Día Internacional del Recuerdo de la
Trata de Esclavos y de su Abolición
Mensaje del Director General de la UNESCO con motivo del
Desde 1998, la UNESCO señala a la comunidad internacional la importancia de conmemorar el 23 de agosto, Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición. Esta fecha no celebra únicamente esa noche histórica de 1791 en que los esclavos de la zona francesa de la isla de Santo Domingo se alzaron para romper sus cadenas y poner en marcha la insurrección que desembocaría en la revolución haitiana. Con esa fecha también se desea rendir homenaje a cuantos han trabajado colectiva o individualmente para inicar el irreversible proceso de la abolición de la trata negrera y de la esclavitud en el mundo entero. Ese compromiso y las estrategias de acción que se aplicaron para combatir el inhumano sistema de la esclavitud tendrían una influencia considerable en los movimientos de defensa de los derechos humanos.
Más allá del acto conmemorativo, este Día Internacional está destinado a llevarnos a reflexionar sobre un pasado trágico, sin duda lejano, pero cuyas secuelas siguen nutriendo las injusticias y exclusiones de nuestra época. Reflexionar sobre la barbarie que nuestras sociedades son capaces de practicar con la conciencia perfectamente tranquila resulta aun más necesario y saludable si se considera que millones de hombres, mujeres y niños padecen todavía hoy el horror de las nuevas formas que cobra la esclavitud. En este sentido el recuerdo de las tragedias pretéritas puede esclarecer los dramas actuales de la explotación y la deshumanización.
En última instancia, el objetivo perseguido al proclamar este Día del Recuerdo es reconciliar las exigencias de la verdad histórica con las obligaciones de mantener viva la memoria y suscitar, al mismo tiempo, el debate sobre esos problemas que son hacer frente a los recuerdos dolorosos, mantener el diálogo intercultural y ejercer la ciudadanía democrática en sociedades multiétnicas y pluriculturales.
Desde 1998, la UNESCO señala a la comunidad internacional la importancia de conmemorar el 23 de agosto, Día Internacional del Recuerdo de la Trata de Esclavos y de su Abolición. Esta fecha no celebra únicamente esa noche histórica de 1791 en que los esclavos de la zona francesa de la isla de Santo Domingo se alzaron para romper sus cadenas y poner en marcha la insurrección que desembocaría en la revolución haitiana. Con esa fecha también se desea rendir homenaje a cuantos han trabajado colectiva o individualmente para inicar el irreversible proceso de la abolición de la trata negrera y de la esclavitud en el mundo entero. Ese compromiso y las estrategias de acción que se aplicaron para combatir el inhumano sistema de la esclavitud tendrían una influencia considerable en los movimientos de defensa de los derechos humanos.
Más allá del acto conmemorativo, este Día Internacional está destinado a llevarnos a reflexionar sobre un pasado trágico, sin duda lejano, pero cuyas secuelas siguen nutriendo las injusticias y exclusiones de nuestra época. Reflexionar sobre la barbarie que nuestras sociedades son capaces de practicar con la conciencia perfectamente tranquila resulta aun más necesario y saludable si se considera que millones de hombres, mujeres y niños padecen todavía hoy el horror de las nuevas formas que cobra la esclavitud. En este sentido el recuerdo de las tragedias pretéritas puede esclarecer los dramas actuales de la explotación y la deshumanización.
En última instancia, el objetivo perseguido al proclamar este Día del Recuerdo es reconciliar las exigencias de la verdad histórica con las obligaciones de mantener viva la memoria y suscitar, al mismo tiempo, el debate sobre esos problemas que son hacer frente a los recuerdos dolorosos, mantener el diálogo intercultural y ejercer la ciudadanía democrática en sociedades multiétnicas y pluriculturales.
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