La reconquista de Buenos Aires

Reconstrucción del Cabildo (1940), que domina la Plaza de Mayo como lo hiciera en el tiempo de las invasiones el edificio original, que contaba con seis arcos laterales adicionales
Ante la inmovilidad de las autoridades virreinales, los vecinos de la ciudad, criollos y españoles por igual, comenzaron a armarse para defenderse por sus propias manos. Se organizaron varios grupos clandestinos que planeaban atacar el fuerte, residencia temporal de Beresford, con explosivos caseros. Estos movimientos tuvieron el apoyo de los monopolistas (entre ellos Martín de Álzaga), que se veían severamente perjudicados con el libre comercio decretado por el representante de Jorge III de Inglaterra (y que fuera aprobado por este soberano cuando los británicos ya no gobernaban sobre el Río de la Plata).
El 1 de agosto una guerrilla amparada por el rico comerciante español Martín de Álzaga en los Caseríos de Perdriel, fuera del casco urbano (la actual Chacra Pueyrredón, en el partido de General San Martín), dirigida por el criollo de ascendencia francesa Juan Martín de Pueyrredón, fue derrotada por una fuerza inglesa de 550 hombres. Pero la mayor parte de las tropas quedaron intactas para reconquistar la ciudad.
Antes de que los rebeldes porteños pudieran llevar a cabo su plan, nuevas tropas arribaron a Buenos Aires: estaban comandadas por Liniers, que había abandonado su posición en Ensenada y cruzado el Plata para organizar las tropas para la reconquista. Desde Montevideo, y con la ayuda de Pascual Ruiz Huidobro, gobernador de esa ciudad, el francés organizó un ejército que partió el 23 de julio para Colonia y el 3 de agosto fue embarcado en una flota de 23 naves hacia Buenos Aires para la reconquista.
Véase también: Unidades militares del Virreinato del Río de la Plata#Primera Invasión Inglesa
Cruzó el Río de la Plata aprovechando una sudestada, tempestad que dejó inmóviles a los buques británicos y en medio de la niebla. Avanzando desde el Tigre (Puerto de las Conchas), se sumaron a este ejército miles de hombres entusiasmados.

Retrato de Santiago de Liniers
El 12 de agosto, Liniers avanzó sobre la ciudad desatando una batalla campal en distintas calles de Buenos Aires, hasta acorralar a los británicos en el Fuerte de la ciudad. También salieron a la calle centenares de voluntarios organizados y entrenados por Álzaga.
Beresford firmó la capitulación el 20 de agosto, en la que se acordaba el intercambio de prisioneros entre ambos bandos. Temiendo un segundo ataque, el Cabildo presionó para que los prisioneros británicos fueran enviados al interior, anulando así los términos de la rendición.
Retomada la ciudad, la Real Audiencia de Buenos Aires asumió el gobierno civil y decidió entregarle la Capitanía General a Liniers. Asimismo, la corona española le agregó el título "La muy fiel y reconquistadora" a la ciudad de Montevideo y en el escudo de dicha ciudad se agregaron banderas inglesas caídas, indicando la derrota de los británicos frente a Montevideo.
Popham fue juzgado por una corte marcial británica por haber abandonado su misión en Cabo de Buena Esperanza, pero su castigo se limitó a ser "severamente amonestado". La ciudad de Londres le otorgaría luego una espada de honor por sus esfuerzos por abrir nuevos mercados; la sentencia nunca llegó a afectarlo.

Las milicias urbanas

Juan Martín de Pueyrredón, líder del primer escuadrón de Húsares, quien sería designado Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata
Tras la capitulación de Beresford y ante la posibilidad de una nueva invasión, Liniers emitió el 6 de septiembre de 1806 un documento instando al pueblo a organizarse en cuerpos separados según su origen. Este documento contenía una proclama acerca de la creación de diversos cuerpos urbanos y una segunda orden de convocatoria fue emitida el 9 de septiembre. La mayor parte de los hombres adultos se enlistó como miliciano de alguno de los diferentes cuerpos y regimientos que se organizaron. El Comandante General de Armas logró agrupar una fuerza popular a la que se le sumaban las tropas virreinales, de menor tamaño, formando un ejército de infantería, caballería y artilleros:
Vengan, pues, los invencibles cántabros, los intrépidos catalanes, los valientes asturianos y gallegos, los temibles castellanos, andaluces y aragoneses; en una palabra, todos los que llamándose españoles se han hecho dignos de tan glorioso nombre. Vengan, y unidos al esforzado, fiel e inmortal americano, y a los demás habitadores de este suelo, desafiaremos a esas aguerridas huestes enemigas que, no contentas con causar la desolación de las ciudades y los campos del mundo antiguo, amenazan envidiosas invadir las tranquilas y apacibles costas de nuestra feliz América.

jueves, 25 de junio de 2009

EFEMERIDES 25 DE JUNIO


EL GRITO DE ALCORTA

25 de junio de 1912
"Estos hombres de campo ya no luchan para si, sino por sus hogares y por sus hijos, para que tengan la seguridad de un futuro de la que ellos carecen. Estar a su lado en esta hora deberia ser la posicion de todo argentino".Dr. Francisco Netri
GRITO DE ALCORTAEl siglo transcurrido desde la Revolucion de Mayo habia modificado sustancialmente las estructuras heredadas de la Colonia y la generacion del 88 una vez lograda la insercion de nuestra economia en la division internacional del trabajo de los finales del siglo XIX, disfrutaba de una opulencia similar a la de las clases dirigentes europeas, de la que se hallaban sistematicamente excluidas las mayorias nacionales.El "gobernar es poblar" se expresaba en la llegada de mas de tres millones de inmigrantes dedicados en gran parte a la agricultura, que llevaron la frontera agricola de 2.100.000 ha. en 1888 a 20.000.000 en 1912.Pero esta gigantesca incorporacion de mano de obra se realizo a traves de leoninos contratos de arrendamientos quedando la propiedad en manos de la oligarquia terrateniente que la habia recibido de quienes habian gobernado el pais desde la independencia a la conquista del desierto, mas alla de algunos intentos validos pero insuficientes de colonizacion expresados en la enfiteusis de Rivadavia y en proyectos y leyes de los presidentes Sarmiento y Avellaneda.Estos contratos, verdaderos rosarios de explotacion, se fundaban en un desmesurado costo del arrendamiento, la obligacion de comprar los insumos y herramientas a los arrendadores a precios exorbitantes y de venderles lo producido a valores muy inferiores de los que realmente poseian.Por mas que se trabajara de sol a sol, los esfuerzos no alcanzaban ni para dar un minimo de dignidad a las familias que llegadas desde una Europa desangrada por interminables guerras, venian con la ilusion de construir un futuro prospero.Una sucesion de malas cosechas, habia dejado a los agricultores en una situacion muy sensible pero fue la formidable cosecha de 1912 la que motivo el repentino salto de conciencia, al comprobarse que a pesar de ella, luego de pagar las ingentes deudas nada quedaba en los bolsillos de los chacareros.Cuando la huelga estallo en la Sociedad Italiana de Alcorta el 25 de junio y rapidamente se propago en toda la region paralizando a mas de 100.000 agricultores, perseguia la modificacion de los contratos de arrendamientos, hecho que luego de una larga lucha se consiguio y que el Dr. Francisco Netri pago con su vida al caer ante las balas de la oligarquia asesina, pero en si llevaba el germen de solicitar un lugar en la sociedad que los habia convocado y que ahora le cerraba las puertas al progreso y al desarrollo.El resultado directo fue la fundacion de la Federacion Agraria Argentina que se constituyo en la herramienta de los peque*os y medianos productores con la cual lucharon para mejorar sus condiciones de vida y acceder a la propiedad de la tierra.Y si bien el Grito de Alcorta no logro modificar de raiz la estructura agraria, creo las condiciones para que los gobiernos populares que a partir de 1916 llegaron al poder, cada dictadura militar produjo un nitido retroceso, permitieran una gradual democratizacion de la propiedad y el acceso de miles de agricultores a su porcion de tierra que le dieron el paisaje a toda una region y fueron el motor del desarrollo y el progreso en el siglo XX de nuestro pais.LA CONTRARREFORMA DEL MENEMISMOSi la lucha de los productores habia sido por lograr la propiedad de la tierra y con ello alcanzar progreso y bienestar, la batalla de fin de siglo es por no perderla y evitar la condena de miseria y marginacion que les espera a los "derrotados" por este modelo.Una decada de neoliberalismo significo la expulsion del medio rural de miles de productores que abandonados a su suerte a partir de la desarticulacion del estado, quedaron sometidos a las tempestades del mercado.La imposicion de trabajar a perdida, origino descapitalizacion y atraso tecnologico, y se transformo en un gigantesco endeudamiento bancario que hoy alcanza mas de 7000 millones de dolares y es garantizado con 11 millones de hectareas hipotecadas solo en favor del Banco Nacion.Esta realidad que padecen miles y miles de peque*os y medianos productores, significa una presion irresistible de la cual muchos solo se han librado con la entrega de sus campos.El resultado es la concentracion de la propiedad de la tierra en cada vez menos manos, un masivo exodo rural, el despoblamiento del interior, la aparicion de pueblos fantasmas y la llegada de nuevos pobres a changuear a las peque*as localidades primero y luego a los cinturones de marginacion de las grandes ciudades, mientras los Soros miden el pulso de nuestra produccion.EL GRITO DEL INTERIORPero si bien la gente de campo es por su idiosincracia bastante tranquila, no esta dispuesta a observar como en aras de la competitividad y la globalizacion culpable de todo lo bueno y lo malo de este gris fin de siglo, le arrebatan el pasado que hicieron sus abuelos, aquellos gringos de piel curtida y el futuro de sus hijos que quieren seguir siendo productores y vivir con los pies sobre su tierra.A lo largo de estos a*os y aun cuando el modelo tenia una fuerte aceptacion social, la FAA enfrento publicamente estas politicas a traves de la denuncia y la movilizacion, y alerto a los productores y a la sociedad en su conjunto sobre sus catastroficos resultados si no se modificaban.El final de este proceso encuentra en las rutas a miles de productores que realizaron en lo que va del a*o 2 paros agropecuarios y mas de 250 puebladas en defensa, como lo planteaban los hombres de Alcorta, de un lugar digno en la sociedad del siglo XXI.Hoy aquel Grito se funde en las gargantas de sus herederos, pero tambien en el reclamo de los excluidos por este modelo, trabajadores, estudiantes, profesionales, peque*os empresarios, economias regionales, que no se resignan y aspiran a una Argentina para todos, en donde se conjugue el verbo so*ar, e imperen la justicia, la etica y la solidaridad.Fuente:Federacion Agraria Argentina
25 de Junio de 1880
Nace en Concepción del Uruguay (provincia de Entre Ríos) el educador Próspero G. Alemandri, autor de "La Bandera, el Escudo y el Himno" y "Moral y deporte".
Allí donde haya un niño, habrá una escuela
“No pretendo, como en el cuento oriental, cambiar lámparas nuevas por lámparas viejas (…) Tampoco pretendo como los alquimistas de la edad media transmutar el plomo en oro (…) Presento modestamente a los que tiene la obligación de velar por la salud moral y física de nuestros niños, algunos aspectos desconocidos de nuestro problemas educacionales.”
Hoy presentamos “Notas sobre enseñanza” escritas por Próspero Alemandri, publicadas por CABAUT y Cia Editores; Librería del Colegio; en Buenos Aires, 1934.
Próspero Alemandri nació en 1880 en Concepción del Uruguay. Fue egresado de la Escuela Normal Mariano Acosta de la que fue rector. En 1919 fue nombrado Subinspector General de Escuelas de Territorios y Colonias Nacionales. Recorrió todos los rincones de los territorios nacionales donde hubiera una escuela, y allí donde hacía falta gestionó su creación. Como vocal del Consejo Nacional de Educación, auspició y puso en ejecución la Ley de Jardines de Infantes propiciando la construcción de muchos de ellos en barriadas obreras así como escuelas al aire libre para niños débiles.
Creaciones con convicción
“El Consejo Nacional de Educación puede afirmar que en todos los pueblos de provincias y territorios nacionales existe hoy una escuela pública como así mismo en todo lugar donde se halle reunido un grupo que exceda de treinta niños. Quedan sólo pequeños núcleos de 10 a 15 niños diseminadas en el centro de los territorios y aún en las fronteras de nuestro país (…) a los cuales no llega la escuela del Estado.”
El desafío patriótico planteado se puede resumir en “instruir a los niños donde se encuentren y cómo se pueda (…) sembrar escuelas”, conseguir maestros, garantizar la llegada de los supervisores y sobre todo convicción.

miércoles, 24 de junio de 2009

EFEMERIDES 24 DE JUNIO

24 de Junio de 1786 Nacimiento de
Juan Thomasd O´Brien
(1786-1861).

Nació en Dublín (Irlanda); llegó a Buenos Aires en 1812 y murió en Lisboa, Portugal. sus restos fueron traídos a la Argentina para ser inhumados con todas las honras de un héroe nacional.
Oficial militar; héroe irlandés de la guerra de la independencia Argentina. Se enroló en el ejército. Luchó en Montevideo (1813) y después de la capitulación de la plaza se reintegró a la vida civil. Se unió a San Martín, en Mendoza, como oficial, en el regimiento de granaderos a caballo. Mientras el ejército se hallaba preparado para cruzar los Andes, O'Brien patrulló el Paso Portillo. Pasó a ser edecán de San Martín y acompañó al general en sus campañas de Chile y Perú.
Después de la batalla de Maipú, recibió órdenes de seguir al general Osorio, el comandante español y, con dieciocho granaderos, capturó toda la documentación del estado mayor y varios prisioneros. Luego de la batalla de Callao (Perú) fue enviado a Buenos Aires con todos los trofeos de guerra capturados. Más tarde fue a Bolivia, donde recibió de Bolívar una mina de plata en reconocimiento por los servicios prestados al general en la lucha final de las guerras de la independencia. En 1834 se retiró.
Exploró la región del Amazonas y se estableció por un tiempo en el Uruguay, donde las tropas de Rosas destruyeron su hacienda. Rivera, por entonces presidente del Uruguay, lo nombró cónsul general en Gran Bretaña e Irlanda.

24 de Junio de 1829

Pacto de Cañuelas

El resultado práctico de la entrevista del jefe de los unitarios con el jefe de los federales, fue el convenio del 24 de junio de 1829 que firmaron el general Lavalle a nombre del “gobierno de la ciudad” y el coronel Rosas a nombre del “pueblo armado de la campaña”. El mismo se llevó a cabo en la estancia de Miller (estancia La Caledonia), cerca del pueblo de Cañuelas. Este convenio tenía por objeto hacer cesar las hostilidades, restablecer las relaciones entre la ciudad y la campaña y olvidar el pasado. Concurría a ello estableciendo: 1º, la elección inmediata de representantes de la Provincia; 2º, el nombramiento del gobernador que harían estos diputados, y al cual Lavalle y Rosas entregarían las fuerzas a sus órdenes; 3º, el reconocimiento que haría la Provincia de las obligaciones contraídas por Rosas durante la campaña, y de los grados de los jefes y oficiales del ejército de este último.

Inmediatamente Rosas remite a sus amigos la nómina de los candidatos convenidos con Lavalle: “La adjunta lista es la acordada después de serias meditaciones. Es preciso hacerla triunfar para salvar al país; si no es así, la sangre de nuestros compatriotas va a derramarse a torrentes”.


Estancia la Caledonia
(5)La mayoría de los “decembristas” no aceptaban las sugerencias de Lavalle. Agüero le decía que no era posible “una transacción con los vándalos. Yo no dudo que Usted ha de concluir con estos salvajes; y esto cuanto antes”.

Lavalle desalentado por el panorama que ofrece la ciudad, le escribe a Rosas: “Los suburbios de la ciudad están llenos de ladrones… Riñen con los compadritos y, a las peleas, siguen las puñaladas. Los enemigos de la paz (los unitarios disconformes con el pacto) dicen que son partidas de Usted. En esto persiguen dos cosas: desacreditar a Usted y hacer creer que Usted está siempre hostigando al pueblo; pero (la verdad es que) los enemigos de la paz son impotentes”.

Los amigos de Lavalle se disgustan con él, Carlos María de Alvear y Florencio Varela renuncian; Manuel Gallardo se va a Montevideo; Martín Rodríguez se distancia.(6) Lavalle había reunido a los altos jefes militares y les había dicho: “Juan Manuel es un verdadero patriota y un ciudadano del orden al cual es necesario ver, tratar y conocer”. (7)

Con respecto a Alvear, Lavalle le escribe a Rosas: “Alvear ha hecho hoy su renuncia de los ministerios de guerra y marina y la he aceptado con un contento indecible. Este es un hombre que no estará quieto bajo ningún orden de cosas y que necesita de la embrolla y de la intriga como del alimento. Si lo sujetan a vivir con juicio, se muere en dos días. En estos últimos, ha esparcido mil mentiras y me ha calumniado a su gusto. En fin, ya estoy libre de él”.(8) Y a continuación añadía: “Usted debe estar seguro de mi anhelo de cultivar y fortalecer nuestra amistad, tanto porque ella es necesaria a nuestra patria, como porque fuera de los sucesos que nos han hecho contrarios, siempre debió Usted simpatía a su amigo Juan Lavalle”.(9)

Lavalle se había convencido de que su partido no era popular, y entonces, el 16 de julio de 1829, le dice a Rosas lo que anunciara San Martín meses antes; a saber, que para hacer triunfar a alguno de los dos partidos en pugna, “será preciso degollar al otro; porque, existiendo los dos, y comprimiendo a cualquiera de ellos, ha de hacer explosión tarde o temprano”.

A vuelta de correo, Rosas le envía a Félix de Alzaga con esta comisión: “Horroriza el cuadro que presenta nuestra patria si la fe en los pactos se destruye y la confianza se pierde. Todo será desolación y muerte”. (Porque había sabido que Juan Andrés Gelly Obes, secretario de Lavalle, trabajaba activamente por hacer triunfar una lista contraria a la estipulada). “Si los pactos solemnes del tratado quedan sin efecto, la sangre de nuestros compatriotas se derramará a torrentes, sin duda. Esto será triste; pero más triste todavía será la necesidad de conformarse porque no hay otro remedio”.
(10)El 24 de julio le escribía Rosas al coronel Angel Pacheco: “Si la lista acordada no triunfa, los pactos más solemnes del tratado quedan sin efecto y se habrá perdido la mejor ocasión de salvar la patria. ¡Como me duele ver al general Lavalle encerrado en ese miserable Fuerte, en ese teatro de perfidia! El ofrece círculos que saben halagar, jugando con habilidad los dados de la traición, que son capaces de embriagar al mejor entendimiento… Mañana, los mismos que hoy le cercan y halagan, serán capaces de mandarlo degollar. Si el general Lavalle se une conmigo de firme, el país se salva. La gran familia de la República Argentina verá muy pronto el día suspirado de la gran obra de su consolidación”.

24 de Junio de 1821

Nace en San Juan el notable médico, higienista, orador y legislador Guillermo Rawson, fundador de la Cruz Roja Argentina y propiciador del scoutismo juvenil. Falleció en París (Francia) el 2 de febrero de 1890.

24 de Junio de 1909

Nace en Buenos Aires el poeta y titiritero Javier Villafañe, un verdadero iniciador de la difusión del espectáculo de títeres en Argentina. Recorrió gran parte del país con el carromato de La andariega, ofreciendo funciones en lugares humildes. Murió el 1º de abril de 1996.

Los ancianos y las apuestas
por Javier Villafañe
Javier Villafañe nació en Buenos Aires el 24 de junio de 1909. Fue poeta, escritor y, desde muy pequeño, titiritero. Con su carreta La Andariega viajó por Argentina y varios países americanos realizando funciones de títeres. En 1967, su libro Don Juan el Zorro es objetado y retirado de circulación por la dictadura militar imperante en Argentina. Villafañe decidió entonces abandonar el país y radicarse en Venezuela donde, trabajando para la Universidad de Los Andes, fundó un Taller de Títeres para formar artistas de esa disciplina. En 1978, con el auspicio del gobierno venezolano, repitió su experiencia trashumante en el Viejo Continente: con un teatro ambulante recorrió el camino de Don Quijote a través de La Mancha, en España. En 1984 retornó a la Argentina. Fue autor, entre muchos otros libros, de Los sueños del sapo (Hachette), Historias de pájaros (Emecé), Circulen, caballeros, circulen (Hachette), Cuentos y títeres (Colihue), El caballo celoso (Espasa-Calpe), El hombre que quería adivinarle la edad al diablo (Sudamericana), El Gallo Pinto (Hachette) y Maese Trotamundos por el camino de Don Quijote (Seix Barral). El primer día de abril 1996, a los 86 años, falleció en Buenos Aires.
Comentó alguna vez el entrañable Javier: "Muchos de mis colegas —los caballeros de la tercera edad— suelen decir: —Hay viejos jóvenes y jóvenes viejos—. Y no es cierto. Los viejos son viejos y los jóvenes, jóvenes. Esta perogrullada no tiene vuelta de hoja. Abundan y sobran viejos insoportablemente viejos y jóvenes que 'andan con la mufa a cuestas, tirando pálidas de melancolía'. Huir, huir de ellos".
Y esta actitud frente a la vida, y frente a la vejez, se reflejó en su obra. Las tres pequeñas perlas que reproducimos de su libro Los ancianos y las apuestas nos lo confirman.
(Textos extraídos, con autorización de los editores, del libro Los ancianos y las apuestas, de Javier Villafañe. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1990)

24 de Junio de 1911

Nace en Rojas (Provincia de Buenos Aires) el notable ensayista y novelista Ernesto Sabato.


Ernesto SabatoMADREJuana María Ferrari, de ascendencia italiana y albanesa.
PADREFrancisco Sabato, de origen italiano
ESPOSAMatilde Kusminsky Richter (1918-1998)Se conoció con Ernesto apenas a los 17 años, cuando ella estudiaba en el Liceo de La Plata y él era estudiante de Física. Se casaron en los años '30 y ella compartió la complicada ruptura del novelista con el mundo de la ciencia, sus conflictos con el comunismo y su retiro a un rancho en las cercanías de Carlos Paz, en Córdoba. Ernesto y Matilde estuvieron casados por más de 60 años. Tuvieron dos hijos, Jorge y Mario, seis nietos y un bisnieto. La relación entre el escritor y su mujer fue muy intensa. En varias ocasiones, el escritor afirmó que sin su mujer no podría haber llegado a ser quien era. El propio Sabato, además, contó que Matilde salvó del fuego algunos manuscritos de sus obras. Y ella también escribía, aunque era muy reservada. Poeta y cuentista, en 1993 se decidió a publicar un libro de poemas, "Cenizas y plegarias", y otro de relatos, "El conjuro". Ambos escritos son pudorosos y de lenguaje escueto y están atravesados por la misma preocupación por la existencia humana. "El conjuro" está dedicado "A mis hijos y a los queridos amigos que me incitaron a publicar" y, el libro de poemas, "A Ernesto". Los poemas hablan del paso del tiempo, de lo que se deshace y del espacio que queda para el canto del amor. Los relatos parecen contados desde el lado oscuro de la vida, desde los sueños. Matilde falleció el 30 de septiembre de 1998, a los 82 años. Desde hacía algunos años que sufría de arterioesclerosis y el deterioro de su salud fue muy penoso.
HIJO MAYORJorge Federico Sabato (1938 - 1995)Se desempeñó como vicecanciller y ministro de Educación durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Falleció en 1995 en un accidente automovilístico.
HIJO MENORMario Sabato (Nació el 15 de febrero de 1945)Director de cine y televisión.

24 de Junio de 1935

En un accidente de aviación en Medellín (Colombia), muere el afamado cantor Carlos Gardel, protagonista de películas cinematográficas como "Cuesta abajo" y músico de bellas canciones como "El Día que me quieras". Nació en Toulouse (Francia) el 11 de diciembre de 1890.

24 de Junio de 1958

Se crea la Editorial Eudeba (Editorial Universitaria de Buenos Aires), a la que da gran impulso Boris Spivacow, con grandes tiradas de precio popular.

martes, 23 de junio de 2009

EFEMERIDES 23 DE JUNIO

El Tratado Antártico entró en

vigencia el 23 de junio de 1961


El Tratado Antártico

El Tratado fue suscripto el 1 de Diciembre de 1959

y entro en vigor el 23 de Junio de 1961



Historia general de las relaciones Exteriores

de la Republica Argentina
En 1947, una expedición argentina al mando del capitán Luis M. García realizó un amplio reconocimiento al oeste de la península Antártica, instalando balizas y estableciendo un observatorio meteorológico en una isla del grupo de las Melchior. Poco después, el 12 de julio de ese mismo año, los cancilleres argentino y chileno, Bramuglia y Gómez, firmaron en Buenos Aires una declaración conjunta, afirmando los derechos de la Argentina y Chile sobre la Antártida y tomando la decisión de encarar conjuntamente el conocimiento científico y la explotación de la región, además de expresar el deseo de que se pudieran fijar los límites en la misma. (1) Al establecerse el destacamento Melchior, el canciller chileno envió una nota al embajador argentino comunicándole la “tolerancia” chilena a esa instalación argentina. En enero de 1948, el canciller Bramuglia le respondió lo siguiente: “ mi gobierno desea expresar que las expediciones argentinas actúan dentro del sector antártico argentino, formulando por su parte las reservas del caso por los actos que pudieran realizar en el mismo sector las expediciones chilenas que lo visiten”. No obstante, en marzo se alcanzó un acuerdo sobre la cuestión. El nuevo canciller chileno Vergara Donoso y el representante argentino La Rosa firmaron una declaración conjunta por la cual ambas partes se comprometían a proteger y defender la porción de la Antártida comprendida entre los meridianos 25º y 90º hasta que se establecieran los límites. (2) En 1956 se estableció el Comité Especial para las Investigaciones Antárticas, con el propósito de intercambiar información científica entre sus miembros. Más tarde dicho Comité decidió realizar un Año Geofísico Internacional, que tuvo lugar entre el 1º de julio y el 31 de diciembre de 1958. Durante sus reuniones, la Argentina y Chile advirtieron expresamente que las investigaciones no producirían ningún derecho territorial y que las bases científicas establecidas en el territorio antártico deberían ser desmanteladas una vez concluido el plazo establecido. No obstante, a mediados del Año Geofísico, la Unión Soviética comunicó a los demás países que mantendría sus bases científicas hasta terminar las investigaciones en curso, las cuales no finalizarían en el término del mencionado Año. Tanto los estados europeos, como Japón, la Unión Sudafricana y Nueva Zelanda no se pronunciaron frente a la actitud soviética, esperando que Estados Unidos fijara su posición. La respuesta del Departamento de Estado fue invitar a todos los países con intereses en el continente antártico a participar de una conferencia para acordar un tratado. (3) A la invitación norteamericana respondieron afirmativamente todos los países que habían tenido participación del Año Geofísico Internacional. De esta manera, la Conferencia Antártica se inauguró en la capital norteamericana, el 15 de octubre de 1959, pero la atmósfera era de incertidumbre. Concurrieron a ella los representantes de doce estados, de los cuales siete sostenían su soberanía sobre alguna fracción del continente antártico: Argentina, Australia, Chile, Francia, Noruega, Nueva Zelanda, y el Reino Unido. Los derechos de la Argentina, Chile y el Reino Unido se superponían de manera considerable. Los otros cinco países: Bélgica, Estados Unidos, Japón, Sudáfrica y la Unión Soviética habían realizado exploraciones en la región, pero no habían presentado reclamaciones territoriales. (4) Ciertos aspectos de la futura reglamentación para la Antártida tenían el consenso general, como por ejemplo el tema de la pacificación de la zona, que debía quedar excluida de toda actividad bélica, así como la garantía de investigación científica para cualquier país. Los problemas más difíciles de solucionar eran el carácter supranacional del acuerdo a alcanzarse, y la consideración de los reclamos de soberanía. Todos los delegados fijaron sus posiciones en los discursos inaugurales. La posición de la Argentina, explicitada por su representante, el embajador Adolfo Scilingo, consistía en establecer el uso pacífico de la Antártida y la cooperación científica dentro de los límites convenidos, y que la Conferencia no modificara en lo más mínimo los derechos de las partes. Respecto de la utilización del territorio, el gobierno argentino sostenía la necesidad de poner límites a la libertad absoluta, con el propósito de preservar los intereses ecológicos, y la prohibición de realizar pruebas nucleares y depositar desechos radiactivos. La última proposición sorprendió tanto a la delegación norteamericana como a la soviética y la insistencia argentina en la misma estuvo cerca de provocar una crisis en la reunión. La Argentina también adoptó una posición muy firme respecto de la supranacionalidad y la creación de una organización internacional, postulando un tratado que dispusiera una injerencia mínima sobre las actividades en la zona. Trató de evitar asimismo que se tratara el tema de la soberanía. (5) El tratado fue firmado finalmente el 1º de diciembre de 1959. Estaba de acuerdo con las expectativas argentinas, en el sentido de que proscribía las actividades de naturaleza militar, estableciéndose la primera prohibición nuclear limitada; se resguardaban los derechos de las partes respecto de la cooperación científica; se evitaba la internacionalización y se protegía el medio ambiente. Asimismo, el artículo IV establece por un lado, que ninguna de sus disposiciones se interpretará como una renuncia a los derechos o reclamos de soberanía territorial que se hubiera hecho valer con anterioridad, y por otro, que ninguna acción que se realice mientras el tratado conserve vigencia será válida para hacer valer un reclamo de soberanía territorial. Con todo, la Argentina presentó reservas al texto definitivo de este artículo IV para preservar sus derechos. (6) El Tratado Antártico entró en vigencia el 23 de junio de 1961. Los doce estados signatarios formaron el Consejo de Estados Pretendientes en calidad de “miembros plenos o de consulta”, limitándose la autoridad del Consejo a hacer recomendaciones por voto unánime. Además de los signatarios hay estados adherentes, que si bien no tuvieron actuación en la Antártida reconocen el tratado como un medio adecuado para regular las actividades en la zona. Incluso el tratado permite a los estados adherentes pasar a la categoría de miembros plenos. Luego de la puesta en vigencia, el Tratado Antártico tuvo sus logros. De acuerdo con su objetivo primitivo, pudo evitar conflictos en la zona. Los países signatarios acordaron suspender sus reclamos (aunque no renunciar a ellos) mientras el tratado estuviera vigente. El Consejo también logró internacionalizar y desmilitarizar el continente antártico, prohibir pruebas nucleares y desechos radiactivos y asegurar que la región sea utilizada con fines pacíficos, incluyendo principalmente la exploración conjunta y las investigaciones científicas. Los países signatarios obtuvieron libre acceso a toda la región con derechos recíprocos a inspeccionar sus instalaciones. El tratado prohíbe “cualquier medida de naturaleza militar, tal como el establecimiento de bases militares y fortificaciones, la realización de maniobras militares así como la prueba de cualquier tipo de armamento”. Permite personal militar y equipos únicamente para trabajar con fines científicos u otros objetivos pacíficos. (7) En su discurso del 1º de mayo de 1960, el presidente Frondizi dedicó un párrafo a la Conferencia sobre la Antártida, afirmando que la Argentina había podido incluir en el Tratado su oposición a la internacionalización de la zona. Los principios de libertad y cooperación científica también habían sido incluidos en el Tratado. (8) Por otra parte, en preparación de la visita del presidente Frondizi al Reino Unido, la embajada británica envió un informe sobre la política del gobierno argentino respecto de la Antártida. De acuerdo con este informe, el gobierno argentino estaba ansioso por trabajar conjuntamente con el Reino Unido en el sector antártico. (9) En 1955 el gobierno británico había invitado a la Argentina y Chile a presentar la disputa sobre el territorio antártico a la Corte Internacional de Justicia o a un Tribunal de Arbitraje. Esta invitación fue rechazada por ambos países. En noviembre de 1949, los tres países habían firmado, por primera vez, una Declaración Tripartita por la que se comprometían a no enviar buques de guerra al sur del paralelo 60 durante el verano. El gobierno argentino consideró innecesario mantener esta declaración una vez que entrara en vigencia el Tratado Antártico. (10) Mientras el gobierno británico aceptaba la propuesta argentina, el chileno consideraba necesario renovar la Declaración. Sin embargo, el gobierno chileno aseguraba que estaba dispuesto a abandonar la declaración siempre y cuando el gobierno argentino le enviara un compromiso escrito sobre la ausencia de ejercicios navales en la zona. (11) Finalmente, los tres gobiernos firmaron el siguiente texto:
Desde 1949 los gobiernos de Chile, Gran Bretaña y Argentina han hecho, anualmente, declaraciones simultáneas a fin de evitar cualquier malentendido en la Antártida que pudiera afectar sus amistosas relaciones según las cuales no preveían el envío de barcos de guerra al sur de los 60 grados de latitud sur con excepción de movimientos ya habituales de años anteriores. Los gobiernos de Chile, Gran Bretaña y Argentina consideran que, estando hoy vigente el Tratado Antártico, han desaparecido las razones que motivaron tal declaración ya que dicho instrumento internacional, especialmente su artículo primero, asegura la utilización exclusivamente pacífica de la Antártida y prohíbe, en consecuencia, la realización de todo acto o maniobras de carácter militar. Por las razones expuestas, los gobiernos de Chile, Gran Bretaña y Argentina resuelven no renovar, en el futuro, la Declaración tripartita y manifiestan que, de acuerdo al Tratado Antártico, no prevén el envío de barcos de guerra a la Antártida sino para los fines científicos contemplados en él. (12)

lunes, 22 de junio de 2009

EFEMERIDES 22 DE JUNIO



22 de Junio de 1777



Nace en Foxford (Irlanda) el almirante Guillermo Brown. Estuvo al servicio de la causa patriota y fue triunfador en las batallas navales de Montevideo, Juncal y Martín García. Falleció en Buenos Aires el 3 de marzo de 1857.


Guillermo Brown nació en Foxford, Irlanda, el 22 de junio de 1777. Su nombre está íntimamente vinculado a las luchas por la independencia argentina, a la guerra contra el Imperio de¡ eras¡¡, a las luchas; civiles de¡ período de Rosas. Emigró con sus padres a los Estados Unidos siendo todavía un niño. Quedé huérfano a corta edad y entra como grumete en un barco de guerra inglés.Años después se le encuentra al mando de una nave de pabellón británico que fue apresado por los franceses y conducida a Metz con su comandante.Brown consigue fugarse y llegar a Inglaterra tras no pocas peripecias. Contrajo allí matrimonio en 1809 y emigró hacia él Río de la Plata, a donde llega el mismo año. Después de una breve permanencia en Montevideo se traslada a Buenos Aires y se compra una Goleta llamada "Industria" para realizar un servicio regular entre Buenos Aires y Montevideo.Al producirse la Revolución de Mayo se adhiere al movimiento y en 1814 acepta el mando de una escuadrilla para hacer frente a las interferencias de los buques españoles.El gobierno de Buenos Aires compra y arma la fragata Hércules, los bergantines Zephoys y Nancy y la qoieta Juliet. Se les reúnen después. las goletas Julieta y Fortunata, la cañonera Tortuga y el falucho San Luis, con los que el 10 de marzo hace rumbo a Martín García, isla en la que desembarca.Luego se dirigió a Montevideo y el 17 de mayo tuvo una gran victoria sobre los buques realistas, superiores en número y armamento. Cooperó positivamente en el sitio a Montevideo, plaza que bombardeó y cuya rendición, ocurrida en junio, debióse en gran parte al asedio marítimo. El Supremo Director Posadas, lo ascendió a Coronel, como premio a su comportamiento.Tuvo prisionero a borde de¡ Hércules al Gral. Vigodet que regresó a España al cabo de 14 días.Brown tuvo que regresar a Buenos Aires a consecuencia de una herida que habla recibido en combate y el gobierno lo designa Comandante General de la Marina. Por los efectos de esa herida queda cojo para toda la vida. Posteriormente, se retira a su quinta de Barracas, donde permanece alejado de la vida pública hasta que en 1826 lo llama a servicio el presidente Rivadavia.Ese año combate en el puerto de la Colonia contra la escuadra brasileña, resultándose adversa la suerte, hasta que con once embarcaciones mal pertrechadas y con una tripulación pobre derrota a los brasileños que mandaban 31 unidades. Este fue el histórico combate naval de Los Pozos, realizado el 1 1 de junio de 1826. Al ario siguiente el 9 de febrero, volvió a derrotarlos en Juncal. Obtiene una nueva victoria en Monte Santiago, pero en. ese combate pierde la vida el capitán Francisco Drummond, novio de su hija Elisa Brown, la cual al enterarse de la noticia se suicida.Este hecho marca en la vida psíquica de¡ marino una de las etapas decisivas de la neurosis que llegó a dominarlo. En 1829, vuelve a la vida privada y en 1837 hace un viaje a su país natal. A principios de 1841, Rosas le confía la misión de crear una escuadra para hacer frente a Jade¡ Gral. Riveraya los buques extranjeros que tanto le molestaban con sus agresiones.El 27 de febrero hacía flamear su insignia de Almirante en el bergantín Belgrano.En mayo derrotó a los riveristas frente a Montevideo y en 1842 venció a la escuadra adversaria mandada por Garibaldi.En 1843 bloquea Montevideo por orden de Rosas, bloqueo que la intervención británica hizo fracasar.En 1845, se vio forzado a regresar a Buenos Aires obligándolo las escuadras europeas a firmar un documento por el que se comprometía, dada su calidad de británico a no intervenir más en aquella contienda.Fallece en Buenos Aires el 3 de marzo de 1857.Brown simboliza toda la historia naval argentina, dice Bartolomé
FRAGATA HERCULES
Mitre "No teníamos astilleros, ni maderas, ni marineros, ni nuestro carácter nos arrastraba a las aventuras de¡ mar, ni nadie se imaginaba que sin esos elementos pudiéramos competir algún día sobre las aguas con potencias marítimas que enarbolaban en bosques de mástiles centenares de gallardetes. Este prodigio lo realizó el Almirante Brown en los momentos de mayor conflicto en las dos guerras nacionales que ha sostenido la Argentina

domingo, 21 de junio de 2009

EFEMERIDES 21 DE JULIO

Dia de la Confraternidad Antártica
El día 21 de Junio, que es el más corto del año y comienza el Invierno en el hemisferio sur, se conmemora el "Día de la Confraternidad Antártica".
En ese día, los rayos solares caen perpendiculares a la línea situada en el Trópico de Cáncer, situado a los 23º 27' de latitud norte (allí el sol está en cenit al mediodía).
En ese momento los rayos solares rasan el suelo en un punto situado en el Circulo Polar Antártico; al sur de este círculo que está a los 66º33' de latitud sur, toda la zona polar queda sumida en la sombra.
La noche dura allí 24 horas y por el contrario en la zona boreal, situada más allá del Circulo Polar Ártico en la misma latitud, pero del norte, queda iluminada 24 horas y no hay noche.
Para aquellos que han prestado y prestan servicios en Dotaciones Antárticas Anuales, es decir que permanecen un año en el Continente Antártico, el día 21 de junio es muy significativo, porque a partir de ese momento que se inicia el invierno, ellos comienzan a ser "Antárticos".

Fuente Base Maranbio // marambio.com


El nuevo año aymara
La Razón (Bolivia)


Indígena aymara.
En 1997, 5.000 personas recibieron el año aymara 5505 en Tiwanaku. Una década después, el 2007, en el centro arqueológico se reunieron 39.000. Con estos datos, la Alcaldía de Tiwanaku prevé que la madrugada de este sábado 21 de junio, más de 40.000 visitantes participarán en el rito del Willka Kuti o retorno del sol, que recibirá el año nuevo aymara número 5516.
“Queremos que la gente venga a recibir la energía cósmica solar para renovar la fuerza y la unidad del país”, invita la alcaldesa Eulogia Quispe. “El Willka Kuti es el evento más importante de Tiwanaku”, añade la autoridad edil. Y es que con los visitantes llegan también los ingresos.
“Algunos folklorizan el año nuevo aymara que se celebra, no sólo en los Andes, sino en todo el Cono Sur. Para los indígenas originarios de América, éste es un evento importante que se corresponde con calendario agrícola y que recién en las últimas décadas ha podido visualizarse”, asegura Fernando Huanacuni.
El historiador aymara es uno de los participantes en el seminario Reconstrucción de la identidad, que se llevará a cabo mañana y el jueves (18.30) en la Cancillería. “Han llegado representantes de las culturas originarias de Argentina, Chile, Colombia, Guatemala y Perú; todos vienen con alegría y respeto a recibir el año 5516”, dice.
Esta cifra es, una vez más, centro de polémica: “Si seguimos la memoria oral, éste sería el año aymara 4016; pero se acepta el 5516”, puntualiza Huanacuni. “En la cultura tiwanakota, un sol simbolizaba mil años; si la conquista fue en el año 5.000, recibiríamos el 5516”, explica el antropólogo David Mendoza. En lo que no hay dudas es en que la celebración coincide con el fenómeno del solsticio de invierno.
Aunque, según los expertos de la Unidad Nacional de Arqueología (Unar), “es imposible saber si los antiguos tiwanakotas realizaban algún tipo de ceremonia en el año nuevo aymara”; el rito en el templo de Kalasasaya se ha renovado en las últimas décadas con sacerdotes, ofrendas y ñustas. “Es un proceso natural, las culturas readecuan y reinventan su pasado”, explica Mendoza.
Pero los procesos modernizadores también han acarreado excesos como el abuso de alcohol o la destrucción del templo arqueológico. “Este año vamos a ser drásticos con el consumo de alcohol y vamos a revisar desde la tranca. El templo va a ser cuidado por la Policía y una guardia vecinal en coordinación con la Unar”, puntualiza la Alcaldesa.
De acuerdo con la primera autoridad edil de Tiwanaku, el Presidente ha sido invitado al evento que comenzará el viernes con ofrendas y un festival musical.
Festejo andino en el estadioCon una ch’alla por la unidad del país, la ciudadanía paceña recibirá la madrugada del sábado el año nuevo aymara. La ceremonia se llevará a cabo en la plaza del estadio, que es una réplica del templo de Kalasasaya
“Un amauta realizará la ceremonia central y los asistentes podremos, después, recibir la energía de los primeros rayos del sol nuevo. Todo terminará con música autóctona”, explicó David Mendoza, de la Oficialía Mayor de Culturas.
Ese no será la única ceremonia que se realice en el área urbana; el sábado habrá ritos similares en los distritos de Jampaturi y Cotahuma.Como es tradicional, la apacheta de La Cumbre, en el camino a Yungas, y el Valle las Ánimas en la zona Sur serán también puntos que recibirán el año nuevo aymara. Se prevé, en ambos espacios, la presencia de amautas para realizar las ofrendas al sol y músicos autóctonos para festejar la llegada del nuevo año.
Programa en Tiwanaku
Viernes 20 • Peregrinación al cerro K’imsa (9.00), Apertura de la feria de biodiversidad y arte popular (12.00), Ofrenda de amautas en el cerro Lloko Lloko (19.00), Festival musical con Llajtaymanta, Wara, Rijchariy y otros grupos (22.00)
Sábado 21 • Wajta y misa ceremonial (4.00); Apertura de las puertas del centro arqueológico de Tiwanaku (5.00), Ceremonia central en el templo de Kalasasaya (7.00), Akullico (8.00)
Un “Rapsticio” en El AltoEn el afán de fusionar tradiciones y acercarlas a la realidad de los jóvenes en la ciudad de El Alto, la llegada del año nuevo aymara se recibirá con el festival de hip hop Rapsticio 2008.
Desde las 5.00 del sábado, la música llenará el Teatro Andino de la Ceja; antes, los participantes en el evento realizarán un “graffiti comunitario”, darán demostraciones de break dance y participarán en una ceremonia andina de saludo al sol. “Tendremos la participación de más de 20 grupos de rap en escena entre grupos de La Paz, El Alto y Oruro, mostrando toda la expresión y la esencia lírica en sus canciones”, explica Cinthia Suxo, del grupo Arma Letral.Ofrendas en lagos y cerrosEl nuevo año aymara será recibido no sólo en Tiwanaku, sino también en diferentes sitios arqueológicos como en Samaipata, Pasto Grande, Qhonko Wankane, Isla del Sol y Culli Culli, entre muchos otros.
En el estrecho de Tiquina, a la media noche del 20 de junio, nadadores de Perú y de Bolivia cruzarán a nado en señal de unidad; mientras los habitantes de San Pablo de Tiquina ofrecerán una ofrenda ancestral al tata Willka y al Lago.
En Copacabana se realizarán ritos, tanto en el pueblo andino como en la Isla del Sol. Las ceremonias también tendrán lugar en los Yungas paceños.
Esto está contemplado en la Ley Nº 25.433 del 16-jul-2001 (Boletín Oficial Nº 29.689), por la cual se autoriza al personal militar y civil de las Fuerzas Armadas y civil dependientes de la Dirección Nacional del Antártico-Instituto Antártico Argentino, que ha realizado o realizará una o más campañas invernales en alguna de las Bases Antárticas que la Nación sostiene en el territorio Antártico Argentino y que se encuentren registrados ante la Asociación Polar "Pingüinera Antártica Argentina", quedará una vez que dejen el servicio activo, autorizados a agregar al grado y/o título que revisten, la expresión "Expedicionario al Desierto Blanco".

viernes, 19 de junio de 2009

EFEMERIDES 20 DE JUNIO














20 de Junio de 1938



Día de la Bandera






El Congreso de la Nación, por ley nacional Nº 12.361, estableció el día 20 de junio (por ser el aniversario del fallecimiento del Gral. Manuel Belgrano, el 20 de junio de 1820) como "Día de la Bandera".






Manuel Belgrano (Buenos Aires, 3 de junio de 1770 – 20 de junio de 1820) fue un intelectual, abogado, economista, periodista, político y militar de las Provincias Unidas del Río de la Plata, actual Argentina. Participó de la guerra de la Independencia y es el creador de la Bandera de Argentina.
Fue además secretario del Consulado de Comercio de Buenos Aires y vocal de la Primera Junta de Gobierno. Como diplomático viajó a Europa para negociar el reconocimiento de la independencia por las potencias de ese continente.
La educación fue una de sus principales preocupaciones: para ello elaboró durante su estadía en España un plan de acción con avanzadas ideas sobre la misma.



Belgrano no tenía, como él mismo lo ha dicho, grandes conocimientos militares, pero poseía un juicio recto, una honradez a toda prueba, un patriotismo puro y desinteresado, el más exquisito amor al orden, un entusiasmo decidido por la disciplina y un valor moral que jamás se ha desmentido.
General
José María Paz




General sin las dotes del genio militar, hombre de estado sin fisonomía acentuada...Sus virtudes fueron la resignación y la esperanza, la honradez del propósito y el trabajo desinteresado.
Domingo Faustino Sarmiento




Frases del Gral. Manuel Belgrano



"A quien procede con honradez, nada debe alterarle. He hecho cuanto he podido y jamás he faltado a mi palabra."
"Bien puede pesarle a todos los demonios, pero en mí no tendrán jamás cabida."
"Desde la más remota antigüedad hasta nuestros días, la historia de los siglos y de los tiempos nos enseña cuánto aprecio han merecido todos aquéllos que han puesto el cimiento a alguna obra benéfica a la humanidad."
"Deseo ardorosamente el mejoramiento de los pueblos. El bien público está en todos los instantes ante mi vida."
"Deseo que todos sepan el bien para alegrarse, y el mal para remediarlo, si aman a su patria; así que nada oculto ni ocultaré jamás."
"El honor y el premio son los resortes para que no se adormezca el espíritu del hombre."
"El miedo sólo sirve para perderlo todo."
"El modo de contener los delitos y fomentar las virtudes es castigar al delincuente y proteger al inocente."
"En mis principios no entra causar males sino cortarlos."
"En vano los hombres se empeñan en arrastrar a su opinión a los demás, cuando ella no está cimentada en la razón."
"Era preciso corresponder a la confianza del pueblo, y me contraje al desempeño de esta obligación, asegurando, como aseguro, a la faz del universo, que todas mis ideas cambiaron, y ni una sola concedía a un objeto particular, por más que me interesase: el bien público estaba a todos instantes ante mi vista."
"Esta paz tan estimable se compra al duro precio de la sangre y de la muerte."
"Este país, que al parecer no reflexiona ni tiene conocimientos económicos, será sin comercio un país desgraciado, esterilizada su feracidad y holgando su industria."
"Estoy muy acostumbrado a contrastes y más espíritu tengo en ellos que en las prosperidades; me ocurre siempre en éstas que después del buen tiempo viene el malo y en éste que ha de venir aquél."
"La agricultura es la madre fecunda que proporciona todas las materias primeras que dan movimiento a las artes y al comercio."
"La vida es nada si la libertad se pierde."
"Lo que creyere justo lo he de hacer, sin consideraciones ni respetos a nadie."
"Los gobiernos ilustrados, conociendo las ventajas que prometen el premio y el honor, han echado mano de estos principios motores del corazón humano para todas las empresas."
"Los hombres no entran en razón mientras no padecen."
"Me glorío de no haber engañado jamás a ningún hombre y de haber procedido constantemente por el sendero de la razón y de la justicia, a pesar de haber conocido la ingratitud."
"Me hierve la sangre, al observar tanto obstáculo, tantas dificultades que se vencerían rápidamente si hubiera un poco de interés por la patria."
"Mis ideas no se apartan de la razón y justicia que concibo, ni jamás se han dirigido a formar partidos, ni seguirlos."
"Mis intenciones no son otras que el evitar la efusión de sangre entre hermanos."
"Mucho me falta para ser un verdadero padre de la patria, me contentaría con ser un buen hijo de ella."
"Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes los han contraído así mismo, y ni uno solo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se emite, o de una lección que retraiga de incidir en sus defectos."
"Nadie me separara de los principios que adopté cuando me decidí a buscar la libertad de la patria amada, y como éste solo es mi objeto, no las glorias, no los honores, no los empleos, no los intereses, estoy cierto de que seré constante en seguirlos."
"Ni la virtud ni los talentos tienen precio, ni pueden compensarse con dinero sin degradarlos."
"Ninguna cosa tiene su valor real, ni efectivo en sí mismo, sólo tiene el que nosotros le queremos dar; y éste se liga precisamente a la necesidad que tengamos en ella; a los medios de satisfacer esta inclinación; a los deseos de lograrla y a su escasez y abundancia."
"No busco el concepto de nadie, sino el de mi propia conciencia, que al fin es con la que vivo en todos los instantes y no quiero que me remuerda."
"No busco glorias si no la unión de los americanos y la prosperidad de la patria."
"No es lo mismo vestir el uniforme militar, que serlo."
"No hallo medio entre salvar a la patria o morir con honor."
"Nuestros patriotas están revestidos de pasiones, y en particular, la de la venganza; es preciso contenerla y pedir a Dios que la destierre, porque de no, esto es de nunca acabar y jamás veremos la tranquilidad."
"Parece que la injusticia tiene en nosotros más abrigo que la justicia. Pero yo me río, y sigo mi camino."
"Que no se oiga ya que los ricos devoran a los pobres, y que la justicia es sólo para aquéllos."
"Que nos entristezcamos o nos alegremos, la mano que todo lo dirige, no por eso va a variar: esta es una verdad evangélica."
"¿Qué otra cosa son los individuos de un gobierno, que los agentes de negocios de la sociedad, para arreglarlos y dirigirlos del modo que conforme al interés público?"
"Quiero volar, pero mis alas son chicas para tanto peso."
"Renuncio a mi sueldo de vocal de la Primera Junta de Gobierno porque mis principios así me lo exigen."
"Se apoderaron de mí las ideas de libertad, igualdad, seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los que se oponían a que el hombre fuese donde fuese, no disfrutase de unos derechos que Dios y la naturaleza le habían concedido."
"Se deben poner escuelas gratuitas para la niñas, de se les enseñará la doctrina cristiana, a leer, a escribir, coser, bordar, y principalmente inspirarles amor al trabajo, para separarlas de la ociosidad, tan perjudicial o más en las mujeres que en los hombres."
"Sin educación, en balde es cansarse, nunca seremos más que lo que desgraciadamente somos."
"Sirvo a la patria sin otro objeto que el de verla constituida, ése es el premio al que aspiro."
"Trabajé siempre para mi patria poniendo voluntad, no incertidumbre; método no desorden; disciplina, no caos; constancia no improvisación; firmeza, no blandura; magnanimidad, no condescendencia."
"Yo no sé más que hablar la verdad y expresarme con franqueza: esto me lo he propuesto desde el principio de la revolución y he seguido y seguiré así."
"¡Juro a la patria y a mis compañeros, que si a las tres de la tarde del día inmediato el virrey no hubiese renunciado, a fe de caballero, yo le derribaré con mis armas!"



Creacion de la Bandera Argentina
La autorización para adoptar la escarapela nacional emitida por el gobierno del Triunvirato, inspiró a Belgrano la creación de una bandera con los mismos colores de aquélla.
El 27 de febrero de 1812, en oportunidad de inaugurar dos baterías de artillería encargadas por el gobierno, emplazadas una, Libertad, sobre la costa occidental del Paraná a la altura de la ciudad de Rosario de Santa Fe, y la otra, Independencia, en una isla distante a poco más de mil metros de esa ciudad, Belgrano presentó la nueva enseña patria ante las filas allí reunidas. Luego de haberlas arengado y formado en tropa, ordenó izarla en la barranca, frente al Paraná, informando posteriormente de esta decisión al Triunvirato de la siguiente manera: "Siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola la mandé hacer blanca y celeste conforme a los colores de la escarapela nacional; espero que sea de la aprobación de V.E.".
El gobierno desaprobó la medida adoptada por Belgrano, alegando razones de prudencia política, imponiéndole hacer pasar el hecho como un rasgo de entusiasmo momentáneo, como así también, que ocultara disimuladamente el nuevo emblema, recomendándole lo reemplazase por la usada en la Fortaleza de Buenos Aires, (roja y amarilla).
Pero esta comunicación, Belgrano no la recibió por haberse puesto ya en marcha hacia el norte para hacerse cargo del ejército. Por ese motivo, mandó enarbolar nuevamente la bandera de su creación, en oportunidad de celebrarse el segundo aniversario de la Revolución de Mayo, en la catedral de la ciudad de Jujuy. Luego de haber oficiado un solemne Te Deum, el canónigo Juan Ignacio Gorriti bendijo la enseña. El 29 de mayo Belgrano informó al gobierno de esta ceremonia: "... el pueblo se complacía de la señal que ya nos distingue de las demás naciones...". El Triunvirato interpretó estos hechos como una desobediencia de Belgrano, por lo que le envió una reprimenda el27dejunio, a laque el general contestó el 18dejulio, 8llanándose a la disposición de recoger la bandera, afirmando que la reservaría para el día de la batalla 6nal de la gran victoria.
Posteriormente, Ia Asamblea del año XII I resolvió permitir el uso de la bandera creada por Belgrano, pero sin dejar ninguna constancia por escrito de ello, ya que no deseaba la ruptura total con España.
El Congreso Constituyente de Tucumán la reconoció oficialmente el 20 de julio de 1 81 6, por iniciativa del diputado Esteban A. Gascón.
Esto fue dar legalidad a un hecho consumado y generalizado, ya que la bandera celeste y blanca había flameado anteriormente en distintas oportunidades de importancia: en la iglesia de San Nicolás de Buenos Aires, con motivo de la celebración de una misa de acción de gracias por el fracaso de la conspiración de Álzaga; también, el 13 febrero de 1813, Belgrano había hecho jurar a sus tropas fidelidad al gobierno de la Asamblea del año XIII, a orillas del río Pasaje (luego fue denominado Juramento), utilizando (a bandera celeste y blanca que, como ya quedara señalado, por disposición de ese organismo en el día de su instalación había sido permitida; con el triunfo de Salta (véase) del 20 de febrero de ese mismo año, donde tuvo su bautismo de fuego; cuando se rindió Montevideo, el 23 de junio de 1814, la bandera española fue reemplazada por la celeste y blanca; por último, la Fortaleza de Buenos Aires la había adoptado el 1 7 de abril de 1815.
El Director Supremo Pueyrredón solicitó al Congreso, el 9 de enero de 1818, que resolviese sobre las diferencias que estimase oportuno en el uso de las banderas.
El Congreso contestó que toda bandera nacional debía tener los dos colores, blanco y azul, como hasta ese momento, y que la de guerra luciría, como distintivo especial, un sol pintado en su franja blanca.


20 de Junio de 1957



Se inaugura en Rosario

(provincia de Santa Fe)

el notable Monumento a la Bandera.







20 de junio de 2000


Día Mundial de los Refugiados


Por qué un Día Mundial del Refugiado

Igual como se hace un esfuerzo especial para recordar a nuestras madres el Día de la Madre, queremos que los refugiados del mundo sean recordados en un día especial. Durante años, muchos países y regiones han celebrado un día nacional -incluso semanas- del refugiado. Uno de los más conocidos fue el Día del Refugiado Africano, que se celebra el 20 de junio en varios países.Una resolución especial de la Asamblea General de la ONU, adoptada por unanimidad en el 2000, designó el 20 de junio de cada año como Día Mundial del refugiado, como una manera de expresar solidaridad hacia Africa, el continente que alberga a la mayoría de los refugiados del mundo, y que tradicionalmente les ha mostrado una gran generosidad.


Durante años, muchos países y regiones han celebrado un día nacional -incluso semanas- del refugiado. Uno de los más conocidos fue el Día del Refugiado Africano, que se celebra el 20 de junio en varios países.
¿Quién es un apátrida? ¿Refugiados?

Un apátrida es aquella que no es reconocida por ningún país como ciudadano. En efecto, muchos millones de personas en el mundo están atrapadas en este limbo legal, disfrutando solamente de un acceso mínimo a la protección legal o internacional o a derechos básicos tales como salud y educación. Las convenciones internacionales sobre apatridia se establecieron en 1954 (Convención sobre el Estatuto de los Apátridas) y 1961 (Convención para reducir los casos de Apatridia). En 1974 la Asamblea General de las Naciones Unidas le solicitó al ACNUR que brindara asistencia legal limitada y en 1996 le ordenó ampliar su misión a través de la promoción de la reducción de los casos de apatridia a nivel mundial.