Se inauguran y consagran en Buenos Aires el Convento de Santo Domingo y la Basílica de
Nuestra Señora del Santísimo Rosario.
Convento de Santo Domingo (Buenos Aires)
La Basilica de Nuestra Sra del Rosario y Convento de Santo Domingo de la Ciudad de Buenos Aires es un templo católico ubicado en el barrio de Monserrat que data de mediados del siglo XVIII.
Historia Aunque los dominicos ocuparon el predio desde principios del sigo XVIII, no fue sino hasta 1751 que se comenzó a levantar el actual edificio diseñado por el arquitecto turinés Antonio Masella. La iglesia fue finalmente consagrada en 1783, sin estar finalizada, luego de que los arquitectos Francisco Álvarez y posteriormente Manuel Álvarez Rocha continuasen la obra de Masella.
Posteriormente, ya en el siglo XX fue elevada, al rango de Basílica.
Cuando el 2 de julio de 1807 los ingleses intentaron apoderarse de Buenos Aires por segunda vez, el convento fue teatro de un glorioso episodio. Los invasores se habían atrincherado allí, y desde la única torre
Posteriormente, ya en el siglo XX fue elevada, al rango de Basílica.
Cuando el 2 de julio de 1807 los ingleses intentaron apoderarse de Buenos Aires por segunda vez, el convento fue teatro de un glorioso episodio. Los invasores se habían atrincherado allí, y desde la única torre
El mausoleo de Manuel Belgrano junto al convento
(actual del lado este) que tenía en aquel entonces ofrecían resistencia a las fuerzas de Santiago de Liniers. Muchas de las balas de cañón disparadas hacia el convento dieron en ella, destruyéndola. Al reconstruir dicha torre, se clavaron en ella tacos de madera que representan las esquirlas de dichas balas, en recuerdo del hecho histórico. En la época de Juan Manuel de Rosas, don José María Iturriaga hizo retirar las balas verdaderas y como recuerdo colocó en su lugar tacos de madera que son los que hasta hoy se conservan. Cuatro banderas tomadas por Liniers a los ingleses se guardan en el Convento de Santo Domingo.
Durante el gobierno de Bernardino Rivadavia los domínicos tuvieron que abandonar el país, utilizándose el convento como Museo de Historia Natural bajo la dirección del químico y botánico italiano Pablo Ferrari. Contenía 800 piezas del reino animal, 1500 del mineral y un número desconocido del vegetal. También existía una colección numismática de más de 1500 piezas. En la parte alta de la iglesia se instaló además un observatorio astronómico y un gabinete meteorológico dirigidos por otro sabio italiano, Octavio Fabricio Mossotti. Allí mismo instaló un aula de física experimental donde dictó cátedra entre 1828 y 1834. Lamentablemente lo ajeno del país a lo científico hizo que se perdieran la mayoría de sus registros meteorológicos, algunos de los cuales fueron utilizados por Humboldt y terminaron en el Instituto de Francia. Sus observaciones sobre un eclipse de sol y sobre el cometa Encke fueron publicadas por la Sociedad Real Astronómica de Londres. Con la ida del país de Ferrari y de Mossotti todo cayó en el olvido.
También en la época de Rivadavia se abrió la actual cortada 5 de Julio, partiendo en dos al convento.
El 22 de octubre de 1835 Rosas dio un decreto por el cual hizo retornar al país e instalar en su convento a los domínicos. Este decreto está firmado de puño y letra, y en él se justifica la devolución a la comunidad de los bienes que le habían sido confiscados por el gobierno de Rivadavia. En mérito a esta resolución Rosas fue nombrado hermano de la orden domínica.
En 1856 a la iglesia se le añade otra torre al oeste de la que ya tenía.
Un mausoleo en el atrio del templo alberga los restos de Manuel Belgrano, quien fue sepultado con el hábito de la orden de los dominicos. Estos estuvieron primeramente sepultados bajo una losa, a la entrada de la iglesia, por voluntad testamentaria del general, que pertenecía a la Orden Tercera de Santo Domingo. También están sepultados en el convento los restos de los padres del general Belgrano, por las generosas contribuciones con las que habían favorecido al templo y los restos del general Antonio González Balcarce, de Hilarión de la Quintana y de Martín de Álzaga.
Durante la quema de iglesias del 16 de junio de 1955, fue incendiado y saqueado, perdiéndose la mayor parte de sus documentos y reliquias.
Es Monumento Histórico Nacional por decreto del 21 de mayo de 1942.
Durante el gobierno de Bernardino Rivadavia los domínicos tuvieron que abandonar el país, utilizándose el convento como Museo de Historia Natural bajo la dirección del químico y botánico italiano Pablo Ferrari. Contenía 800 piezas del reino animal, 1500 del mineral y un número desconocido del vegetal. También existía una colección numismática de más de 1500 piezas. En la parte alta de la iglesia se instaló además un observatorio astronómico y un gabinete meteorológico dirigidos por otro sabio italiano, Octavio Fabricio Mossotti. Allí mismo instaló un aula de física experimental donde dictó cátedra entre 1828 y 1834. Lamentablemente lo ajeno del país a lo científico hizo que se perdieran la mayoría de sus registros meteorológicos, algunos de los cuales fueron utilizados por Humboldt y terminaron en el Instituto de Francia. Sus observaciones sobre un eclipse de sol y sobre el cometa Encke fueron publicadas por la Sociedad Real Astronómica de Londres. Con la ida del país de Ferrari y de Mossotti todo cayó en el olvido.
También en la época de Rivadavia se abrió la actual cortada 5 de Julio, partiendo en dos al convento.
El 22 de octubre de 1835 Rosas dio un decreto por el cual hizo retornar al país e instalar en su convento a los domínicos. Este decreto está firmado de puño y letra, y en él se justifica la devolución a la comunidad de los bienes que le habían sido confiscados por el gobierno de Rivadavia. En mérito a esta resolución Rosas fue nombrado hermano de la orden domínica.
En 1856 a la iglesia se le añade otra torre al oeste de la que ya tenía.
Un mausoleo en el atrio del templo alberga los restos de Manuel Belgrano, quien fue sepultado con el hábito de la orden de los dominicos. Estos estuvieron primeramente sepultados bajo una losa, a la entrada de la iglesia, por voluntad testamentaria del general, que pertenecía a la Orden Tercera de Santo Domingo. También están sepultados en el convento los restos de los padres del general Belgrano, por las generosas contribuciones con las que habían favorecido al templo y los restos del general Antonio González Balcarce, de Hilarión de la Quintana y de Martín de Álzaga.
Durante la quema de iglesias del 16 de junio de 1955, fue incendiado y saqueado, perdiéndose la mayor parte de sus documentos y reliquias.
Es Monumento Histórico Nacional por decreto del 21 de mayo de 1942.
No hay comentarios:
Publicar un comentario