martes, 25 de agosto de 2009

EFEMERIDES 23 DE AGOSTO

23 de Agosto de 1903


Muere el notable escritor costumbrista José S. Álvarez (más conocido como Fray Mocho) autor, entre otras obras, de "Memorias de un vigilante", "Un viaje al país de los matreros" y "Salero criollo". Fundó la revista "Caras y Caretas". Nació en Gualeguaychú (provincia de Entre Ríos) el 26 de agosto de 1858.



En San Telmo y sus alrededores Nº 35
Marzo 2001
Existen escritores que escriben con el cuore, con el rioba a cuestas y con un estilo mordaz que atrapa y seduce. Fray Mocho es uno de ellos porque supo patear la calle y comunicarse a través de ese idioma del pueblo que es el lunfardo. Y si a ello se le agrega un escenario propicio para la máquina de mirar, la fórmula es perfecta. Así, San Telmo fue una caja de sorpresas para Fray Mocho que vivió gran parte de su vida en Bolívar 705, una casa que aún hoy permanece intacta.
Un lugar exquisito que, a fines del 1800, era perfecto para dejar volar la imaginación del escritor. Era el barrio de las casa chorizo, los patios con aljibe, corralones de carros y caballos, las vías de los tranvías, las largas caminatas por los comercios de antaño, la carbonería, el cine Bolívar, los almacenes y el café. Ese lugar tan agradable para el bohemio que se siente comprendido por sus pares y amigos.
Fray Mocho tomó ese gran tablado para ser uno más y para cargar de colores su paleta de escritor.
En la ciudad de Gulaleguaychú nació un 26 de Agosto de 1858 José Severino Alvarez, un nombre que fue opacado por un simpático seudónimo de la niñez que más tarde se consagraba como reconocido escritor: Fray Mocho. Así firmaba sus elocuentes pinceladas literarias que marcaron una época.
Al poco tiempo de cumplir 20 años arribó a una Buenos Aires que buscaba modernizarse, quería ser la reina y progresar como ciudad nueva, por supuesto, siempre mirando al viejo continente. Las transformaciones comenzaron a fines del siglo XIX a tal punto que la década del 80 es tomada como inicio del sueño. Se produjo el desarrollo urbano junto con la consolidación de una clase y un aumento en alfabetización. Además, por aquel entonces surgían las primeras industrias y la mano de obra barata descendía de los barcos europeos.
El periodismo no fue indiferente a los cambios que se realizaban en todos los ámbitos de la ciudad. Fueron los años que terminaron con el periodismo faccioso de los Mitre o Roca para dar paso al periodista profesional, que intentaba ser independiente, vivir del trabajo intelectual y lograr un prestigio social.
La revista Caras y Caretas sintetizó el espíritu de la época. Fray Mocho que venía de varias experiencias por los diarios regionales y capitalinos, pasó a formar parte de la dirección de una de las revistas más populares de todos los tiempos. Los directores lograron una revolución en los magazines argentinos a partir de un armado diferente en la disposición de las publicidades, la utilización de caricaturas para interpelar al lector, la excelente impresión y las deliciosas viñetas costumbristas que creaba Fray Mocho en una escritura lunfarda, matrera y picaresca, que lograron un importante impacto en la sociedad y le otorgó a la revista una identidad propia.
En esas memorables viñetas costumbristas, como también en sus cuentos y poemas, Fray Mocho deja entrever una complicidad con ese barrio que lo estimulaba a colorear y aunque casi no lo mencionaba, las huellas de los graciosos y pintorescos personajes que recorrían las calles de San Telmo, fueron retratados por un hombre que sabía observar y divertirse con las extravagancia de sus vecinos.
Fue el añejo barrio porteño quien albergó a uno de los grandes escritores, periodista e innovador, y los dos se agradecieron mutuamente sus ofrendas. Sin olvidar esas agarradas y discusiones que mantenían como toda pareja.
Su cuento Me mudo al norte es un ejemplo del famoso dicho "porque te quiero te aporreo", porque lejos de ser un insulto se evidencia en él un cariño al barrio que mantuvo implícito.
Patricio Escobar

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