13 de agosto de 1931 el presidente de facto José Félix Uriburu decretó la creación de la Academia Argentina de Letras. El cambio de nombre respondía a un énfasis adicional en la difusión y promoción de la literatura por encima del interés en el idioma. Con ello se buscaba definir y fortalecer la "fisonomía espiritual del país", empleando los recursos de la narración, la lírica y sobre todo el teatro para gestionar un modelo cultural. Se encargó a Oyuela la presidencia del cuerpo, compuesto además por Enrique Banchs, Joaquín Castellanos, Atilio Chiappori, Juan Carlos Dávalos, Leopoldo Díaz, Juan Pablo Echagüe, Alfredo Ferrerira, Gustavo Franceschi, Manuel Gálvez, Leopoldo Herrera, Carlos Ibarguren, Arturo Marasso, Gustavo Martínez Zuviría, Clemente Ricci y Juan Bautista Terán. La Academia gozó del cargo de asociada a la RAE. El apoyo del que había carecido su anterior encarnación no se escatimó; una sala de la vieja Biblioteca Nacional de calle México se destinó a la reunión semanal del cuerpo, mientras el proyecto del entonces senador Matías Sánchez Sorondo de adquirir el Palacio Errázuriz para trasladar allí la Academia, junto con la Academia Nacional de Bellas Artes, el Museo Nacional de Arte Decorativo y la Comisión Nacional de Cultura se cursaba. En enero de 1937 se aprobó la adquisición del inmueble, aunque el traslado no se haría efectivo hasta 1944.
Los cambios institucionales desde su creación por Uriburu han sido escasos; desde 1935 cada sillón de los veinticuatro ostenta el nombre de un escritor clásico argentino. Desde 1940 el emblema de la Academia es una columna jónica (según el diseño del plástico Alfredo Guido), rematada con el lema recta sustenta. Sin embargo, entre 1950 y 1955 estuvo sujeta a las decisiones del gobierno nacional, que intervino las Academias, cuestionando su sesgo elitista. El golpe militar de 1955 —la Revolución Libertadora— restauró sus fueros.
En 1999 la Academia pasó finalmente a ocupar el cargo de correspondiente de la RAE. En 2001 festejó su septuagésimo aniversario organizando una exposición en la Biblioteca Nacional, que exhibió documentos e iconografía de su historia, aśi como parte del archivo documental.
Los cambios institucionales desde su creación por Uriburu han sido escasos; desde 1935 cada sillón de los veinticuatro ostenta el nombre de un escritor clásico argentino. Desde 1940 el emblema de la Academia es una columna jónica (según el diseño del plástico Alfredo Guido), rematada con el lema recta sustenta. Sin embargo, entre 1950 y 1955 estuvo sujeta a las decisiones del gobierno nacional, que intervino las Academias, cuestionando su sesgo elitista. El golpe militar de 1955 —la Revolución Libertadora— restauró sus fueros.
En 1999 la Academia pasó finalmente a ocupar el cargo de correspondiente de la RAE. En 2001 festejó su septuagésimo aniversario organizando una exposición en la Biblioteca Nacional, que exhibió documentos e iconografía de su historia, aśi como parte del archivo documental.
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