jueves, 12 de noviembre de 2009

Efemérides 11 de Noviembre


11 de NOVIEMBRE
11 de Noviembre de 1771:
Nace en Buenos Aires el brigadier general Martín Rodríguez. Participó en la Reconquista de Buenos Aires, el 12 de agosto de 1806 y defendió la ciudad del ataque inglés también en 1807. Apoyó la causa patriota durante los sucesos de Mayo de 1810. Participó junto al general Manuel Belgrano en la expedición al Paraguay. Participó más tarde en la batalla de Salta, el 20 de febrero de 1813. Formó parte del Ejército Norte. Se batió en El Tejar y el Puesto del Marqués. Peleó más tarde en las derrotas de Venta y Media y Sipe-Sipe. En 1820 fue nombrado gobernador de Buenos Aires. Tuvo como ministros a Manuel José García y a Bernardino Rivadavia. Emigró más tarde a Montevideo donde murió el 5 de marzo de 1841.
11 de Noviembre de 1799:
Nace en Buenos Aires el general Mariano de Acha. Peleó en la batalla de Cepeda en 1820 y junto a los generales Juan Galo de Lavalle y José María Paz. Peleó en la batalla de Angaco. Fue fusilado por razones políticas en San Juan el 16 de septiembre de 1841.
Mariano Antonio Acha (n. Buenos Aires, 11 de noviembre de 1799 - † Jarilla, en la provincia de San Luis, 16 de setiembre de 1841), militar argentino, de notable actuación en las guerras civiles de su país. Era hijo de Nicolás Antonio de Acha y de Juana Ventura Salomón y Ramírez.
Primeras actuaciones En 1818 era alférez del Regimiento de Dragones de la Patria. Participó en los combates de Cepeda y Arroyo del Medio contra los caudillos federales, y cayó prisionero en la batalla de Gamonal (1820).
Posteriormente, continuó como oficial de los Húsares de Buenos Aires y luchó varios años en la guerra contra los indígenas, a órdenes de Federico Rauch.
La revolución de Lavalle y la Liga del Interior Era sargento mayor en 1828, cuando el gobernador Manuel Dorrego se refugió en el fuerte de Salto, después de la derrota de Navarro. Acha y su jefe, el coronel Bernardino Escribano, tomaron presos a su superior, el coronel Ángel Pacheco y también a Dorrego, a quien envió al campamento de Juan Lavalle. Aunque no tuvo participación en su fusilamiento, seguramente sabía de antemano que sería fusilado. Lavalle lo ascendió a coronel de caballería por este "mérito".
Tras la derrota unitaria en Buenos Aires, se dirigió a Córdoba para unirse a las fuerzas de José María Paz, comandante militar de la Liga del Interior. Participó en las batallas de La Tablada y Oncativo.
Tras la captura del general Paz, se retiró con Lamadrid hacia el norte, donde después de derrotar a los hermanos Reynafé, combatió en las derrotas de Capayán y La Ciudadela. Aunque derrotó a las avanzadas de Juan Facundo Quiroga en Manantiales, finalmente emigró a Bolivia.
La Coalición del Norte Había regresado y se hallaba en Tucumán, en 1840, al formarse la Coalición del Norte contra Juan Manuel de Rosas, a la que se adhirió, incorporándose a las fuerzas del gobernador salteño Manuel Solá. Éste le confió la organización y adiestramiento de los contingentes que se formaban en su provincia, donde no había oficiales capaces, al menos en el bando unitario. Atacó al caudillo Juan Felipe Ibarra en Santiago del Estero, pero éste lo venció con su táctica favorita de "tierra arrasada".
Tras unirse a las fuerzas de Lavalle y Lamadrid, éstos lo mandaron a invadir por segunda vez Santiago del Estero. Pero le fue peor aún, porque desertó la mayor parte de sus fuerzas. Con lo que le quedaba pasó a La Rioja, donde fue derrotado en Machigasta (1841) por José Félix Aldao. Catamarca y La Rioja cayeron en manos de los caudillos federales, y Acha huyó a Tucumán.
La batalla de Angaco y la ejecución de Acha Allí se unió al ejército del general Lamadrid en la marcha hacia Cuyo, como jefe de su vanguardia. Derrotó a las fuerzas de Aldao en Angaco — a las puertas de la ciudad de San Juan — el 16 de agosto de 1841, en la batalla más sangrienta de las guerras civiles argentinas: alo menos cayó la mitad de los hombres de cada lado. Su acción mereció todos los elogios —como los del general Paz en sus memorias — ya que había vencido con menos de la mitad de las fuerzas enemigas.
Pero enseguida malogró el éxito, olvidándose de las fuerzas que aún tenía el gobernador Nazario Benavídez, que lo atacó poco después. Tras tres días de resistencia, debió rendirse, bajo promesa de respetar su vida.
Pero Benavídez lo entregó a Aldao, que lo hizo fusilar por la espalda, el 16 de setiembre de 1841. Su cabeza fue cortada y expuesta en una pica, en las inmediaciones de la Posta de la Cabra, actualmente Jarilla, en la provincia de San Luis.

11 de Noviembre de 1819:
Se produce un levantamiento en Tucumán, que daría origen a la República de Tucumán, presidida por Bernabé Aráoz.
11 de Noviembre de 1819:
El capitán uruguayo Abraham González se rebela en Tucumán contra el general Manuel Belgrano y lo envía a prisión.
11 de Noviembre de 1845:
El gobierno del Paraguay, el gobernador de Corrientes y el general José María Paz sellan una alianza contra el general Juan Manuel de Rosas.
11 de Noviembre de 1859:
Se ratifica el Pacto de San José de Flores firmado el día anterior con la mediación del mariscal de Paraguay Francisco Solano López. Por medio de este acuerdo, Buenos Aires se reincorporaría a la Confederación Argentina y se reuniría una convención provincial dentro de los veinte días posteriores para examinar la Constitución Nacional.
11 de Noviembre de 1861:
La batalla de Pavón, donde triunfaron las fuerzas del general Bartolomé Mitre, motivó un levantamiento del partido liberal de la provincia de Corrientes, encabezado por el coronel Juan M. Romero, que terminó con la deposición del gobernador José María Rolón.
11 de Noviembre de 1875:
Se inaugura el Parque 3 de Febrero, en Palermo, donde tuvo su residencia el general Juan Manuel de Rosas, conocido como El rosedal.
11 de Noviembre de 1951:
El general Juan Domingo Perón es reelegido presidente de Argentina.
11 de Noviembre de 1894:
Nace en Colonia Algarrobo, actual Carlos Pellegrini, Santa Fe, Juan Bautista Vairoletto, bandido rural, llamado Robin Hood de las Pampas", " padre de los humildes" o "gaucho de los desamparados", por robar a los ricos para ayudar a los pobres, Murió el 14 de septiembre de
Juan Bautista Vairoleto (o Bairoletto)

Nota: en documentación consultada se halla escrito de ambas maneras.
1894 - 1941
Nacido en Santa Fe en 1894, Juan Bautista Vairoleto fue un caso paradigmático de bandidaje social. Quinto hijo de un matrimonio de italianos que viajaron tras la promesa de un hogar próspero y prometedor, fue protagonista de innumerables andanzas delictivas que se transformaron en jugosas historias y anécdotas que los paisanos disfrutaron y disfrutan relatar.
Su vida, marcada por la persecución policial, transparentó la iniquidad del medio social e histórico que le tocó en suerte vivir. Los comienzos de su vida fuera de la ley estuvieron relacionados con un caso de abuso policial. Su trayectoria, estuvo relacionada con el coraje y la insolencia. Luego de varias entradas a la cárcel, el 22 de junio de 1925, salió por última vez, para ya nunca más volver a ser apresado. En su trajinar se mezcló con la realidad política y social de su época, como lo demostró su simpatía por el anarquismo.

Su frondoso prontuario acumuló robos, hurtos, reparto de propaganda anarquista, asaltos y muertes. Pero ello no hizo mella en la admiración popular. Admiración que lejos de decaer se fue incrementando con cada nuevo crimen y nuevo escape, como si con esa admiración el puestero pobre, el trabajador de manos callosas, la mujer laboriosa, se tomaran una pequeña revancha de la policía, a la que él ridiculizaba con su libertad.

El bandolerismo social en general, como forma de protesta social, y el mito de Vairoleto en particular, constituyen prácticas contestatarias. El bandolero social, ejecutor vicario de la ira inarticulada de la mayoría de los pobres del campo, es admirado y venerado, en contraposición con la legalidad formal de la clase dominante. La simpatía y admiración popular hacia los bandidos sociales denota la percepción de ellos como símbolos de la protesta social y de la libertad e independencia de espíritu, en un contexto social marcado por la frustración personal y la opresión directa.

La constitución de mitos sobre estos bandidos expresa un intento de perpetuar su imagen y trayectoria a lo largo de los años. Vairoleto representa un caso en el que el mito no es sinónimo de falsedad u ocultamiento, sino un instrumento de autodefensa simbólica que surge como respuesta cultural a una realidad económica, social e ideológica que oprime y constriñe. El mito de Juan Bautista Vairoleto vehiculiza acciones contra hegemónicas o de resistencia y sirve como modo de organizar simbólicamente ciertos acuerdos o intereses comunes entre los pobladores pobres que sufren los estragos de un mismo tipo de dominación. Por su función utópica, se constituye en una forma simbólica clara y contundente que el pueblo elige para dramatizar situaciones como la violencia y arbitrariedad policial, desigualdad social, falta de representación política, etc.

Vairoleto vivía en Carmensa (sur de Mendoza) bajo el nombre de Francisco Bravo, junto a su esposa Telma Ceballos y sus dos hijas, Juana y Elsa, de 2 años y 9 meses respectivamente.

El 13 de Setiembre de 1941 salió temprano, iba con la idea de buscar su caballo que estaba escondido en otro puesto y tenía miedo que eso le causara problemas al puestero. Supuestamente, iba a demorar unos días en volver. Pero inesperadamente regresó ese mismo día a la noche . Se sentía enfermo.

La versión oficial (policial) da cuenta que fue muerto por efectivos policiales el 14 de setiembre de 1941 en Carmensa. La verdad fue otra.

Hay algunos gritos al amanecer. La policía en principio confunde a Vairoleto con uno de los peones. Vairoleto se levanta de un salto, busca sus armas, y comienza el tiroteo. Hiere a uno de los oficiales. El tiroteo es intenso. Teme por la vida de su esposa e hijas. Al verse rodeado, sin salida, emprende su mas larga huida. Su mas brillante escape. Un plan que seguramente más de una vez había pensado. En un momento del tiroteo, él da vuelta su arma, se apunta ... y... dispara.

- ...Juan se suicidó. No lo mataron, el se suicidó. Yo me levanté de la cama tras de él, protegiendo a las chicas. Veo que se pega el tiro y empieza a caer para atrás, se apoya en la pared y cae al piso. Luego, entró la policía y le tiraron ya muerto en el piso... (relato de Telma Ceballos).

Una vez mas Juan Bautista Vairoleto, alias "el Pampeano", había huido. No pudieron con él sus enemigos, sedientos de sangre y venganza.

Una vez más burló el cerco y cabalgó hacia pampas infinitas, hacia espacios inconmensurables. Una vez mas eligió la insolencia y la dignidad.

Murió el hombre. Nació el Mito.

Los que me lloran por muerto

Dejen ya de llorar

Vivo en el alma del pueblo

Nadie me puede matar

Fuente: Diario LOS ANDES.
Escrito por: Lic. Fabio Erreguerena (Nieto de Juan Bautista Vairoleto)

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