Juan Thomasd O´Brien
(1786-1861).
Nació en Dublín (Irlanda); llegó a Buenos Aires en 1812 y murió en Lisboa, Portugal. sus restos fueron traídos a la Argentina para ser inhumados con todas las honras de un héroe nacional.
Oficial militar; héroe irlandés de la guerra de la independencia Argentina. Se enroló en el ejército. Luchó en Montevideo (1813) y después de la capitulación de la plaza se reintegró a la vida civil. Se unió a San Martín, en Mendoza, como oficial, en el regimiento de granaderos a caballo. Mientras el ejército se hallaba preparado para cruzar los Andes, O'Brien patrulló el Paso Portillo. Pasó a ser edecán de San Martín y acompañó al general en sus campañas de Chile y Perú.
Después de la batalla de Maipú, recibió órdenes de seguir al general Osorio, el comandante español y, con dieciocho granaderos, capturó toda la documentación del estado mayor y varios prisioneros. Luego de la batalla de Callao (Perú) fue enviado a Buenos Aires con todos los trofeos de guerra capturados. Más tarde fue a Bolivia, donde recibió de Bolívar una mina de plata en reconocimiento por los servicios prestados al general en la lucha final de las guerras de la independencia. En 1834 se retiró.
Exploró la región del Amazonas y se estableció por un tiempo en el Uruguay, donde las tropas de Rosas destruyeron su hacienda. Rivera, por entonces presidente del Uruguay, lo nombró cónsul general en Gran Bretaña e Irlanda.
Nació en Dublín (Irlanda); llegó a Buenos Aires en 1812 y murió en Lisboa, Portugal. sus restos fueron traídos a la Argentina para ser inhumados con todas las honras de un héroe nacional.
Oficial militar; héroe irlandés de la guerra de la independencia Argentina. Se enroló en el ejército. Luchó en Montevideo (1813) y después de la capitulación de la plaza se reintegró a la vida civil. Se unió a San Martín, en Mendoza, como oficial, en el regimiento de granaderos a caballo. Mientras el ejército se hallaba preparado para cruzar los Andes, O'Brien patrulló el Paso Portillo. Pasó a ser edecán de San Martín y acompañó al general en sus campañas de Chile y Perú.
Después de la batalla de Maipú, recibió órdenes de seguir al general Osorio, el comandante español y, con dieciocho granaderos, capturó toda la documentación del estado mayor y varios prisioneros. Luego de la batalla de Callao (Perú) fue enviado a Buenos Aires con todos los trofeos de guerra capturados. Más tarde fue a Bolivia, donde recibió de Bolívar una mina de plata en reconocimiento por los servicios prestados al general en la lucha final de las guerras de la independencia. En 1834 se retiró.
Exploró la región del Amazonas y se estableció por un tiempo en el Uruguay, donde las tropas de Rosas destruyeron su hacienda. Rivera, por entonces presidente del Uruguay, lo nombró cónsul general en Gran Bretaña e Irlanda.
24 de Junio de 1829
Pacto de Cañuelas
El resultado práctico de la entrevista del jefe de los unitarios con el jefe de los federales, fue el convenio del 24 de junio de 1829 que firmaron el general Lavalle a nombre del “gobierno de la ciudad” y el coronel Rosas a nombre del “pueblo armado de la campaña”. El mismo se llevó a cabo en la estancia de Miller (estancia La Caledonia), cerca del pueblo de Cañuelas. Este convenio tenía por objeto hacer cesar las hostilidades, restablecer las relaciones entre la ciudad y la campaña y olvidar el pasado. Concurría a ello estableciendo: 1º, la elección inmediata de representantes de la Provincia; 2º, el nombramiento del gobernador que harían estos diputados, y al cual Lavalle y Rosas entregarían las fuerzas a sus órdenes; 3º, el reconocimiento que haría la Provincia de las obligaciones contraídas por Rosas durante la campaña, y de los grados de los jefes y oficiales del ejército de este último.
Inmediatamente Rosas remite a sus amigos la nómina de los candidatos convenidos con Lavalle: “La adjunta lista es la acordada después de serias meditaciones. Es preciso hacerla triunfar para salvar al país; si no es así, la sangre de nuestros compatriotas va a derramarse a torrentes”.
El resultado práctico de la entrevista del jefe de los unitarios con el jefe de los federales, fue el convenio del 24 de junio de 1829 que firmaron el general Lavalle a nombre del “gobierno de la ciudad” y el coronel Rosas a nombre del “pueblo armado de la campaña”. El mismo se llevó a cabo en la estancia de Miller (estancia La Caledonia), cerca del pueblo de Cañuelas. Este convenio tenía por objeto hacer cesar las hostilidades, restablecer las relaciones entre la ciudad y la campaña y olvidar el pasado. Concurría a ello estableciendo: 1º, la elección inmediata de representantes de la Provincia; 2º, el nombramiento del gobernador que harían estos diputados, y al cual Lavalle y Rosas entregarían las fuerzas a sus órdenes; 3º, el reconocimiento que haría la Provincia de las obligaciones contraídas por Rosas durante la campaña, y de los grados de los jefes y oficiales del ejército de este último.
Inmediatamente Rosas remite a sus amigos la nómina de los candidatos convenidos con Lavalle: “La adjunta lista es la acordada después de serias meditaciones. Es preciso hacerla triunfar para salvar al país; si no es así, la sangre de nuestros compatriotas va a derramarse a torrentes”.
Estancia la Caledonia
(5)La mayoría de los “decembristas” no aceptaban las sugerencias de Lavalle. Agüero le decía que no era posible “una transacción con los vándalos. Yo no dudo que Usted ha de concluir con estos salvajes; y esto cuanto antes”.
Lavalle desalentado por el panorama que ofrece la ciudad, le escribe a Rosas: “Los suburbios de la ciudad están llenos de ladrones… Riñen con los compadritos y, a las peleas, siguen las puñaladas. Los enemigos de la paz (los unitarios disconformes con el pacto) dicen que son partidas de Usted. En esto persiguen dos cosas: desacreditar a Usted y hacer creer que Usted está siempre hostigando al pueblo; pero (la verdad es que) los enemigos de la paz son impotentes”.
Los amigos de Lavalle se disgustan con él, Carlos María de Alvear y Florencio Varela renuncian; Manuel Gallardo se va a Montevideo; Martín Rodríguez se distancia.(6) Lavalle había reunido a los altos jefes militares y les había dicho: “Juan Manuel es un verdadero patriota y un ciudadano del orden al cual es necesario ver, tratar y conocer”. (7)
Con respecto a Alvear, Lavalle le escribe a Rosas: “Alvear ha hecho hoy su renuncia de los ministerios de guerra y marina y la he aceptado con un contento indecible. Este es un hombre que no estará quieto bajo ningún orden de cosas y que necesita de la embrolla y de la intriga como del alimento. Si lo sujetan a vivir con juicio, se muere en dos días. En estos últimos, ha esparcido mil mentiras y me ha calumniado a su gusto. En fin, ya estoy libre de él”.(8) Y a continuación añadía: “Usted debe estar seguro de mi anhelo de cultivar y fortalecer nuestra amistad, tanto porque ella es necesaria a nuestra patria, como porque fuera de los sucesos que nos han hecho contrarios, siempre debió Usted simpatía a su amigo Juan Lavalle”.(9)
Lavalle se había convencido de que su partido no era popular, y entonces, el 16 de julio de 1829, le dice a Rosas lo que anunciara San Martín meses antes; a saber, que para hacer triunfar a alguno de los dos partidos en pugna, “será preciso degollar al otro; porque, existiendo los dos, y comprimiendo a cualquiera de ellos, ha de hacer explosión tarde o temprano”.
A vuelta de correo, Rosas le envía a Félix de Alzaga con esta comisión: “Horroriza el cuadro que presenta nuestra patria si la fe en los pactos se destruye y la confianza se pierde. Todo será desolación y muerte”. (Porque había sabido que Juan Andrés Gelly Obes, secretario de Lavalle, trabajaba activamente por hacer triunfar una lista contraria a la estipulada). “Si los pactos solemnes del tratado quedan sin efecto, la sangre de nuestros compatriotas se derramará a torrentes, sin duda. Esto será triste; pero más triste todavía será la necesidad de conformarse porque no hay otro remedio”.
Lavalle desalentado por el panorama que ofrece la ciudad, le escribe a Rosas: “Los suburbios de la ciudad están llenos de ladrones… Riñen con los compadritos y, a las peleas, siguen las puñaladas. Los enemigos de la paz (los unitarios disconformes con el pacto) dicen que son partidas de Usted. En esto persiguen dos cosas: desacreditar a Usted y hacer creer que Usted está siempre hostigando al pueblo; pero (la verdad es que) los enemigos de la paz son impotentes”.
Los amigos de Lavalle se disgustan con él, Carlos María de Alvear y Florencio Varela renuncian; Manuel Gallardo se va a Montevideo; Martín Rodríguez se distancia.(6) Lavalle había reunido a los altos jefes militares y les había dicho: “Juan Manuel es un verdadero patriota y un ciudadano del orden al cual es necesario ver, tratar y conocer”. (7)
Con respecto a Alvear, Lavalle le escribe a Rosas: “Alvear ha hecho hoy su renuncia de los ministerios de guerra y marina y la he aceptado con un contento indecible. Este es un hombre que no estará quieto bajo ningún orden de cosas y que necesita de la embrolla y de la intriga como del alimento. Si lo sujetan a vivir con juicio, se muere en dos días. En estos últimos, ha esparcido mil mentiras y me ha calumniado a su gusto. En fin, ya estoy libre de él”.(8) Y a continuación añadía: “Usted debe estar seguro de mi anhelo de cultivar y fortalecer nuestra amistad, tanto porque ella es necesaria a nuestra patria, como porque fuera de los sucesos que nos han hecho contrarios, siempre debió Usted simpatía a su amigo Juan Lavalle”.(9)
Lavalle se había convencido de que su partido no era popular, y entonces, el 16 de julio de 1829, le dice a Rosas lo que anunciara San Martín meses antes; a saber, que para hacer triunfar a alguno de los dos partidos en pugna, “será preciso degollar al otro; porque, existiendo los dos, y comprimiendo a cualquiera de ellos, ha de hacer explosión tarde o temprano”.
A vuelta de correo, Rosas le envía a Félix de Alzaga con esta comisión: “Horroriza el cuadro que presenta nuestra patria si la fe en los pactos se destruye y la confianza se pierde. Todo será desolación y muerte”. (Porque había sabido que Juan Andrés Gelly Obes, secretario de Lavalle, trabajaba activamente por hacer triunfar una lista contraria a la estipulada). “Si los pactos solemnes del tratado quedan sin efecto, la sangre de nuestros compatriotas se derramará a torrentes, sin duda. Esto será triste; pero más triste todavía será la necesidad de conformarse porque no hay otro remedio”.
(10)El 24 de julio le escribía Rosas al coronel Angel Pacheco: “Si la lista acordada no triunfa, los pactos más solemnes del tratado quedan sin efecto y se habrá perdido la mejor ocasión de salvar la patria. ¡Como me duele ver al general Lavalle encerrado en ese miserable Fuerte, en ese teatro de perfidia! El ofrece círculos que saben halagar, jugando con habilidad los dados de la traición, que son capaces de embriagar al mejor entendimiento… Mañana, los mismos que hoy le cercan y halagan, serán capaces de mandarlo degollar. Si el general Lavalle se une conmigo de firme, el país se salva. La gran familia de la República Argentina verá muy pronto el día suspirado de la gran obra de su consolidación”.
fuente: www.revisionistas.com.ar
24 de Junio de 1821
Nace en San Juan el notable médico, higienista, orador y legislador Guillermo Rawson, fundador de la Cruz Roja Argentina y propiciador del scoutismo juvenil. Falleció en París (Francia) el 2 de febrero de 1890.
24 de Junio de 1909
Nace en Buenos Aires el poeta y titiritero Javier Villafañe, un verdadero iniciador de la difusión del espectáculo de títeres en Argentina. Recorrió gran parte del país con el carromato de La andariega, ofreciendo funciones en lugares humildes. Murió el 1º de abril de 1996.
Los ancianos y las apuestas
por Javier Villafañe
Javier Villafañe nació en Buenos Aires el 24 de junio de 1909. Fue poeta, escritor y, desde muy pequeño, titiritero. Con su carreta La Andariega viajó por Argentina y varios países americanos realizando funciones de títeres. En 1967, su libro Don Juan el Zorro es objetado y retirado de circulación por la dictadura militar imperante en Argentina. Villafañe decidió entonces abandonar el país y radicarse en Venezuela donde, trabajando para la Universidad de Los Andes, fundó un Taller de Títeres para formar artistas de esa disciplina. En 1978, con el auspicio del gobierno venezolano, repitió su experiencia trashumante en el Viejo Continente: con un teatro ambulante recorrió el camino de Don Quijote a través de La Mancha, en España. En 1984 retornó a la Argentina. Fue autor, entre muchos otros libros, de Los sueños del sapo (Hachette), Historias de pájaros (Emecé), Circulen, caballeros, circulen (Hachette), Cuentos y títeres (Colihue), El caballo celoso (Espasa-Calpe), El hombre que quería adivinarle la edad al diablo (Sudamericana), El Gallo Pinto (Hachette) y Maese Trotamundos por el camino de Don Quijote (Seix Barral). El primer día de abril 1996, a los 86 años, falleció en Buenos Aires.
Comentó alguna vez el entrañable Javier: "Muchos de mis colegas —los caballeros de la tercera edad— suelen decir: —Hay viejos jóvenes y jóvenes viejos—. Y no es cierto. Los viejos son viejos y los jóvenes, jóvenes. Esta perogrullada no tiene vuelta de hoja. Abundan y sobran viejos insoportablemente viejos y jóvenes que 'andan con la mufa a cuestas, tirando pálidas de melancolía'. Huir, huir de ellos".
Y esta actitud frente a la vida, y frente a la vejez, se reflejó en su obra. Las tres pequeñas perlas que reproducimos de su libro Los ancianos y las apuestas nos lo confirman.
(Textos extraídos, con autorización de los editores, del libro Los ancianos y las apuestas, de Javier Villafañe. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1990)
por Javier Villafañe
Javier Villafañe nació en Buenos Aires el 24 de junio de 1909. Fue poeta, escritor y, desde muy pequeño, titiritero. Con su carreta La Andariega viajó por Argentina y varios países americanos realizando funciones de títeres. En 1967, su libro Don Juan el Zorro es objetado y retirado de circulación por la dictadura militar imperante en Argentina. Villafañe decidió entonces abandonar el país y radicarse en Venezuela donde, trabajando para la Universidad de Los Andes, fundó un Taller de Títeres para formar artistas de esa disciplina. En 1978, con el auspicio del gobierno venezolano, repitió su experiencia trashumante en el Viejo Continente: con un teatro ambulante recorrió el camino de Don Quijote a través de La Mancha, en España. En 1984 retornó a la Argentina. Fue autor, entre muchos otros libros, de Los sueños del sapo (Hachette), Historias de pájaros (Emecé), Circulen, caballeros, circulen (Hachette), Cuentos y títeres (Colihue), El caballo celoso (Espasa-Calpe), El hombre que quería adivinarle la edad al diablo (Sudamericana), El Gallo Pinto (Hachette) y Maese Trotamundos por el camino de Don Quijote (Seix Barral). El primer día de abril 1996, a los 86 años, falleció en Buenos Aires.
Comentó alguna vez el entrañable Javier: "Muchos de mis colegas —los caballeros de la tercera edad— suelen decir: —Hay viejos jóvenes y jóvenes viejos—. Y no es cierto. Los viejos son viejos y los jóvenes, jóvenes. Esta perogrullada no tiene vuelta de hoja. Abundan y sobran viejos insoportablemente viejos y jóvenes que 'andan con la mufa a cuestas, tirando pálidas de melancolía'. Huir, huir de ellos".
Y esta actitud frente a la vida, y frente a la vejez, se reflejó en su obra. Las tres pequeñas perlas que reproducimos de su libro Los ancianos y las apuestas nos lo confirman.
(Textos extraídos, con autorización de los editores, del libro Los ancianos y las apuestas, de Javier Villafañe. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1990)
24 de Junio de 1911
Nace en Rojas (Provincia de Buenos Aires) el notable ensayista y novelista Ernesto Sabato.
Ernesto SabatoMADREJuana María Ferrari, de ascendencia italiana y albanesa.
PADREFrancisco Sabato, de origen italiano
ESPOSAMatilde Kusminsky Richter (1918-1998)Se conoció con Ernesto apenas a los 17 años, cuando ella estudiaba en el Liceo de La Plata y él era estudiante de Física. Se casaron en los años '30 y ella compartió la complicada ruptura del novelista con el mundo de la ciencia, sus conflictos con el comunismo y su retiro a un rancho en las cercanías de Carlos Paz, en Córdoba. Ernesto y Matilde estuvieron casados por más de 60 años. Tuvieron dos hijos, Jorge y Mario, seis nietos y un bisnieto. La relación entre el escritor y su mujer fue muy intensa. En varias ocasiones, el escritor afirmó que sin su mujer no podría haber llegado a ser quien era. El propio Sabato, además, contó que Matilde salvó del fuego algunos manuscritos de sus obras. Y ella también escribía, aunque era muy reservada. Poeta y cuentista, en 1993 se decidió a publicar un libro de poemas, "Cenizas y plegarias", y otro de relatos, "El conjuro". Ambos escritos son pudorosos y de lenguaje escueto y están atravesados por la misma preocupación por la existencia humana. "El conjuro" está dedicado "A mis hijos y a los queridos amigos que me incitaron a publicar" y, el libro de poemas, "A Ernesto". Los poemas hablan del paso del tiempo, de lo que se deshace y del espacio que queda para el canto del amor. Los relatos parecen contados desde el lado oscuro de la vida, desde los sueños. Matilde falleció el 30 de septiembre de 1998, a los 82 años. Desde hacía algunos años que sufría de arterioesclerosis y el deterioro de su salud fue muy penoso.
HIJO MAYORJorge Federico Sabato (1938 - 1995)Se desempeñó como vicecanciller y ministro de Educación durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Falleció en 1995 en un accidente automovilístico.
HIJO MENORMario Sabato (Nació el 15 de febrero de 1945)Director de cine y televisión.
PADREFrancisco Sabato, de origen italiano
ESPOSAMatilde Kusminsky Richter (1918-1998)Se conoció con Ernesto apenas a los 17 años, cuando ella estudiaba en el Liceo de La Plata y él era estudiante de Física. Se casaron en los años '30 y ella compartió la complicada ruptura del novelista con el mundo de la ciencia, sus conflictos con el comunismo y su retiro a un rancho en las cercanías de Carlos Paz, en Córdoba. Ernesto y Matilde estuvieron casados por más de 60 años. Tuvieron dos hijos, Jorge y Mario, seis nietos y un bisnieto. La relación entre el escritor y su mujer fue muy intensa. En varias ocasiones, el escritor afirmó que sin su mujer no podría haber llegado a ser quien era. El propio Sabato, además, contó que Matilde salvó del fuego algunos manuscritos de sus obras. Y ella también escribía, aunque era muy reservada. Poeta y cuentista, en 1993 se decidió a publicar un libro de poemas, "Cenizas y plegarias", y otro de relatos, "El conjuro". Ambos escritos son pudorosos y de lenguaje escueto y están atravesados por la misma preocupación por la existencia humana. "El conjuro" está dedicado "A mis hijos y a los queridos amigos que me incitaron a publicar" y, el libro de poemas, "A Ernesto". Los poemas hablan del paso del tiempo, de lo que se deshace y del espacio que queda para el canto del amor. Los relatos parecen contados desde el lado oscuro de la vida, desde los sueños. Matilde falleció el 30 de septiembre de 1998, a los 82 años. Desde hacía algunos años que sufría de arterioesclerosis y el deterioro de su salud fue muy penoso.
HIJO MAYORJorge Federico Sabato (1938 - 1995)Se desempeñó como vicecanciller y ministro de Educación durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Falleció en 1995 en un accidente automovilístico.
HIJO MENORMario Sabato (Nació el 15 de febrero de 1945)Director de cine y televisión.
24 de Junio de 1935
En un accidente de aviación en Medellín (Colombia), muere el afamado cantor Carlos Gardel, protagonista de películas cinematográficas como "Cuesta abajo" y músico de bellas canciones como "El Día que me quieras". Nació en Toulouse (Francia) el 11 de diciembre de 1890.
24 de Junio de 1958
Se crea la Editorial Eudeba (Editorial Universitaria de Buenos Aires), a la que da gran impulso Boris Spivacow, con grandes tiradas de precio popular.
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